Esta semana se oficializaron los valores de la energía mayorista para los meses de septiembre y octubre, con precios más altos para los usuarios de mayores ingresos (Nivel 1), que perderán a partir del mañana, con el inicio de septiembre, una parte de los subsidios. Según cálculos de especialistas en el sector el impacto en el precio final de la factura rondaría el 35% a partir de septiembre.
El precio mayorista de la energía eléctrica es uno de los componentes del precio final de la factura que pagan los usuarios, luego se suman el precio del transporte, de la distribución y los impuestos. De acuerdo al esquema de quita, la eliminación de subsidios para la electricidad se dará en tres etapas: un 20% en septiembre, 40% en noviembre y 40% en enero del año próximo. Será para los usuarios de más poder adquisitivo y los que no se hayan inscripto en el registro para mantener el beneficio.
La eliminación de subsidios para la electricidad se dará en tres etapas: un 20% en septiembre, 40% en noviembre y 40% en enero del año próximo
¿Cual será el aumento final para enero de 2023, cuando se eliminen por completo los subsidios? Aun no puede calcularse porque no se conoce el precio mayorista de la energía a partir de noviembre. Los precios publicados hasta el momento (vigentes hasta octubre) indican que para los usuarios del Nivel 1 se encuentran entre 66% y 75% por encima de los precios anteriores y de los usuarios de los otros niveles, que mantienen los subsidios. Con todo, este no será la suba que se verá reflejado en las facturas ya que el precio de la energía representa aproximadamente un tercio del precio final que pagan los usuarios.
Para los usuarios del Nivel 1, el precio estabilizado de la energía (PEE) por MWh, la unidad de medida del sector, pasará en septiembre de $2.981 a $5.070, fuera de las horas pico o valle.
“Aun no sabemos cuál será el costo del precios mayorista del trimestre noviembre-enero. Y por lo tanto desconocemos la magnitud exacta de los próximos aumentos. Ahora, si suponemos que el costo va a ser igual al trimestre agosto-octubre, faltaría un aumento del 170% en el precio de la energía eléctrica que tendría un impacto en la boleta del 85% adicional al 35% de este primer aumento. Lo que en total es 150%, siempre de manera aproximada porque varía entre las provincias”, estimó Julián Rojo, economista del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi.
“Pero es importante destacar que hay que esperar a ver la programación estacional de Cammesa, la compañía administradora del mercado mayorista eléctrico, para saber los costos. El impacto final exacto en la factura final lo vamos a saber cuándo se sancionen los cuadros tarifarios”, aclaró.
El impacto final exacto en la factura final lo vamos a saber cuándo se sancionen los cuadros tarifarios (Julián Rojo)
Aun resta que el Gobierno oficialice los precios estacionales de la energía para el Nivel 3 (ingresos medios) que siguen recibiendo tarifa subsidiada pero con un tope de consumo. Este límite es de 400 kwh para los usuarios de todo el país y se extiende a 550 kwh para las ciudades donde no hay servicio de Gas Natural.
Estos valores permiten a los entes reguladores de cada distrito del país elaborar los nuevos cuadros tarifarios, el requisito clave para que las distribuidoras puedan facturar con los nuevos precios sin subsidio. El ENRE solo abarca el territorio del AMBA.
En las últimas semanas hubo desánimo en el sector eléctrico porque las empresas no tuvieron acceso a las listas de los clientes que dejarán de recibir el aporte estatal. Según explicaron desde la Secretaría, uno de los cuellos de botella para avanzar más rápidamente con el nuevo esquema fueron las listas de usuarios divididas en los tres niveles según los ingresos.
El punto de partida fueron los datos recolectados en el formulario online y en las oficinas de Anses de los usuarios que pidieron mantener los subsidios. Esa enorme base de datos —hubo cerca de 9 millones de hogares que se inscribieron— luego tuvo que ser contrastada con los datos de los usuarios de cada jurisdicción.
Los problemas se dieron en los casos de usuarios que cargaron mal sus datos (el número de suministro del servicio no coincide con el domicilio declarado) y en la falta de actualización de la información de algunos entes reguladores o distribuidoras locales chicas. Desde la secretaría de Energía destacaron que se hizo un enorme esfuerzo de modernización, ya que era la primera vez que se armaba una base de usuarios tan amplia y segmentada. Incluso se encontraron con pequeñas cooperativas donde la información de los usuarios estaba sin digitalizar, escrita a mano.
Otra demora se dio por la decisión de incluir, en forma temporal, a los beneficiarios de tarifa social en el sector de menores ingresos (Nivel 2), que mantienen los subsidios, aun en aquellos casos donde no se hayan inscripto en el registro. Esto demandó cruces con otros organismos.
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