El Gobierno puso en marcha dos medidas con las que buscará acelerar el ingreso de divisas del complejo exportador para alimentar las reservas, en medio de la pérdida de divisas del Banco Central, la presión en el mercado cambiario y las dudas en el mercado sobre si habrá una corrección devaluatoria. La autoridad monetaria notificó las primeras operaciones del esquema de “dólar soja” para productores y espera, en una primera oleada, el ingreso de unos USD 1.000 millones por el mecanismo de la cuenta en dólares para exportadores que reglamentó la semana pasada la autoridad monetaria.
En las últimas semanas el Poder Ejecutivo apuró una serie de medidas para estimular el ingreso de divisas por exportaciones, en el marco de una brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo que ralentiza las ventas al exterior y que, por el contrario, impulsa las importaciones. Ese contexto forzó al equipo económico a intentar cortar la sangría de reservas en el BCRA y comenzar a ensanchar ese colchón.
El BCRA notificó las primeras operaciones del esquema de “dólar soja” y espera, en una primera oleada, el ingreso de unos USD 1.000 millones por las nuevas cuentas en dólares para exportadores
Hubo en ese sentido dos medidas principales. La primera, cuando todavía era ministra de Economía Silvina Batakis. Fue lo que, informalmente, se conoció como “dólar soja”, aunque en el Gobierno evitan esa calificación. Se trata de un esquema por el cual los productores pueden utilizar los pesos que reciban al vender su cosecha a los exportadores depositar el 70% de ese saldo en una cuenta bancaria que los protege ante eventuales movimientos devaluatorios. El 30% restante, por su parte, pueden ser utilizados para comprar divisas a precio Bolsa y que quedan a libre disponibilidad.
Ese sistema comenzó a funcionar esta semana, afirmaron a Infobae fuentes de la autoridad monetaria. Fueron unas ocho transacciones, todavía por montos menores, que se estiman en unos 40 millones de pesos. Fue interpretado, más bien, como una prueba piloto de los productores agropecuarios para comprobar cómo funciona la operatoria. Hubo una entidad bancaria cooperativa, en particular, que activó entre sus clientes del agro esta opción.
La semana pasada, por su parte, el directorio de la entidad que preside Miguel Pesce aprobó y luego reglamentó el segundo estímulo de anticipo de exportaciones que el ministro de Economía Sergio Massa anunció como parte de su primer paquete de medidas. Se trata de una cuenta bancaria en dólares para que los exportadores puedan obtener una renta en caso de que las depositen en entidades financieras.
El BCRA emitirá una nota en dólares (Nodo) que licitará entre los bancos. La primera compulsa en el mercado se realizará este miércoles. Estos venderán los dólares de los exportadores al Banco Central a cambio de ese instrumento licitado y ese interés en moneda dura será la ganancia y la zanahoria que tendrán los exportadores para ingresar en el esquema.
Según estimaciones que rondaban los despachos oficiales, en una primera oleada de operaciones esperadas de este sistema aprobado la semana pasada podrían ingresar unos USD 1.000 millones que alimentarían las reservas de la autoridad monetaria. Los cálculos iniciales del Palacio de Hacienda hablaban de unos USD 5.000 millones por parte de exportadores en un plazo de dos meses.
El Gobierno busca incrementar en dos meses las reservas en unos USD 7.000 millones entre exportadores, organismos internacionales y un préstamo repo de bancos internacionales
La urgencia del Poder Ejecutivo por sumar reservas se explica por la pronunciada caída en el nivel de divisas netas en las arcas del Banco Central. Una estimación reciente del consultor Emmanuel Álvarez Agis hablaba de unos USD 1.000 millones de reservas a disposición de la autoridad monetaria.
Cerca de Pesce creen que la ventana de 20 días que restan hasta la finalización de agosto serán la última prueba exigente en el frente cambiario que deberá soportar el equipo económico. La lógica es que agosto es el último mes que demandará una importante cantidad de divisas para la importación de energía. En los primeros diez días de agosto ya se gastaron por esta vía USD 700 millones de las reservas. En comparación con el año pasado el BCRA tuvo que pagar USD 6.600 millones más en importaciones de este tipo por efecto del salto de precios.
“Cuando bajen las importaciones de energía vamos a tener más oferta y menos demanda”, apuntaron desde Reconquista 266. Massa y Pesce mantuvieron reuniones en las últimas horas para coordinar un esquema de tasas de interés que se mantenga por encima de la suba de precios esperada. El ministro de Economía tendrá desde los próximos días, no obstante, un hombre de su confianza en la plana mayor del banco: Lisandro Cleri, ex ejecutivo del FGS de Anses, tendrá una de las vicepresidencias de la entidad.
De acuerdo a la hoja de ruta que planteó Massa al llegar al Palacio de Hacienda, habrá tres puntos decisivos para ese plan de acumulación de reservas. Por un lado, se prevé que habrá –con acuerdo del sector– un adelanto de exportaciones, con las cadenas de valor de la pesca, del agro, de la minería y otros, que implicaría el ingreso en los próximos dos meses de unos USD 5.000 millones, que alimentarán de manera directa las reservas de la entidad monetaria.
Como segunda medida, se acelerará los desembolsos pendientes desde organismos internacionales, como el BID, Fonplata, CAF y el Banco Mundial. Según estiman desde el Ministerio de Economía, hay unos USD 1.200 millones que engrosarán las reservas por esta vía. Incluso se prevé la firma de un programa adicional con la CAF por otros 750 millones de dólares adicionales.
Y la tercera vía por la cual el Gobierno piensa llegar a una suerte de “shock” de divisas en el Banco Central será a través de la negociación de un préstamo conocido como repo en la jerga financiera, que se trata en definitiva de un crédito dado por uno o más bancos internacionales, en dólares, con una tasa y plazo de devolución a negociar, para reforzar las reservas.
El directorio del Banco Central tendrá una discusión este jueves sobre este tema. Hay dos líneas de acción posible en ese tira y afloje con los bancos: que el préstamo sea para reforzar el colchón de divisas del BCRA o que sirva ese financiamiento para realizar una recompra de bonos del Tesoro en dólares, aprovechando los precios por el suelo, lo que redundaría en una mejora de esos activos.
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