El Gobierno analiza flexibilizar el cepo cambiario para las empresas mineras y permitirles el acceso a divisas para giros de dividendos a casas matrices. El Ministerio de Economía evalúa cómo pondrá en marcha un esquema más permisivo para ese sector, que exporta todo lo que produce, con la condición de que las compañías agreguen valor a su extracción.
El ministro de Economía Sergio Massa había anticipado hace algunos días en el Council de las Américas que el equipo económico buscaría incluir a la minería en un esquema de facilidades para el acceso a dólares, en el marco de una fuerte restricción de divisas. Un mecanismo así espera la reglamentación final para el caso de las inversiones energéticas.
La Secretaría de Minería que encabeza Fernanda Ávila estudia de qué forma puede implementar un régimen de flexibilización del cepo al dólar, algo similar a lo que el Gobierno ya estableció para las empresas de hidrocarburos. Pero las particularidades de la industria minera le impiden que el sistema para proyectos energéticos sea extrapolado de manera directa, sino que buscarán criterios distintos. Para los hidrocarburos, por ejemplo, el esquema “premia” a aquellas compañías que registren incrementales en su nivel de producción.
Massa había anticipado hace algunos días en el Council de las Américas que el equipo económico buscaría poder incluir a la minería en un esquema de facilidades para el acceso a dólares
La iniciativa está en etapa preliminar por lo que las conversaciones están recién en su inicio, aunque desde las empresas consultadas por pocos detalles sobre cómo funcionará ese esquema para las particularidades de la industria minera, aunque se sabe que el beneficio -así como está pensado para la producción incremental de hidrocarburos- estará basado en el nivel de agregación de valor sobre el producto extraido.
No está previsto, por ejemplo, que esa exigencia de dotar de valor agregado al producto mineral implique la construcción de plantas que refinen o elaboren la extracción primaria, porque se trataría de una inversión adicional elevada que recaería en los privados -y para lo cual estiman que no existe una escala de producción suficiente que la haga viable económicamente- sino que se bajaran otras opciones.
Valor agregado también podría ser considerado, en ese sentido, el desarrollo de proveedores locales o la formación y capacitación de empleados, entre otras medidas. La minería, al tener distintos minerales dentro de su entramado productivo, tiene realidades distintas según cada caso.
Las inversiones de proyectos de cobre, por ejemplo, implican a priori un desembolso mucho más grande, una duración de la explotación más larga y mayor cantidad de empleados -principalmente durante la etapa de producción- que en comparación con el litio, en que todas esas variables tienen una magnitud menor.
El criterio de valor agregado también podría incluir, en ese sentido, el desarrollo de proveedores locales o la formación y capacitación de empleados, entre otras medidas
“Estamos en conversaciones con el sector para saber cuáles son las necesidades que tienen ellos, para potenciar las exportaciones y para extender la vida útil de algunos de los proyectos activos”, mencionó una fuente oficial involucrada en las conversaciones con las empresas del sector. La cuestión de la vida útil de los yacimientos mineros no es menor: en algunas provincias la curva de producción se encuentra en franco descenso por el propio agotamiento del recurso y el Gobierno busca recuperar ese ritmo de actividad.
Tampoco sería posible poner la misma condición de incremento de producción para otorgar esas facilidades de acceso a divisas porque los proyectos mineros no tienen la posibilidad de, por ejemplo, decidir un aumento en la cantidad de pozos en perforación para aumentar la producción, como en el caso de los hidrocarburos. No está en el horizonte, por el momento, un cambio en términos impositivos para la actividad.
Los proyectos mineros son netamente exportadores y además aparece en el tope de los sectores con anuncios de inversiones en los últimos años. Actualmente hay en el país 119 proyectos mineros, de los cuales 18 están en etapa de producción, mientras la mayor parte está en exploración avanzada o en evaluación económica preliminar para estudiar su viabilidad. De esos 119 proyectos en total, en el primer puesto del ránking aparece el oro (41), seguido del litio (38), cobre (20), plata (10) y otros minerales, con 10 casos más.
En los despachos oficiales reconocen de todas formas que hubo en los últimos años un “boom” del litio: de los últimos USD 10.000 millones de anuncios de inversión en minería, unos USD 4.500 millones correspondieron a ese mineral. Cuatro provincias tienen bajo su tierra potencial de litio que o bien ya está siendo extraído o bien está en estudio: Jujuy, Salta, Catamarca y San Juan.
Actualmente hay en el país 119 proyectos mineros, de los cuales 18 están en etapa de producción, mientras la mayor parte está en exploración avanzada o en evaluación económica
La minería es el tercer complejo exportador del país. Las exportaciones de minerales alcanzaron en julio último los USD 291 millones y acumularon USD 2.209 millones durante los primeros siete meses del año, lo que representó un aumento del 31% en comparación con el mismo periodo de 2021 y el nivel más alto en nueve años, según datos difundidos por la Secretaría de Minería.
Para el caso del litio, en julio se exportaron USD 83,9 millones, superando al anterior monto récord de junio de este año. Esto significó un crecimiento del 459% interanual y, por primera vez desde febrero de 2008, las exportaciones de litio superaron a las de plata. Así, el litio explicó el 29% de las exportaciones totales de minerales en julio.
La provincia con mayor volumen de exportación minera, por mucha diferencia, es Santa Cruz. En el primer semestre del año esa cifra fue de USD 905 millones. En segundo lugar quedó San Juan (USD 460 millones), Jujuy (USD 289 millones), Salta (USD 143 millones) y Catamarca (USD 69 millones).
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