De acuerdo al cronograma detallado por el Gobierno, entre septiembre y noviembre se comenzará a implementar la quita de subsidios a la energía eléctrica, el gas natural y al servicio de agua potable para los usuarios de mayor poder adquisitivo, al mismo tiempo que comenzará a regir el tope al consumo subsidiado para los usuarios de los segmentos medios. ¿Qué impacto puede tener la medida en la inflación de los próximos meses?
Según estimaciones de la consultora Equilibra, el impacto directo de el proceso de segmentación de tarifas de luz, gas y agua —que termina en marzo de 2023— será de casi 2 puntos porcentuales adicionales sobre la inflación, de los cuales un punto porcentual se sumaría a la inflación de este año y el resto se reflejará en el primer trimestre del año próximo. Sin embargo, advierten que el aumento de los costos del suministro de electricidad de los comercios incidirá sobre el precio final de los bienes y servicios que venden, por lo que el impacto total superaría los 2 puntos porcentuales.
El ahorro total entre subsidios a la electricidad, gas y agua sumaría 0,21 puntos porcentuales del PBI y hubiera sido de 1,6 puntos porcentuales del PBI si se aplicaba desde principios de año
“El ahorro total entre subsidios a la electricidad, gas y agua sumaría 0,21 puntos porcentuales del PBI en 2022 respecto al escenario en el que no se aplica la segmentación, y hubiera sido de 1,6 puntos porcentuales del PBI si el esquema se aplicaba desde principios de año”, aclaró el informe de Equilibra, desarrollado por la economista Lorena Giorgio.
El Gobierno anunció la segmentación de tarifas y los topes al consumo de gas y electricidad como una medida destinada a ajustar el gasto en subsidios energéticos y reducir el déficit operativo de la empresa Aysa para acercarse al rojo primario de 2,5% del PBI acordado con el FMI. La quita de subsidios para la electricidad y el gas dependerá del nivel de ingresos de los usuarios y se realizará en tres etapas (20% en septiembre y el resto en noviembre y enero). En el caso de la luz, la quita también afectará a los comercios y consorcios.
Según las estimaciones de Equilibra, la suba final de las boletas que recibirán los hogares de mayores ingresos —a los que se le quitarán los subsidios— casi se triplicará en el caso de la electricidad y casi se duplicará en el caso del gas (con diferencias por regiones). En el caso de las familias de ingresos medios, se estiman que un cuarto del total podría exceder los topes mensuales subsidiados. Mientras que los usuarios con tarifa social no sufrirán modificaciones en sus facturas.
Por su parte, la consultora C&T Asesores Económicos estimó un impacto inflacionario en el IPC de 4,3% sobre la inflación desde septiembre de 2022 a marzo de 2023 (0,4% para gas, 1% electricidad, 1% para agua y un 1,9% vía expensas). “En la medida que afecte a los comercios, eso implica también más costos para los propietarios y la posibilidad de que se pase a precios de venta. Por eso, sobre lo que estimamos en 4,3% hay un efecto adicional que es efecto indirecto por el aumento de los costos en los comercios, pero que no es fácil de cuantificar”, aseguró Camilo Tiscornia, director de la consultora.
Por otro lado, habrá un efecto de segunda ronda por el impacto de las subas sobre la ecuación de costos de los comercios (sobre todo aquellos más dependientes del insumo energético) que será trasladado en mayor o menor medida a los precios al consumidor
De acuerdo a la información que trascendió hasta ahora sobre la segmentación —aun no se dio a conocer la reglamentación—, los analistas de la consultora EcoGo estimaron que el impacto sobre el índice de precios es, a priori, acotado, dada la baja participación en el índice de precios pero fundamentalmente por la alta nominalidad de la inflación (proyectada en 6,5% para agosto luego del 7,4% de junio).
Los resultados del impacto final en la inflación se estimaron de acuerdo a dos situaciones: los que no solicitaron el subsidios dejan de recibirlo (caso 1) o los que no lo solicitaron lo reciben o no de acuerdo a la distribución de aquellos que sí lo solicitaron (caso 2).
Con todo, desde septiembre esperan que la suba de tarifas aporte un 0,3 puntos porcentuales (en el caso 1) o 0,2 puntos porcentuales (en el caso 2) a la inflación con subas anunciadas en electricidad y gas. En octubre, el aumento de tarifas de agua de 10% para todos los usuarios —acordado antes de los anuncios de segmentación—implicaría un aporte de solo 0,1 puntos porcentuales. Para noviembre, ya con el aumento simultáneo de los tres servicios, se espera un mayor impacto en el índice de precios que alcanzaría entre 0,8 y 0,5 puntos porcentuales.
“Desde lo conceptual, el ajuste al alza en las tarifas de servicios públicos (contracara de la reducción en la cuenta de subsidios) impactará sobre la dinámica inflacionaria por dos vías desde septiembre: la directa y la indirecta. En primer lugar, a través del efecto de primera ronda del aumento de tarifas. Esto es, el impacto directo por la suba que verán los usuarios en sus facturas, pero también los consorcios, impactando sobre las expensas”, señaló Santiago Manoukian, economista de Ecolatina.
“Por otro lado, habrá un efecto de segunda ronda por el impacto de las subas sobre la ecuación de costos de los comercios (sobre todo aquellos más dependientes del insumo energético) que será trasladado en mayor o menor medida a los precios al consumidor. Estos efectos, en conjunto con un mayor crawling peg al de los meses previos y la reapertura de paritarias mantendrían elevada la inercia inflacionaria en los próximos meses. Por otro lado, la continuidad de las restricciones a las importaciones, en conjunto con la evolución de la brecha cambiaria, será un factor adicional a monitorear por su efecto sobre las presiones inflacionarias”, agregó el economista.
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