El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, salió al cruce de los trascendidos del fin de semana que apuntaban a un posible salto del dólar oficial, una suba del tipo de cambio del orden de 50% a partir del 1 de septiembre. Aunque las versiones se disiparon, el frágil estatus de las reservas del BCRA, la brecha cambiaria por encima del 100 por ciento, la magra oferta de exportadores a esta altura del año y una demanda de divisas sostenida motorizan una nueva disparada de las expectativas de devaluación, tal como se observó en las tasas convalidadas en el mercado de dólar futuro.
Ahora bien, que se disipen los fantasmas de un salto “discreto” del dólar oficial no quiere decir que el peso argentino no se encuentre en un tobogán devaluatorio. De hecho, la trepidante inflación de los últimos meses también le dio un empujón extra a la suba del controlado dólar oficial.
Las implícitas en los contratos de dólar futuro se encuentran en máximos históricos, incluso sobrepasando el pico crítico de julio pasado
Un informe de Portfolio Personal Inversiones destacó que “la autoridad monetaria llevó el crawling peg (devaluación gradual) a una Tasa Nominal Anual de 63,4% -media de cinco días-, acelerando levemente desde 62,7% el viernes. Este ritmo de devaluación equivale a una suba del dólar oficial de 5,2% en agosto, mientras que el mercado de futuros descuenta un avance de 5,7%”.
Esto quiere decir que la suba del dólar oficial se acelera, pero se mantiene negativa en términos reales si se tiene en cuenta que los analistas privados prevén una inflación próxima al 7% en agosto. Una tasa nominal de 63,4% representa una Tasa Efectiva Anual del 84,8% por el interés compuesto a lo largo doce meses, muy similar una inflación esperada para el mismo período de 83,7%, según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que confecciona el BCRA en base a consultoras.
Los inversores también participan del mercado de dólar futuro, donde se cursan operaciones en pesos atadas a la evolución del tipo de cambio oficial y donde el Banco Central es el principal jugador, justamente para incidir en las expectativas devaluatorias de los actores privados.
“Para los próximos meses, el crawling peg equivalente implícito en futuros de ROFEX (...) se dispara sensiblemente, reflejando lo que sucede en las tasas implícitas. El mercado descuenta una aceleración del ritmo de devaluación a 9,82% en septiembre (Tasa Nominal Anual de 117,7% o Tasa Efectiva Anual de 207,2%) y 9,85% en octubre (Tasa Nominal Anual de 118,2% o Tasa Efectiva Anual de 208,7%)”, calcularon los expertos de Portfolio Personal.
Asimismo, la plaza local espera que el crawling peg recién vuelva al ritmo actual para febrero 2023, según los contratos pactados para dicha fecha, de 5,1% mensual, que equivale a una Tasa Nominal Anual de 61% o Efectiva de 81,3% anual.
“No esperamos que el BCRA convalide este sendero devaluatorio, sino que es un termómetro de la probabilidad de un salto discreto del tipo de cambio en los próximos dos meses”, aclararon desde Portfolio Personal.
Nicolás Capella, sales trader del Grupo IEB (Invertir en Bolsa), explicó que hay que seguir de cerca el “rolleo” (renovación de vencimientos) que efectúa el BCRA sobre sus contratos de dólar futuro, estimados en el equivalente a unos USD 7.000 millones. Si el Central “da la señal de que empieza a vender contratos de futuros de septiembre con el mismo volumen que vendió los de agosto, lo que está diciendo el Central es ‘no voy a devaluar en el mes de septiembre’, por lo cual nos da un poco la pista del cuál es la política monetaria van a aplicar Massa y Pesce“ en el corto plazo.
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