El informe de inflación de julio difundido por el Indec mostró por primera vez en los últimos 30 años un dato con un aumento anual superior a los tres dígitos. En las divisiones que publica el organismo estadístico por regiones y por división, el rubro “Prendas de vestir y calzado” registró un aumento del 100,5% en los últimos 12 meses.
El sector de la indumentaria es el que mayor incremento de precios registró en julio pasado en relación al mismo mes del año anterior. En la medición nacional llegó al 96,7%. De ese modo, los precios de la ropa subieron 25 puntos porcentuales por encima del nivel general, que se ubicó en 71%. El pico del 100,5% del Gran Buenos Aires fue compensado con aumentos de menor orden en otras zonas del país.
En esa segmentación, le siguen “Restaurantes y hoteles”, con un alza del 90,6% y “Salud”, con 72,1%. El resto de las categorías registraron en el último año aumentos inferiores al 71% del promedio general de inflación, a saber: “Equipamiento y mantenimiento del hogar” (70,7%), “Alimentos y bebidas no alcohólicas” (70,6%), “Recreación y cultura” (70%), “Educación” (64,6%), “Bienes y servicios varios” (64,8%), “Transporte” (63,9%), “Bebidas alcohólicas y tabaco” (61,2%), “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (50,3%) y “Comunicación” (35,5%).
La llamativa suba de los precios de las prendas de vestir se contrapone a una política de protección de su actividad por parte del Gobierno, en particular con el objetivo de mantener e incrementar sus fuentes de trabajo. El propio Presidente Alberto Fernandez se había referido a la cuestión, cuando señaló: “Hay un desmadre de los precios en ese rubro. Los protejo, no dejo entrar productos elaborados de China y los precios no paran de subir acá. Se vuelven en contra de la gente”.
La queja presidencial apareció en mayo, cuando el aumento en los precios del sector ya se observaba claramente por encima de el resto de las divisiones, en muchas de las cuales hay controles de precios y otras políticas oficiales para que los precios no suban. Desde hace muchos años, los alimentos y artículos de primera necesidad están incluidos en el programa Precios Cuidados y en otros planes similares. Los servicios públicos aumentaron muy por debajo del 71% en el último año, producto del congelamiento de sus tarifas que recién ahora, con el plan de segmentación, comienza a desarmarse. Otros servicios, como el transporte, la salud o las comunicaciones, también tienen precios con fuertes regulaciones oficiales.
No es el caso de la ropa, que tuvo la “protección” señalada expresamente por el Presidente o al menos no ha sido incluida en las múltiples formas de control oficial que rigen la mayoría de los precios de la economía. En marzo se lanzó un modesto programa de 90 días denominado “Acción Moda”, que contemplaba que 70 marcas de indumentaria ofrezcan prendas a precios accesibles en 2.000 puntos de venta en todo el país. Las cifras del Indec indican que surtió poco efecto.
Hasta el último recambio ministerial, la secretaría de Industria estuvo a cargo de Ariel Schale, histórico dirigente de la Fundación Pro-Tejer. Desde el sector se esgrimen diversas justificaciones para la suba de precios, tales como el aumento de los insumos y la falta de oferta por el cierre de talleres. También alegan que hay mucha oferta de productos importados, por lo que la protección no es ilimitada.
En julio, el aumento de precios en “Prendas de vestir y calzado” fue de 8,5% y se ubicó, una vez más, por encima del nivel general que llegó al 7,4%, el valor mensual más alto en los últimos 20 años.
Las únicas categorías que superaron a la indumentaria fueron aquellas que en el mes pasado sintieron el impacto de las vacaciones de invierno. En ese sentido, hubo cifras muy importantes en los incrementos de Recreación y cultura (13,2%) y Restaurantes y hoteles (9,8%).
Además, durante julio “se destacaron los incrementos de cigarrillos, en la división Bebidas alcohólicas y tabaco (6,4%); de los servicios de agua y electricidad en algunas regiones del país, que impactaron en Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (4,6%); de la cuota de la medicina prepaga en la división Salud (6,8%); de los servicios de telefonía y de conexión a internet, en Comunicación (5,5%); y de los servicios educativos de todos los niveles, en Educación (6,1%)”, según explicó el informe del Indec.
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