Caso exitoso de auto-construcción: vecinos de una zona del Gran Buenos Aires levantaron sus 97 casas con fondos públicos y privados

Para guiarlos trabajaron profesionales y equipos de la Fundación Vivienda Digna. Se hicieron unidades evolutivas de 56 metros cuadrados con dos dormitorios, una cocina comedor y un baño

Las viviendas tienen 56 metros cuadrados y se culminan con pintura exterior

En una zona de Presidente Derqui, partido de Pilar, 97 familias con mucho esfuerzo pudieron materializar el sueño de la casa propia. Ya residen en sus hogares que ellos auto construyeron con la asistencia de expertos de la Fundación Vivienda Digna y que se pudieron edificar por la unión de fondos privados y públicos.

Se trata de un barrio con casas evolutivas que se realizaron a través de tres prototipos distintos. Todas tienen 56 metros cuadrados con dos dormitorios, una cocina comedor y un baño con posibilidades de ampliación. Tienen una loza arriba en dos de los prototipos, para que puedan construir los mismos metros arriba, o sea, cuatro dormitorios si quieren los dueños y otro baño. En otro de los prototipos hay una ampliación de un dormitorio más en planta baja.

“Además, los dueños tienen seguridad legal sobre su propiedad, firman un boleto de compra-venta por la vivienda, que abonarán con una cuota social a 20 años. Así lograrán tener la escritura, siendo, en muchos casos, los primeros en tener un título de propiedad dentro de su familia”, detalló a Infobae Cecilia Juana, directora social de Vivienda Digna.

“Los dueños tienen seguridad legal sobre su propiedad, firman un boleto de compra-venta por la vivienda, que abonarán con una cuota social a 20 años” (Juana)

El barrio cuenta con dos viviendas adaptadas para familias que tienen integrantes con discapacidad. Para que los vecinos tengan un lugar de esparcimiento se hizo una plaza y un espacio para actividades comunitarias.

Son viviendas evolutivas que pueden ampliarse hacia arriba o en planta baja, según el caso

Juana, agregó que “el proyecto estuvo liderado por el equipo técnico y social de nuestra fundación y además de participar una vez por semana de la construcción de sus casas, las familias tuvieron encuentros donde no sólo se consolidaron como comunidad también recibieron capacitaciones, por ejemplo, en economía. Actualmente, el barrio cuenta además con una asamblea auto convocada que gestiona las necesidades de la comunidad y un club de fútbol creado por los vecinos”.

Las viviendas se hacen completas sobre una platea con ladrillos huecos portantes y se culminan con pintura exterior. Se entregaron con pisos cerámicos puestos. Varias terminaciones las hicieron las familias, como pintura interior y colocación de rejas.

El desarrollo de las casas se hizo por etapas y hubo una suspensión de obras entre 2020 y 2021 por la pandemia. Los habitantes en su mayoría son del partido de Pilar, y algunos se mudaron desde San Fernando y José C. Paz, por ejemplo.

Vecinos y familiares felices por haber recibido la casa por la que tanto hicieron para edificarla

En viviendas similares, entre el Estado nacional o provincial están aportando hoy entre $6 millones y medio de pesos; sin contar todo lo que es la parte de infraestructura, como apertura de calles, servicios, entre otros gastos.

Cómo se gestó

La tierra fue donada por la congregación salesiana y mucho tuvo que ver el impulso del padre Baldán, que trabajaba ahí en la parroquia de esta zona de Derqui. El barrio ocupa 9 hectáreas que fueron cedidas por la dueña con el objetivo que hiciera un proyecto de viviendas.

“El padre nunca pudo llevarlo adelante y cuando nos conoció decidió donarnos la tierra para que realizáramos el proyecto. Se trabajó en una parte de 5 hectáreas que en ese momento era campo y la gente lo usaba para tirar basura, autos quemados, por ejemplo. De a poquito se fueron consiguiendo los fondos para hacer la apertura de calles y llevar los servicios de agua, electricidad pública y luz para cada casa”, explicó Juana.

También se hizo una plaza pública con juegos y sectores de esparcimiento

Vivienda Digna se financia con distintas fuentes. Juana aclaró: “Con programas del Estado nacional o provincial, al cual nosotros como organización social aplicamos, presentamos proyectos y alcanzamos la financiación necesaria. También a través de empresas que aportan materiales para las casas y/o para el barrio, o donan dinero. Recibimos ayuda de personas a través de donaciones mensuales que ante un proyecto específico hacen desembolsos más grandes

También con la devolución de lo que las familias pagan por su vivienda y/o terreno. Hoy pagan aproximadamente $12.000, monto que se actualiza semestralmente. La gestión de cobro se hace desde el área administrativa de Vivienda Digna.

Los propietarios tienen garantizado su techo. Primero se firman convenios con cada una de las familias, después se hace un boleto de compra venta y hacia el final se escrituran por Escribanía General de Gobierno. Son escrituras sociales que no tienen costo, las gestiona la Fundación.

Las viviendas se entregan con todo listo para mudarse y pisos cerámicos

Palabra de propietarias

Mirta González, junto con su pareja, sus dos hijos y el hijo de su pareja es una de las vecinas que auto construyó su hogar con ayuda de mucha gente. “El día que nos mudamos sentimos mucha emoción, una sensación de felicidad y una ilusión de empezar en una casa propia con muchos sueños por cumplir. Aconsejo a la gente de afuera, a luchar y no bajar los brazos. Que el sueño de la casa propia nunca se muera hasta conseguirlo”, dijo a Infobae.

Las cocinas se entregaron con muebles de madera y por la casa los vecinos pagan una cuota de aproximadamente $12.000 que se actualizan semestralmente

Mirta es ama de casa, antes vendía ropa y ahora trabaja en su hogar donde tiene un comercio pequeño.

Por su parte, Lorena Ramírez, docente de una escuela primaria de Derqui, vive con sus hijos (Bruno de 15 años y Morena de 12 años), comentó a Infobae, lo siguiente: “Nuestra casa es una de las que está adaptada y construida para que lo podamos trasladar a Bruno con su silla de ruedas por todos los ambientes”.

Durante todo el proyecto solo pudo participar ella y cuando llegó el momento de mudarse sintió una gran alegría y tranquilidad por haber llegado al sueño de muchos años.

“Fue una gran decisión que tomamos para asumir esa responsabilidad y cumplir con las tres patas fundamentales del desafío: pagar la cuota, estar en las reuniones y concurrir a las jornadas de trabajo de las casas”, concluyó Lorena.

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