El riesgo país sigue cayendo a paso firme y ayer perforó los 2.350 puntos, reflejando una significativa mejora de los precios de los bonos, que ya dejaron atrás los mínimos que habían alcanzado tras la renuncia de Martín Guzmán al ministerio de Economía. Pero dentro de este clima de menor stress financiero, sobresale el interés de muchos inversores en uno de los papeles emitidos recientes por el Tesoro: el bono dual.
Este instrumento se utilizó para el canje que llevó adelante el ministro de Economía, Sergio Massa, con el objetivo de despejar el horizonte de vencimientos de deuda. El foco estaba puesto especialmente en septiembre. Pero la emisión de este particular título permitió que se lograra una fuerte suscripción, que en la práctica implicó patear para adelante cerca de 2 billones de pesos en vencimientos de deuda local. Septiembre lucía como el mes más complejo con vencimientos que superaban el billón de pesos, pero luego de esta transacción quedó mucho más despejado desde el punto de vista financiero.
El motivo del interés del mercado en este título en especial es justamente que da la posibilidad de apostar a dos “bandas”: al vencimiento, el bono dual paga según el ajuste del CER acumulado durante el período (o sea, la inflación minorista) o la evolución del tipo de cambio mayorista, según cuál haya aumentado más. De esta forma, se acota sustancialmente el riesgo, por ejemplo si sucede una devaluación o se dispara aún más el Indice de Precios al Consumidor.
El título fue emitido a tres plazos distintos: junio, julio y septiembre, este último con vencimiento post PASO, que era uno de los objetivos de Massa cuando lanzó el canje.
La emisión de un bono dual fue una medida clave en el arranque de la gestión de Massa para despejar el horizonte financiero de corto plazo. Ahora se trata de un instrumento muy demandado por los fondos comunes de inversión, pero también por inversores minoristas que prefieren un instrumento alternativo al dólar
Los fondos comunes de inversión que invierten en pesos son uno de los grandes demandantes de este bono dual y una importante proporción lo incorporó en sus carteras. En las últimas semanas también surgieron muchos inversores minoristas que prefirieron apostar por este bono en vez optar por instrumentos dolarizados. Esto también ayudó a quitarle demanda a los dólares financieros y evitar que se dispare la brecha. Ayer se registró una baja tanto en el “contado con liquidación” a $ 302, mientras que el dólar MEP terminó en $ 287, unos 3 pesos abajo del cierre anterior.
La emisión de deuda indexada por supuesto no soluciona los problemas de fondo, pero logra alejar el peligro inmediato. La acumulación de deuda en pesos, no obstante, sigue siendo el principal desafío hacia delante. El temor de la oposición es que la “bola de nieve” de la deuda en pesos siga aumentando a un fuerte ritmo.
La complicación es doble, porque la inflación se disparó, al tiempo que el Gobierno se niega a avanzar con una devaluación abrupta del tipo de cambio oficial. Eso implica que la deuda en moneda local está aumentando fuertemente en moneda dura, pero también en términos de PBI.
Bonos en dólares
Más allá del bono dual, que es sobre todo de consumo interno, ayer fue un día especialmente positivo para los bonos dolarizados lo que permitió una caída del riesgo país de más de 50 puntos básicos. Las subas que se venían sucediendo en las últimas semanas, ayer se aceleraron notoriamente. Los títulos AL29 y AL30, los más cortos surgidos del canje de deuda efectuado por Martín Guzmán en 2020, ahora volvieron a rozar los USD 25, dejando atrás los pisos de USD 18 que llegaron a tocar cuando estalló la crisis financiera. Las subas oscilaron entre el 3% y el 4%, lo que evidencia un interés que se vuelve a despertar también entre inversores extranjeros, apostando a medidas fiscales más racionales y a una lenta recuperación de reservas.
Por otra parte, los ruidos políticos generados por el pedido de 12 años de prisión para Cristina Kirchner también podrían haber tenido un impacto favorable, ya que muchos empiezan a apostar a un recambio político en las elecciones presidenciales del año que viene.
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