El mercado de neumáticos para vehículos particulares, utilitarios de uso agropecuario y minero, y también para el transporte de carga vive en estos días una situación de estrés similar a la que en invierno generó faltantes de combustible. Una combinación de factores internacionales y trabas a las importaciones disparó los precios en el mercado local desde la salida de la pandemia de Covid-19. Y, a ese panorama se le sumó en los últimos 4 meses un conflicto en las tres plantas productoras locales que mantiene la fabricación en torno al 40% de la capacidad instalada.
El cuello de botella se empezó a crear a la salida de la crisis sanitaria. Así lo muestran datos del Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca (Creeba), que en su muy comprensivo índice de precios regional sigue datos de valores de neumáticos en distribuidores de su zona de influencia. Hasta noviembre de 2020, cuando en todo el mundo se empezaban a relajar las restricciones de la pandemia y la actividad económica rebotaba, la oferta no pudo seguir al acelerado crecimiento de la demanda.
“Los datos que tenemos muestran que entre 2010 y noviembre de 2020 el precio promedio por un neumático genérico rondaba los USD 70 por unidad, al tipo de cambio oficial”, dijo Gonzalo Semilla de Creeba.
Desde ese entonces, las dificultades del comercio internacional, los puertos cerrados, los meses sin actividad hicieron que mepezara a notarse la escasex y desde entonces nunca pararon de subir.
“Para julio de este año, siempre a tipo de cambio oficial, ese precio pasó a los USD 307 en nuestro relevamiento. La regulación de la importaciones, y más recientemente, el conflicto laboral en el sector también ayudaron a la tendencia”, dijo Semilla.
Desde la salida de la pandemia a estos días, los precios de neumáticos relevados por Creeba subieron un 300% en términos de dólar oficial. Si se mide el aumento en pesos, la variación trepa a 542 por ciento.
Entre 2010 y noviembre de 2020 el precio promedio por un neumático genérico rondaba los USD 70. A julio de este año estaba en USD 307 (Semilla)
El cuello de botella no es nuevo, pero se está volviendo más angosto. Las estrictas regulaciones que Desarrollo Productivo y el Banco Central imponen para poder pagar importaciones tiene su rol en los faltantes que, ante la competencia por hacerse de este insumo esencial para el transporte, la maquinaria agrícola y hasta los autos partiulares, se transforma en disparada de precios.
Según datos del sector, el 60% del mercado local de neumáticos para vehículos particulares está dominado por cubiertas importadas. Y en transporte, camiones, esa porción asciende al 80 por ciento.
“Estamos en una situación de escasez tal que los grandes compradores no llegan a conseguir unidades suficientes como para cubrir el cupo que tienen acordado con distribuidoras”, dijo Martín Borbea Antelo, Presidente de la Primera Asociación Empresarios Transporte Automotor de Cargas (Paetac).
“Un neumático básico para un semi, que cambia entre 18 y 22 neumáticos por semestre, rondó durante años los USD 300 y ahora no se consigue por menos de USD 1.000″, dijo el líder empresario.
Ninguno está por debajo de los $200.000, unos USD 730 a tipo de cambio paralelo y casi USD 1.500 por unidad al dólar oficial.
En el transporte, la estrategia de los dueños de flotas está siendo estirar la vida útil de los neumáticos disponibles. Con hasta dos “recapados” -un método para renovar la banda de rodamiento externa- para las cubiertas de mejor calidad. Pero el costo de todas formas se traslada, ya sea a través de precios de los fletes o a nivel seguridad.
No tenemos hoy camiones detenidos, como si pasó con el faltante de gasoil, pero la menor disponibilidad de neumáticos se traslada a precios (Borbea Antelo)
“No tenemos hoy camiones detenidos, como si pasó con el faltante de gasoil, pero la menor disponibilidad de neumáticos se traslada a precios y, con la tarifa de transporte, a todos los precios de la economía. Y el otro costo que nadie está midiendo es el de seguridad: estamos trabajando con niveles de riesgo mayores porque no hay alternativa”, dijo Borbea Antelo.
Los faltantes llegaron a preocupar también a las automotrices, que están entre las principales consumidoras para equipar a sus vehículos nuevos. El faltante no les pegó de lleno, porque lograron negociar con Economía y el Banco Central acceso a importaciones con las que cubrir sus necesidades. Las autorizaciones -”SIMI”, por sistema integral de monitoreo de importaciones- que otorga industria, tanto para neumáticos como para cualquier otra autoparte necesaria, fueron otorgadas antes de que las líneas de producción se pararan.
La producción local, mientras tanto, dice no sufrir por falta de insumos ya que están recibiendo paso franco por la aduana en el sector. Pero en una de las fábricas se quejaron por el conflicto que ya supera los 120 días con el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático (SUTNA), y que se tradujo en bloqueos en las tres productoras -Pirelli, Fate y Bridgestone- que esta semana derivaron en paros por tres días para algunos turnos.
La industria local provee, más que nada, cubiertas para pickups con algo de producción para automóviles particulares. También, una proporción menor de la oferta de neumáticos para camiones. Trabaja con una lógica de complemento con las productoras brasileñas, más orientadas a las gomas para autos en lo que hace al mercado local.
No se están pudiendo importar los neumáticos necesarios y los bloqueos a las plantas locales vienen desde mayo (Di Pace)
Con el Banco Central contando cada dólar que sale, salir a reemplazar las humildes cubiertas de un auto familiar puede ser particularmente oneroso. Es difícil encontrar cubieras por debajo de los $30.000 la unidad, y eso en los modelos más económicos. Si se trata de modelos especiales, los valores se pueden disparar varias veces.
“No se están pudiendo importar los neumáticos necesarios y los bloqueos a las plantas locales vienen desde mayo, con lo cual tampoco se puede aspirar a reemplazar con la producción local”, dijo Damián Di Pace de Focus Market.
SEGUIR LEYENDO: