Aunque las medidas que esperan los inversores aún no llegaron, el viento de cola que sopla en la región sigue ayudando a la gestión de Sergio Massa. La resurrección de los bonos continuó por tercera rueda consecutiva y el riesgo país tuvo una importante caída de 49 unidades (-2%) a 2.347 puntos básicos. En tres ruedas el riesgo país cedió 111 unidades (-4,5%). El bono de la deuda con ley extranjera que más subió fue el Global 2035 (+5%).
“Desde que asumió Massa hay un viento a favor en toda la región, del que está afuera Chile, por razones obvias. Este viento sopla en Brasil, en Colombia, en México, en Perú y también en la Argentina donde el fenómeno alcanza a las acciones además de los bonos. El nuevo ministro de Economía asumió con suerte; el viento de cola se mantiene. El problema es que en este lapso no lograron avances concretos, particularmente en el tema más urticante que es el de las reservas internacionales que puede hacer que el país acuda al FMI para utilizar el fondo que se creó para la pandemia que podría otorgarnos otros USD 1.300 millones. Estamos buscando más deuda para evitar lo que a gritos pide la economía que es un sinceramiento del tipo de cambio. El campo lo reclama porque los costos no le cierran; vemos el problema que ocasiona el aumento de la urea a nivel mundial”, señaló el analista Leonardo Chialva.
“Un dato que muestra el atraso cambiario es que las importaciones de whisky se duplicaron respecto de 2019 porque es una bebida que se puede almacenar y los importadores aprovecharon el tipo de cambio oficial. Esto es insostenible como lo son los pasivos del Banco Central con este nivel de tasas de interés. Hay una combinación de factores que no terminan de resolverse más allá de la promesa del ajuste fiscal. Así que seguimos navegando por aguas tormentosas, pero con un contexto regional que nos sigue ayudando desde el 21 de julio pasado. Da la sensación de que hay pocos avances con USD 1.000 millones netos en el Banco Central y un aplastamiento de las importaciones que lo sentimos en los datos de actividad industrial que en julio cayó más de 3%. En definitiva, es un ajuste recesivo el que se está planteando. Porque al no querer devaluar se planchan las importaciones de manera discrecional y habrá empresas que no van a tener insumos ni productos para vender o fabricar. Y aquí empieza la parte negativa”, agregó Chialva.
Entre los bonos en pesos los más destacados fueron los duales que aumentaron 0,50%. Estos títulos lanzados hace poco más de una semana ajustan por el valor del dólar (dollar linked) o por el CER, el índice que más le convenga al inversor a su vencimiento. El que vence en julio próximo acumula subas de 5% en 10 días.
Las acciones también tuvieron este viento de cola. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, subió 2,37% en pesos y 4,3% en dólares. Lo curioso es que las líderes subieron 14% en dólares en el año y de ese total, 12% lo lograron en agosto.
El monto de negocios se acopló a ese optimismo y se operaron nada menos que $2.855 millones. Los papeles más beneficiados fueron Transportadora Gas del Norte (+5,64%) y BBVA (+5,5%).
Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron escasos $4.698 millones porque los inversores norteamericanos están cautos, a diferencia de lo que ocurre en Latinoamérica.
Los dólares financieros entraron en pausa por las negociaciones de Massa con el campo. De esta manera, los bonos que se utilizan para operarlos tuvieron fuertes subas. El AL30D aumentó 3,81% y el GD30, 3,23%. El resultado de este movimiento fue una caída del dólar MEP de $1,55 (-0,5%) a $286,60. El contado con liquidación perdió nada menos que $5,52% (-1,8%) a $293,48. Hace dos ruedas superaba $300.
El dólar mayorista aumentó 20 centavos a $137,15. El Banco Central pudo comprar USD 6 millones, pero las reservas cayeron USD 19 millones a 37.002 millones por la fortaleza del dólar frente a las seis principales monedas del mundo. El euro quedó por debajo del dólar en USD 0,9970 y también cayó el yuan.
Para hoy se espera alguna toma de ganancias en bonos, aunque hay fondos del exterior que siguen viendo precios de oportunidad en la región en particular en Brasil.
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