El 4 de enero de 2013 desapareció una avioneta en la que viajaba Vittorio Missoni, heredero de Ottavio Missoni, quien por aquel entonces era el principal diseñador de la casa de moda italiana bautizada con el mismo apellido.
La desaparición del bimotor Isalander YV 2615 ocurrió cuando sobrevolaba las aguas del archipiélago Los Roques, en Venezuela. En la aeronave viajaban Missoni junto a su esposa Maurizia Castiglioni, dos amigos italianos de la pareja y dos tripulantes.
Los cuatro italianos se encontraban en temporada de vacaciones y habían optado por uno de los enclaves turísticos más bellos del mar Caribe para festejar la Navidad y el Año Nuevo, con planes de descansar algunos días más después de las Fiestas y regresar a Italia.
El avión había despegado del aeródromo del archipiélago y debía aterrizar en el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía, situado a 20 kilómetros de Caracas. Sin embargo, nunca llegó a destino. Las autoridades venezolanas dijeron que el último contacto con los comandantes de la nave se había producido a 10 millas náuticas (18,5 kilómetros) de Los Roques, es decir que el avión recién comenzaba el vuelo cuando desapareció por completo.
La noticia recorrió el mundo rápidamente hasta llegar a Italia. La familia de Missoni dijo que no tenían más información y que esperaban que Vittorio, su esposa, y todos los que iban en la aeronave se encontrasen sanos y salvos. Además, demostraron su total confianza en los trabajos de búsqueda del Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, que se involucró rápidamente, así como de las autoridades locales.
Sin embargo los días pasaban y nada se sabía de la avioneta desaparecida, Los Roques se había tragado a Missoni y sus acompañantes recordando las historias que se contaban en torno al Triángulo de las Bermudas.
Pese a la incertidumbre, sus familiares no bajaban los brazos y mantenían sus esperanzas de encontrar a Vittorio con vida. En medio de las especulaciones de lo que podría haber sucedido, apareció una teoría que hablaba de un posible secuestro.
Esta idea nació cuando un mensaje llegó desde el teléfono de Vittorio a su hermano. La familia pensó que el avión habría podido ser secuestrado por narcotraficantes que quisiesen usar la aeronave para el tráfico de drogas, y que podrían usar al heredero de Missoni para pedir un rescate.
Sin embargo, especialistas en secuestros dijeron en aquel entonces que esa teoría era poco probable debido a que no se trataba del modus operandi que suele verse en el secuestro de una aeronave. De hecho, los expertos decían que seguramente se haya tratado de un fallo de los comandantes en medio de condiciones climáticas adversas. De hecho, la zona de Los Roques es considerada como muy peligrosa, ya que cada año suceden inconvenientes con las aeronaves que circulan esa región.
Pasaron meses sin que las búsquedas dieran ningún resultado, hasta que en junio se dio con los restos del avión, a 76 metros de profundidad en la zona donde se estaban realizando las búsquedas. Sin embargo los cuerpos de quienes iban en el aparato no aparecían.
Fue recién a mediados de octubre de aquel año, que los restos de Missoni y de los dos amigos de la pareja aparecieron en las costas venezolanas para darle un punto final al misterio. Nunca se pudo explicar el mensaje que recibió el hermano del fallecido. La teoría que hablaba de secuestros y narcotraficantes, quedó en la nada.
El heredero de una de las casas de moda italiana más reconocidas del mundo había sufrido los caprichos del destino en una zona donde las aeronaves corren riesgos constantemente debido a lo cual se la conoce como el nuevo “triangulo de las bermudas”.
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