Proyectan un bajo nivel de ingreso de dólares hacia fin de año y se dificulta la acumulación de reservas

La meta pactada con el FMI es casi imposible de cumplir. El Banco Central precisaría sumar unos USD 7.000 millones en el último cuatrimestre. Las opciones que analiza el equipo económico

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Peatones pasan frente al edificio del Banco Central de Argentina en Buenos Aires.. Foto de archivo. REUTERS/Enrique Marcarian
Peatones pasan frente al edificio del Banco Central de Argentina en Buenos Aires.. Foto de archivo. REUTERS/Enrique Marcarian

A través de un audio viralizado, el flamante secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, se ocupó de dejar en claro que no está en los planes una devaluación brusca del tipo de cambio oficial. Sin embargo, la discusión en torno a un posible desdoblamiento cambiario sigue sobre la mesa de discusión en el equipo económico. Los pros y los contras de una medida de estas características serían discutidas la semana que viene con el FMI en Washington.

Los dichos de Rubinstein están en línea con lo que Sergio Massa viene transmitiendo en las reuniones con empresarios. El ministro de Economía dejó bien en claro la semana pasada que un salto devaluatorio no está en la hoja de ruta. La prioridad absoluta en esta etapa es fortalecer las reservas y disminuir los peligros de una nueva crisis como la sucedida en junio y julio pasado.

El “plan A” de Massa para sumar las reservas del Banco Central sigue en marcha, pero enfrenta dificultades. Hasta ahora, no pudo definir un esquema con el campo que acelere la venta de la cosecha de soja.

De los USD 5.000 millones que supuestamente adelantarían distintos sectores exportadores entró un monto ínfimo. Tampoco hubo novedades sobre posibles préstamos de bancos internacionales a través del “repo”. Esto significa que aún está por verse de dónde salen los USD 7.000 millones prometidos en los primeros días de su gestión.

En la segunda parte de agosto, al menos, el BCRA consiguió terminar con saldo positivo sus intervenciones en el mercado. En parte porque se importó menos energía respecto a las previsiones y al mismo tiempo las liquidaciones de divisas por parte de las cerealeras se mantuvieron a un buen ritmo. Pero los USD 300 millones que consiguió son un volumen ínfimo al lado de las necesidades de la economía.

La meta comprometida con el FMI en materia de acumulación de reservas netas luce hoy casi incumplible. Según detalló el economista jefe de TPCG Valores, Juan Manuel Pazos, el stock del BCRA según la medición del Fondo está USD 1.200 millones abajo respecto a fines de 2021.El año debería terminar USD 5.800 millones arriba. “Eso significa que el BCRA debería acumular reservas por USD 7.000 millones hasta fin de año”, señaló el especialista.

Es virtualmente imposible que esto suceda sin tomar medidas adicionales. Incluso se espera que en el ultimo trimestre ingrese un volumen muy bajo de dólares, como sucede todos los años. La cosecha de trigo recién impactará a fin de año y en particular en enero. Massa aprovechará su viaje a Estados Unidos para destrabar algunos préstamos de organismos internacionales. Pero todo está aún muy verde.

La opción de conseguir dólares frescos como adelanto por parte de distintos exportadores sigue todavía en veremos. Por eso, la posibilidad de ir hacia un desdoblamiento del tipo de cambio es una opción en estudio.

Según un cálculo del economista Fernando Marull, una medida de estas características le permitiría al Central frenar el drenaje de divisas en los próximos meses y marginalmente acumular. “La principal consecuencia sería la de equilibrar la balanza de servicios, que hoy es muy deficitaria por el turismo y representa una salida de USD 1.000 millones mensuales”.

Sergio Massa sigue adelante con su plan para incentivar la liquidación de divisas por parte de los principales sectores exportadores. Sin embargo, las dificultades para conseguir ese objetivo y acumular reservas provocan que siga sobre la mesa la posibilidad de avanzar hacia un desdoblamiento cambiario

Un eventual desdoblamiento implicaría que todos los gastos con tarjeta en el exterior o compra de pasajes pasarían directamente por el canal financiero, por lo que el Banco Central ya no se vería obligado a intervenir. Una decisión de estas características no estaría exenta de riesgos, teniendo en cuenta el escaso volumen de reservas que ya hoy tiene el Central y que se trata de un “experimento” que no se lleva adelante desde la década de 1980.

Sin un sinceramiento cambiario y una brecha que se mantiene cerca del 100%, cualquier medida que se tome en forma aislada seguirá siendo un parche. El objetivo de eliminar el cepo cambiario está presente, pero es prácticamente imposible lograrlo en las actuales condiciones económicas y políticas.

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