La demorada confirmación de Gabriel Rubinstein como secretario de Programación Económica fue muy bien recibida por sus pares profesionales. A continuación, sus apreciaciones ante la consulta de Infobae.
“Rubinstein es un profesional competente, con una visión fiscalista, ortodoxa, que es lo que se necesita para empezar a ordenar la economía”, dijo Ricardo Delgado. “En la emergencia se hace lo que se puede, pero si el gobierno quiere completar una agenda de contención de daños, que no es un plan de estabilización, sino uno que sirva para evitar una nueva crisis, el aporte de Rubinstein es importante para llegar a buen puerto”, observó el director de la consultora Analytica, quien señaló que Rubinstein tendrá entre sus tareas “preparar y llevar la negociación con el Fondo Monetario Internacional, que es compleja: el FMI tiene que decidir si aprueba o la ejecución del programa en el segundo trimestre. Algunas metas se pueden discutir, pero la meta de acumulación de reservas claramente no se cumplió”. Un desafío aún más inmediato es la escasez de reservas del Banco Central. Rubinstein no aportará dólares, per se, observó al respecto Delgado,
En cuanto a lo inmediato, el problema de la escasez de reservas, Delgado señaló que si bien Rubinstein per se no aportará dólares, su designación termina de conformar “un equipo en el que hay jugadores en cada puesto, lo que es importante como mensaje”.
De todos modos, concluyó el director de Analytica, el ministro sigue siendo Sergio Massa, que debe aportar la parte más importante: la capacidad política para implementar una agenda de consolidación fiscal y monetaria.
Tres frentes
Esteban Domecq, director de la consultora Invecq, precisó tres temas críticas que deberá abordar el ahora viceministro de Economía. En primer lugar, el déficit fiscal. “La trayectoria fiscal en el arranque del año muestra un déficit que está creciendo en relación a 2021, muy desviado del objetivo acordado con el FMI de 2,5% para este año.Las medida anunciadas hasta acá por el nuevo ministro no corrigen el desvío. Deberán anunciar inminentemente medidas de fondo que permitan encauzar el rojo fiscal a solo cuatro meses de terminar el año. El respaldo político será crucial”, dijo Domecq.
En segundo lugar, el economista apuntó a la política cambiaria. “Con una brecha cambiaria aún arriba de 100%, continúan atrasando el Tipo de Cambio Real y el BCRA se quedó sin reservas. Con la merma de la liquidación de los dólares del agro, el mercado de cambios quedó virtualmente estrangulado y requiere una solución inmediata. La aceleración del crawling peg en un contexto de fuerte aceleración inflacionaria y sin consistencia macroeconómica agrava el cuadro. Las dos alternativas que quedan son salir con salto discreto del tipo de cambio oficial o a través de un desdoblamiento. Sin reservas, sin anclaje de expectativas y con los niveles actuales de inflación, el espacio político y económico para intentar el salto discreto es muy finito y una mala ejecución puede terminar espiralizando dejando a la economía en u escenario macro disruptivo. La alternativa que luce más probable como para hacer un puente a diciembre 2023 sería intentar algún esquema de desdoblamiento. Conseguir algo de dólares financieros puede funcionar como paliativo, pero no resuelve el problema. Reconfigurar la política cambiaria resulta inexorable”, señaló Domecq.
El tercer frente que deberá afrontar Rubinstein, dijo el director de Invecq, será el del mercado de pesos. “A pesar de la suba de tasas de las últimas semanas tanto plazos fijos como el mercado de bonos del Tesoro siguen con rendimientos negativos con respecto a la inflación proyectada. El gran obstáculo hacia adelante será reducir el miedo al reperfilamiento y el riesgo pared, y que la demanda de pesos por parte de individuos y empresas se sostenga”, dijo Domecq. En ese contexto, concluyó, “además de cumplir con los objetivos fiscales, el programa deberá contar con tasas de interés más elevadas, positivas en términos reales, para evitar que un desarme masivo de plazo fijos o caída de la deuda en pesos haga saltar la brecha cambiaria y aborte el intento de estabilización”.
Diseñar un plan integral y llevarlo a la práctica
Por su parte, María Castiglioni Cotter, directora de C&T asesores económicos consideró “importante” que Massa tenga ahora un economista profesional a cargo de la programación macroeconómica. “Parte del gobierno, sobre todo el ala kirchnerista teme una nueva corrida financiera, aunque ideológicamente resiste las medidas para evitarlo. La gran duda es cuánto apoyo político tendrá la gestión económica para las medidas que es necesario adoptar y ejecutar; ya no alcanzan ni medias tintas, sino medidas que sirvan para resolver los desequilibrios macro”.
La tarea inmediata de Rubinstein, subrayó Castiglioni Cotter, es “diseñar un plan integral y sobre todo llevar las medidas a la práctica, porque hasta ahora hubo poco en materia fiscal: solo el anticipo de Ganancias y la reducción de subsidios, que es poco clara. Rubinstein debe dar integralidad a las medidas que se están adoptando”.
Pablo Repetto, jefe del equipo de Research de Aurum, una Agencia de Liquidación y Compensación), quien trabajó casi veinte años junto a Rubinstein en la consultora GRA (Gabriel Rubinstein & Asociados) dijo que Rubinstein “es un gran profesional que deberá enfrentar un entorno muy desafiante y crítico”, pero cuya capacidad profesional y personal “le aportará mucho al gobierno”.
Su principal aporte, dijo Repetto, será “su visión de equilibrio general” y su desafío inmediato, “recomponer la demanda de pesos, algo que sigue sobresaliendo como un riesgo grande en la macroeconomía”.
Por último, Diana Mondino, economista y profesora de la Ucema, consideró a Rubinstein “un excelente profesional, con experiencia y muy consciente de las limitaciones que todo cambio conlleva. Si tiene un buen aval político creo que tendrá una excelente gestión”.
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