El presidente del Banco Central salió a defenderse ante el récord de stock de Leliq y las altas tasas

Miguel Pesce sostuvo en una columna que el máximo histórico es nominal, mientras que si se ajustan los valores por inflación o relación con el PBI el monto es menor a 2018

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Miguel Pesce, el presidente del Banco Central de la República Argentina. (Reuters)
Miguel Pesce, el presidente del Banco Central de la República Argentina. (Reuters)

El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, publicó una columna de opinión en la que defiende la explosión que tuvo el stock de Leliq, los instrumentos con los que la entidad saca de circulación pesos excentes y cuyo crecimiento había sido una de las principales críticas de campaña de Alberto Fernández en contra de la administración de Mauricio Macri. El funcionario, uno de los últimos albertistas que quedan en funciones en el Gabinete económico, aseguró que el monto esterilizado con esas letras es menor al que existía en 2018, valoró que ya no pueden ser utilizados por inversores que no sean bancos y aseguró que la vigencia de los controles de cambio hace que haya menor riesgo de que disparen una corrida cambiaria.

A través de una columna que lleva por título “Las Leliq ahora respaldan el ahorro de las empresas y familias argentinas”, Pesce trató de responder a críticas en días de récord nominal de la “bola de Leliq”, la cantidad de pesos que están invertidos en esos instrumentos.

Debido a la masiva emisión monetaria que se necesitó para financiar la respuesta a la pandemia en 2020 y, más recientemente, la que se utilizó para rescatar deuda en pesos del Tesoro que se derrumbó en medio de la desconfianza por la capacidad del Gobierno de refinanciar los vencimientos, Pesce ha sido blanco de críticas internas y externas en las últimas semanas. Particularmente, tras la suba de tasas que decidió este mes la entidad creció fuertemente el pago de intereses por Leliq, pases y Notaliq, los instrumentos de regulación monetaria del Banco Central.

“Si el Banco Central no interviniese en el mercado monetario, el exceso de depósitos sobre la demanda de crédito derrumbaría la tasa de interés ubicándola marcadamente por debajo de la inflación, licuando el ahorro argentino”

Cálculos de Libertad y Progreso, por ejemplo, establecieron que los $401.000 millones mensuales que pasó a pagar la autoridad monetaria tras la suba de tasa superan a los pagos mensuales por jubilaciones. Con datos del mes de julio, equivale a: 130% de lo ejecutado para el pago de Jubilaciones y Retiros; 280% lo destinado al pago de Pensiones; casi 6 veces lo ejecutado para el pago de Asignaciones Familiares; 5,2 veces lo destinado al pago de Subsidios a la Energía; casi 11 veces lo pagado en Subsidios al Transporte; más de 11 lo destinado a Universidades Nacionales; y 7,5 veces lo asignado a Provincias.

El argumento es particularmente doloroso. Alberto Fernández había prometido durante la campaña de 2019 había prometido “dejar de pagar los intereses de las Leliq” para aumentar jubilaciones.

“Si el Banco Central no interviniese en el mercado monetario, el exceso de depósitos sobre la demanda de crédito derrumbaría la tasa de interés ubicándola marcadamente por debajo de la inflación, licuando el ahorro argentino y agudizando la desconfianza en la moneda nacional como reserva de valor”, argumentó Pesce en su columna.

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“La remuneración que se paga por dichos instrumentos sustancialmente tiende a compensar el deterioro que sufre la moneda en el proceso inflacionario a la espera que esos recursos se conviertan en financiamiento a través de la demanda de crédito”, agregó.

Según defendió Pesce, el stock de Leliq, pases y otros “pasivos remunerados” se ubicó durante los últimos tres años por debajo de los máximos alcanzados en 2018. Si bien no a nivel nominal, ya que ese stock está en récord histórico, si se ajustan los montos por inflación o por su relación con el PBI.

“El stock de dichos instrumentos promediaba los $6,89 billones en julio de 2022, registro que resulta un 23% inferior al máximo alcanzado en marzo de 2018, cuando el stock de pasivos del BCRA (en aquel entonces LEBAC) expresado a precios actuales equivalía a $8,95 billones”, escribió Pesce.

“El stock de dichos instrumentos promediaba los $6,89 billones en julio de 2022, registro que resulta un 23% inferior al máximo alcanzado en marzo de 2018″

“La medición en términos del PBI ratifica los resultados: promediaron 8,3% del PBI, en tanto el registro máximo de marzo de 2018 equivale a 10,5% del PBI, es decir 2,2 puntos porcentuales mayor que en la actualidad”, agregó.

Por otro lado, el banquero central sostuvo que a diferencia de lo que ocurría con las Lebac, las Leliq son exclusivas para bancos, con lo cual no están expuestas a las entradas y salidas de inversores particulares o fondos de inversión extranjeros.

“La tenencia de pasivos remunerados del BCRA se encuentra en la actualidad limitada exclusivamente a las entidades financieras. Así, los instrumentos de política monetaria del Banco Central están enteramente en manos de instituciones reguladas por la propia autoridad monetaria, cumpliendo exclusivamente su rol de administración de la liquidez”, dijo.

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“De esta forma, dichos instrumentos actúan como una contraparte sustancial del ahorro de las familias y empresas argentinas”, agregó.

“El objetivo de estos instrumentos no ha sido siempre el enunciado”, continuó.

“Entre finales de 2017 y principios de 2018, las colocaciones de Lebac que no estaban en poder de entidades reguladas por el BCRA llegaron a representar las dos terceras partes del total, con tenencias que equivalían a los USD 42.500 millones. Estimaciones del BCRA dan cuenta de que más de la cuarta parte, unos USD 11.000 millones, se encontraba en manos de inversores externos”, agregó antes de recordar que la salida rápida de esos fondos disparó la crisis de abril de 2018, cuando el dólar oficial se disparó y la política económica de Macri crujió.

“La vigencia de los controles cambiarios (...) establecen un límite concreto a los riesgos cambiarios del stock de pasivos remunerados del BCRA”

Por último, el cepo cambiario hace muy diferente el riesgo de que esos pesos terminen haciendo saltar al dólar, argumentó el banquero central.

“En la actualidad, la vigencia de los controles cambiarios, establecidos hacia finales de 2019 en el contexto de la crisis de balance de pagos y deuda, establecen un límite concreto a los riesgos cambiarios del stock de pasivos remunerados del BCRA”, dijo.

“La reducción virtuosa del stock de pasivos remunerados del BCRA no se logrará mediante su licuación o fuga al exterior sino a través del desarrollo del sistema financiero y mercado de capitales, que consiga que proporciones crecientes del ahorro nacional se canalicen a inversiones para desarrollo y la creación de empleo”, conculyó.

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