Hay preocupación a partir de la implementación del nuevo esquema tarifario que anunció el Gobierno nacional. A partir de septiembre se aplicarán nuevas tarifas de electricidad, gas y agua con recortes en los subsidios. En el servicio de electricidad, por ejemplo, el subsidio de la tarifa será por un consumo de hasta 400 kilowatts/hora (kw/h) por período. Si el usuario se excede de ese cupo, pagará el valor pleno o total por cada kw/h de consumo adicional.
Entre los usuarios surgen dudas y preguntas: ¿se puede controlar el uso de recursos? ¿Cómo saber si una vivienda consume la energía acorde con el ingreso de quienes la habitan?
Considerando este escenario es indudable que los consumidores no solo tienen que incorporar nuevos hábitos en el uso de la energía, sino que también tienen que convertirse en controladores de los kw/h consumidos, en el caso de la electricidad, para no pasarse del límite establecido. A esto se le sumará en muy poco tiempo la quita del subsidio al gas y el consecuente aumento de este servicio, que hará aún más que los consumidores sean expertos sobre el consumo de la energía doméstica.
Hoy existen diferentes soluciones y herramientas que ayudan a reducir el consumo: iluminación LED, implementar una aislación térmica eficiente de muros; aberturas también eficientes, calefones solares, electrodomésticos de bajo consumo, entre otros; y así mismo, hay calculadores online con los cuáles se puede medir la energía que se lleva consumida en el mes. Pero este compromiso y esfuerzo no puede recaer solo en los consumidores. Deberían existir otros sectores involucrados que podrían colaborar mucho en esta reducción de consumo y de demanda energética. Y el de la construcción es uno de ellos.
Guillermo Simón Padrós, integrante del grupo de instituciones por el etiquetado energético de viviendas, dijo a Infobae que “se estima que en la Argentina el consumo de gas natural en espacios habitables, como viviendas, comercios, oficinas, espacios de recreación, salud, entre otros, equivale al 57% y la electricidad, al 35%; por este motivo, la mejora de la eficiencia energética de espacios habitables puede ayudar a reducir el consumo de acondicionamiento interior en más del 50%, lo que impactará no solo a nivel individual sino a nivel nacional en ahorros de facturas domiciliarias y en el abastecimiento a todo el país, y generando así mismo una reducción a más de la mitad de las emisiones de CO2, uno de los gases responsables del cambio climático”.
“Se estima que en la Argentina el consumo de gas natural en espacios habitables, como viviendas, comercios, entre otros, equivale al 57% y la electricidad, al 35 por ciento” (Simón Padrós)
La mejor forma de llegar a los máximos niveles de eficiencia energética en una propiedad es a través de la aislación térmica eficiente en los techos, muros y pisos.
“Un aislamiento defectuoso provoca fugas de calor o frío que se incrementan cuando las temperaturas son extremas. Ya con la aislación térmica eficiente se logra reducir el consumo de acondicionamiento interior, como calefacción y refrigeración, en más del 60% promedio con esta medida. Esto impacta a nivel individual y a nivel nacional, no solo en ahorros de facturas domiciliarias sino en el abastecimiento energético en todo el país”, dijo Simón Padrós.
Otra medida que se puede tomar es reemplazar las aberturas por otras más eficientes y los electrodomésticos por aquellos que sean de bajo consumo de energía. También usar de manera eficiente los artefactos de climatización, tanto frío o calor.
Informarse sobre cuanta energía se gasta
Sobre cómo averiguar cuánta energía consume la vivienda a partir de ahora no sólo debería ser importante saber cuánto se va a pagar por el inmueble a la hora de comprar o alquilar, sino también comprobar que sea eficiente energéticamente, ya que de no serlo, generará gastos extras. “Por lo tanto, conocer el nivel de eficiencia energética se vuelve una prioridad. Aunque en la Argentina es una herramienta relativamente nueva y poco conocida, en muchos países del mundo se implementa el etiquetado energético de un inmueble, que permite saber cuán eficiente es energéticamente la propiedad”, informaron desde el segmento.
El etiquetado energético de una propiedad es similar a las etiquetas que se conocen en los electrodomésticos. Es un documento en el que figura la Clase de Eficiencia Energética en una escala que va desde la “A” hasta la “G”, que mide la energía (y el consumo) que se utiliza para calefacción en invierno, refrigeración en verano, agua caliente de uso sanitario e iluminación.
Se trata del denominado Índice de Prestaciones Energéticas (IPE) que varía para cada vivienda y región del país. Existen siete clases de eficiencia, identificadas por un código de colores y letras que van desde el verde con la letra A para las propiedades más eficientes, hasta el rojo con la letra G para las menos eficientes, asociadas a los valores del IPE. Un edificio o una vivienda es más eficiente energéticamente que otro, si para alcanzar un mismo grado de confort, consume menos energía.
Otros tips para abaratar gasto energético
Gerardo Solana, experto en consumo de electricidad, dijo a Infobae que para que el compresor de la heladera no tenga que trabajar todo el tiempo, “es conveniente no dejarla cerca de ninguna fuente de calor como hornos o, incluso, de la luz solar directa”.
También es clave limpiar lámparas y bombitas, porque en mal estado pueden llegar a perder hasta un 50% de luminosidad. Al limpiar las lámparas se pueden usar focos de menor potencia y ahorrar hasta 20% en el consumo de electricidad.
Pasar al sistema LED en una casa puede acortar el 80% del gasto. “También es conveniente tomar duchas cortas, porque el agua caliente demanda la mayor cantidad de energía en el hogar, después de la calefacción y el aire acondicionado”, amplió Solana.
Es acertado desconectar los aparatos que se utilicen, porque aunque estén apagados los electrodomésticos conectados a la corriente eléctrica pueden usar hasta un 10% del consumo normal en funcionamiento.
Apagar el aire acondicionado si no se está en casa. Utilizar el lavarropas lleno así se reduce la cantidad de veces que se emplee por semana y también se desperdiciará menos agua.
Cuando se cocine es aconsejable alistar de una sola vez todos los alimentos de la heladera. Cada vez que se abre la puerta, sale aire frío y entra aire caliente. Para compensar el aumento de temperatura en su interior, la heladera debe utilizar energía para volver a bajar la temperatura. Evita abrir la puerta innecesariamente y durante largo tiempo.
“Si se compran electrodomésticos es recomendable elegir los que tienen etiquetas que garantizan el ahorro de energía”, concluyó Solana.
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