Las fuertes restricciones a las importaciones se mantendrán en los próximos meses, ante los problemas que tiene el Banco Central para acumular dólares. Las dificultades que tienen las empresas para producir, ante la falta de insumos, está generando más presión sobre los precios y seguirá alimentando el nivel de inflación de los próximos meses.
El índice de julio arrojó un nivel récord de 7,4% y en agosto se mantendrá por encima del 6%. Las proyecciones para lo que resta del año no son precisamente optimistas y se ve casi imposible que en el próximo cuatrimestre la inflación caiga del 5% mensual.
Más allá de la emisión monetaria, uno de los factores que sigue impulsando la inflación pasa por los problemas de oferta que sufre la economía. La decisión del Banco Central de obligar a las empresas a financiar el pago de importaciones por 180 días desde julio llevó el problema a otro nivel.
Cientos de empresas quedaron en situación de “default comercial” con sus proveedores del exterior. La situación más complicada pasa por productos que ya llegaron al país, pero que sin embargo no se pudieron pagar ante la decisión del BCRA de no liberar las divisas. Muchas empresas optaron por pagar transfiriendo divisas directamente desde cuentas del exterior, es decir al precio del “contado con liquidación”.
En otras palabras, es creciente la cantidad de productos que ingresan ya no al precio del dólar oficial sino al tipo de cambio financiero, lo que obliga a sustanciales remarcaciones.
Este fenómeno se suma a lo que ya hace tiempo venía sucediendo. Hace más de un año que la incertidumbre sobre el acceso al mercado cambiario lleva a las empresas a remarcar exageradamente. Así se cubren ante posibles faltantes de stock y menor facturación futura.
Es creciente la cantidad de productos que ingresan ya no al precio del dólar oficial sino al tipo de cambio financiero, lo que obliga a sustanciales remarcaciones
En este contexto, Sergio Massa está negociando con el sector agropecuario para aumentar la oferta de divisas. El ministro de Economía busca mejorar el tipo de cambio para el sector de manera temporal para alentar la liquidación y fortalecer las reservas del Central. Cuando llegó al ministerio prometió USD 5.000 millones de distintos sectores en concepto de adelanto de exportaciones. Pero hasta ahora consiguió un volumen mínimo. Además, también habló de un posible préstamo de bancos extranjeros y un fondo soberano, pero sin mayores novedades hasta ahora. La baja cotización de los bonos argentinos, que deberían ser utilizados como garantía, dificulta una operación de estas características.
Más allá de las dificultades para fortalecer las reservas, en el mercado generó alivio que el Central mantenga una postura compradora en las últimas semanas. Se trata de compras a cuentagotas, pero se valora que haya dejado de perder divisas diariamente, como fue una constante en julio y parte de agosto.
En las reuniones que mantendrán los equipos técnicos del ministerio de Economía con el staff del FMI en Washington la semana próxima, el futuro del funcionamiento mercado cambiario quedará en el centro de la escena. Una de las cuestiones principales es qué pasará con la acumulación de divisas que se pactó a principios de año. Sin embargo, hasta no logró nada de aquel compromiso y el BCRA en teoría debería acumular USD 7.000 millones hasta fin de año para no incumplir. Se estima que el tema será conversado y que el organismo aceptará renegociar dicha meta o bien se introducirá un cambio en la misma, teniendo en cuenta el mayor volumen de importación de energía producto del fuerte aumento de los precios internacionales.
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