Seis indicadores que explican por qué las reservas están en estado crítico

Los activos internacionales brutos del BCRA están en un piso desde 2016, lo mismo que los depósitos en dólares. Crece la demanda para turismo y ahorro

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Aunque se endurece el cepo, el BCRA no logra sumar dólares a sus activos externos
Aunque se endurece el cepo, el BCRA no logra sumar dólares a sus activos externos

El Gobierno ya está trazando los lineamientos del proyecto de ley de Presupuesto para 2023, que se presentaría este mes. El mismo incluiría además del compromiso de un crecimiento del PBI del 3%, una acumulación de reservas de USD 4.000 millones y una emisión monetaria no superior al 0,6% del PBI, cifras que se acoplan a la letra del cuerdo rubricado durante la gestión de Martín Guzmán con el Fondo Monetario Internacional.

En este aspecto, el eslabón más débil pasa por la acumulación de activos externos, que continúa preocupando a los inversores, porque a pesar de las recientes ruedas consecutivas de compras de divisas por parte del BCRA en la segunda mitad de agosto han continuado en descenso, tanto en términos netos como brutos. Por eso, en busca de más divisas por el comercio exterior, el Gobierno amplió 15% el cupo de exportación de carne vacuna, a la vez que sigue en pie la posibilidad de aplicar un dólar diferenciado para el agro y regímenes especiales para exportaciones de servicios tecnológicos, mineras, y la industria automotriz, entre otros, para poder salir de la zona de riesgo que evidencian seis indicadores:

1) Nivel bruto en un piso en seis años. Las reservas internacionales por todo concepto -que incluyen depósitos privados y créditos recibidos por el BCRA- se ubicaron en USD 36.641 millones el jueves 1 de septiembre. Se trató del monto más bajo desde el 14 de octubre de 2016.

2) Nivel líquido propio en negativo. Dentro de los activos en las arcas del Central no se encuentran divisas de libre disponibilidad que le permita intervenir en el mercado en caso de que sea necesario equilibrar la oferta en períodos de faltantes y evitar sobresaltos cambiarios y también en la economía real.

Fuente: GERES, en base a BCRA.
Fuente: GERES, en base a BCRA.

Un informe de la consultora GERES (Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social) precisó que según el último balance del BCRA, al 23 de agosto último, las reservas netas del BCRA, donde no se cuentan los depósitos ni el “swap” con China, se ubicaron en USD 2.671 millones. Si a dicho monto se le descuentan USD 3.465 millones correspondientes a la tenencia de oro y otros USD 4.376 millones remanentes de los DEG (Derechos Especiales de Giro) del FMI destinados a honrar vencimientos de deuda pública, las reservas líquidas fueron negativas en 5.170 millones de dólares.

Al 23 de agosto las reservas líquidas fueron negativas en USD 5.170 millones (GERES)

3) Mínimas compras del BCRA. Sin crédito para el Gobierno en los mercados externos, las adquisiciones de dólares que consigue efectuar el Banco Central en el mercado mayorista son la fuente principal para fortalecer las reservas líquidas. En los primeros ocho meses de 2022 la entidad consiguió captar USD 41 millones, el 0,6% de los USD 7.069 millones de saldo neto a favor que obtuvo con sus intervenciones en igual período del año previo.

4) Salida neta por turismo. En julio, el Gobierno intensificó las restricciones cambiarias para consumos de residentes en el exterior. A través de una resolución, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) elevó del 35% al 45% la retención impositiva para quienes hagan gastos en moneda extranjera con pagos a través de una tarjeta de crédito emitida por entidades locales.

5) Demanda de dólar al tipo de cambio “solidario”. Relacionado con los consumos con proveedores del exterior y también como protección para el ahorro en un presente de elevada inflación, en los últimos meses se notó una compra más activa de parte del público para hacerse de dólares.

Según estimaciones en base a la recaudación del Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) informado por la AFIP, que se paga tanto por la compra de billetes como por pagos con tarjeta a proveedores del exterior, desde marzo pasado la demanda bruta efectuada por individuos se volvió a estacionar por encima de los USD 600 millones al mes, para totalizar unos USD 5.500 millones a lo largo de los primeros ocho meses de 2022, con un pico en torno a los USD 1.000 millones en julio y en los USD 820 millones en agosto.

El “cepo” sumó otro capítulo cuando el Directorio del Banco Central dispuso que se aplique una “tasa regulada por la ley de tarjetas de crédito cuando las compras mensuales superen los 200 dólares”. Además, las entidades financieras tendrán que notificar a los titulares de las tarjetas antes de aplicar esa medida. Por su parte, el financiamiento de resúmenes de hasta $200.000 mensuales seguirán con una tasa de 62% nominal anual, fijada por el Banco Central.

6) Caen los depósitos privados. Es sabido que la mayor parte de las colocaciones de divisas en cuentas bancarias de los ahorristas y empresas son contabilizados como reservas del BCRA, en concepto de encajes, que es el saldo de los créditos en dólares otorgados al sector privado exportador, o importador vinculado con una operación de posterior venta de un producto con valor agregado al exterior.

En este aspecto, se destaca que con depósitos privados en efectivo que se ubicaban en USD 14.543 millones, un nivel mínimo desde el 18 de octubre 2016, prácticamente seis años atrás; y préstamos en divisas de USD 3.748, los encajes se redujeron a unos USD 10.800 millones, el nivel más bajo desde junio de 2021, con un descenso de unos USD 1.000 millones en el curso del corriente año.

Los encajes bancarios en divisas cayeron desde inicios de 2022 en unos USD 1.000 millones

Nicolás Capella, sales trader del Grupo IEB (Invertir en Bolsa), consideró “favorable que el BCRA haya cambiado la tendencia vendedora, pero deja gusto a poco lo que ha podido comprar. El cambio de dinámica es bueno, pero el monto no es lo que se espera. Los trascendidos antes de asumir Gabriel Rubinstein indicaban que lo que se buscaba era juntar una base de reservas, ya sea con distinto tipo de cambio -para favorecer al campo y los sectores exportadores-, justamente para generar una mayor exportación y una mayor acumulación de reservas- y recién luego ajustar el tipo de cambio”.

“Como esta liquidación no se está dando, el mercado está con expectativa de si van a dar un mayor nivel de tipo de cambio para el campo, que es lo que está tratando entre Massa y las Mesa de Enlace, o si esto es lo que se va a poder juntar. Obviamente, se van acabando los meses de liquidación y la economía demanda dólares en lo que es septiembre, octubre, noviembre. Eso va forzando una devaluación. Y una suba del tipo de cambio oficial trae más consecuencias con una mayor espiralización de la inflación y demás”, resumió Capella.

“Con reservas netas en el Banco Central que apenas si cubren una semana de importaciones y DEG (la moneda del FMI) que alcanzan para pagar compromisos con el organismo hasta principios de octubre, existe poco margen de error para el propósito de la conducción económica de acercarse a las metas de fin de septiembre, comprometidas en el acuerdo con el FMI”, afirmó Jorge Vasconcelos, director del Ieral de la Fundación Mediterránea.

La economía demanda dólares para importar y acota el margen de compas que puede realizar el Banco Central

“Dado que se intenta evitar el salto devaluatorio como mecanismo para recuperar reservas, el Gobierno apunta a ‘sobreactuar’ los esfuerzos destinados a enderezar el rumbo fiscal, tras un primer semestre en el que el déficit primario del sector público llegó a alejarse, en proyección anual, hasta 1,2 puntos porcentuales del objetivo de 2,5% del PBI para 2022″, agregó Vasconcelos.

“Es poco probable que el Gobierno realice una devaluación de magnitud (...) Devaluar sin plan no solo es caro en términos de actividad e inflación, sino que en el actual contexto puede llevar a una espiralización”, comentó Roberto Geretto, economista de Fundcorp.

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