Desde Washington - El ministro de Economía Sergio Massa aterrizará mañana en esta capital en su primer viaje al exterior desde que hace un mes fue nombrado al frente del Palacio de Hacienda.
Luego de la conmoción por el intento de magnicidio de la vicepresidenta Cristina Kirchner, Massa comenzará una larga semana plagada de reuniones en Washington y Houston, con dos ejes centrales: la negociación con el Fondo Monetario Internacional –que incluye una bilateral con la número uno del organismo, Kristalina Georgieva– y la búsqueda de inversiones “en la economía real”, como dice el propio ministro, para potenciar Vaca Muerta.
En la todavía calurosa capital de EEUU, los analistas financieros y representantes de think tanks políticos que observan al país destacaron, a priori, dos aspectos de la visita de Massa: su peso propio –tanto político como en la gestión puntual y lo que se espera del alcance de su gestión– y el desafío que representa encauzar el diálogo con el FMI en medio de las dudas que genera la macro local y, por lo tanto, la continuidad del programa luego del tembladeral que generó la renuncia de Martín Guzmán y del muy breve paso por el quinto piso del Palacio de Hacienda de Silvina Batakis.
Nuevos aires
Benjamin Gedan, director del Wilson Center de Washington, cree que la frágil economía argentina hace que los habitantes del país se acostumbren a “altibajos dramáticos” algo que muchas veces genera, ejemplificó, un efecto similar al de la rana que no se da cuenta que está dentro de una olla en la que la temperatura sube hasta que el agua hierve. “Pero hoy, con altísima inflación y restricciones a las importaciones para preservar las reservas de moneda dura, creo que todos se dan cuenta de la gravedad del problema”, aseguró en diálogo con Infobae.
El referente del Wilson Center para la región aseguró que la llegada de Massa fue muy bien recibida, tanto en DC como por el mercado. “Se lo conoce como un pragmático y con suficiente peso político para minimizar malas influencias. Aceptó la necesidad urgente de cortar el gasto público y dejar de imprimir pesos para cubrir el déficit”, agregó.
Diego Ferro, CEO del fondo M2M Capital, coincide en que la llegada de Massa habilita el optimismo por una mayor dosis de liderazgo político. “Ahora bien, el liderazgo político necesita un plan consistente e implementable. Las decisiones hasta ahora han sido inconsistentes y poco convincentes en términos del ajuste que se necesita. Y no hay tanto tiempo”, dijo.
Para Guillermo Mondino, socio y fundador de Mogador Capital, en tanto, el nuevo ministro trajo un triple impacto: más respaldo político a la gestión económica, intención de resolver desequilibrios macro y, lo más importante según su visión, que se evitó “un salto al vacío”.
“Los desafíos parecen mucho más graves que lo que los ajustes anunciados hasta ahora pueden lograr. No parece suficiente para estabilizar la economía, ni que hablar de revertir la crisis. Es un paso positivo, pero no suficiente”, afirmó Mondino.
“La salida de Guzmán y el paso breve de Batakis generaron mucha incertidumbre, pero al mercado le gusta Massa. Lo conoce y aprecia su peso político, también el equipo que armó. Es una buena noticia. La pregunta del millón es si podrá cumplir con lo pactado y las metas: Argentina ya no tiene el beneficio de la duda y los inversores exigen antes de apostar”, aseveró Alberto Bernal, de XP Investments.
FMI
Massa verá a Georgieva el próximo lunes 12. Antes tendría otras reuniones importantes. Por caso, con el brasileño Ilan Goldfajn, director para el Hemisferio Occidental del Fondo, y con el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone. Su equipo encabezado por el viceministro Gabriel Rubinstein, analizará durante la semana con los técnicos del organismo los números de la economía local, como parte de la segunda revisión del programa que firmó Guzmán. Con la aprobación llegará un desembolso de USD 4.000 millones. A Rubinstein lo acompañarán Leonardo Madcur (Jefe de asesores), Raúl Rigo (Hacienda), Eduardo Setti (Finanzas), Lisandro Cleri (director del BCRA) y Marco Lavagna (Indec).
El próximo jueves 22 el Gobierno deberá pagarle al Fondo USD 2.600 millones para continuar la devolución del préstamo stand by firmado en 2018.
Varios de los analistas que hablaron con Infobae coincidieron en una palabra al referirse al acuerdo con el organismo multilateral de crédito: “flexibilidad”.
“El Gobierno no se comprometió con el acuerdo y hasta se ‘dibujaron’ algunos números fiscales. Massa hablará del cambio en los apoyos políticos y de cómo llevarlo adelante. Hay un ministro más comprometido” (Werner)
“Hay un programa que no está funcionando. Hubo desvíos en los compromisos y los resultados no son buenos: aceleró la inflación y no se acumularon reservas. Será muy difícil mantener la meta de déficit. Massa y su equipo buscarán en este viaje conseguir algún tipo de relajación, de más flexibilidad en ese sentido, y ofrecerán un objetivo fiscal más ambicioso para el año que viene”, le dijo a este medio Gabriel Lopetegui, un ex funcionario de Hacienda y el BCRA en los 90 y ex representante argentino ante el FMI entre 2017 y 2020.
Bruno Binetti, investigador del think tank Diálogo Interamericano, está convencido de que Massa llegó con una expectativa exagerada sobre inyecciones de llegada de dólares desde el exterior. “Hay un acuerdo en el que ninguna de las dos partes cree, pero ahora hay un interlocutor con espalda política para enderezar la situación fiscal. Batakis no la tenía. Massa buscará cierta flexibilidad en las metas fiscales y es probable que el Fondo acceda, porque otra no hay. Esta revisión y la que viene se la darán, para empezar a ver resultados”, aseguró.
Quien también apoyó la figura del ministro porque representa un “cambio favorable”, aunque reconoce que la renegociación con el organismo “será muy compleja” es Alejandro Werner, ex director del hemisferio Occidental del Fondo (el cargo que hoy ocupa Goldfajn) y artífice del fallido crédito que tomó Mauricio Macri en 2018.
“El Fondo puso la mejor disposición para llegar al acuerdo que Guzmán y Fernández creyeron conveniente para Argentina en ese momento. El Gobierno no se comprometió con el acuerdo y hasta se ‘dibujaron’ algunos números fiscales. Massa hablará del cambio en los apoyos políticos y de cómo llevarlo adelante. Hay un ministro más comprometido y quizá sea más fácil avanzar”, aseguró quien hoy está a cargo del Georgetown Americas Institute, de la Universidad Georgetown de Washington.
Ferro, en tanto, cree que la negociación siempre fue un tema secundario y que el problema es la restricción política interna que impide un programa económico “lógico”. “El Fondo lo sabe, y deja hacer imponiendo un mínimo de condiciones. Por más que quisieran imponer un plan serían ignorados. Si Massa presentará un programa serio la dinámica cambiaría, porque ahí podría haber apoyo adicional”, explicó.
Para Gedan, del Wilson Center, el entendimiento entre Argentina y el FMI tiene muy poco contenido. “Tienen que gastar menos y acumular divisas. Las reformas estructurales que el país requiere quedan para otro gobierno. El único objetivo de ambos ahora es evitar una crisis”, agregó.
Mondino, por su parte, augura una semana de negociaciones complicadas en la revisión de un programa al que le cuesta sostener algunos de sus supuestos. “El FMI pedirá un ajuste fiscal bastante más grande y un régimen cambiario que recomponga reservas y reduzca la brecha… cosas muy difíciles de hacer para el kirchnerismo. Dicho eso, este Fondo parece preocupado por evitar el default de Argentina y puede haber más concesiones”, destacó el fundador de Mogador Capital.
Massa comenzará su larga agenda económica en DC. Dólares que deben llegar, los números del acuerdo FMI (sobre todo los que vendrán), inversiones y el potencial latente pero con muchos condicionantes de Vaca Muerta. En resumen, cuáles son las perspectivas reales del futuro que enfrenta la Argentina. La tarea no parece fácil, pero en EEUU hay expectativas positivas de quienes analizan el país con ojos críticos.
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