Así como meses atrás el presidente Alberto Fernández le había declarado la guerra a la inflación y los ministros tuvieron que salir a responder con medidas improvisadas, ayer el jefe de Estado volvió a anticipar un anuncio que no está ni delineado dentro del recién asumido, y aún sin firma, equipo económico.
Durante un acto en Lomas de Zamora, el mandatario adelantó que durante esta semana convocará a empresarios y sindicalistas para negociar un acuerdo de precios y salarios por 60 días. Y si bien el flamante ministro de Economía, Sergio Massa, había deslizado, tras asumir, que haría un llamado a estos sectores para lograr una mejora del poder adquisitivo, sin especificar detalles, el anuncio del Presidente generó sorpresa entre las segundas líneas de la cartera económica, quienes no estaban trabajando en esta línea por el momento, dijeron dos fuentes oficiales a Infobae.
“Ayer hablábamos con Sergio y los dos estábamos de acuerdo en una idea: en el transcurso de esta semana vamos a convocar a empresarios y sindicalistas de la Argentina a una mesa para marcar una hoja de ruta para alinear precios y salarios por 60 días para que los argentinos dejen de padecer la inestabilidad que hoy viven en materia de precios”, anunció Fernández durante su discurso.
Aún en el caso de que el Gobierno quisiera convocar a las grandes empresas para frenar subas en los próximos 60 días, está largamente comprobado que esos convenios nunca llegan a reflejarse en el mostrador; menos aún con la disparidad de precios que rige hoy en todos los sectores económicos
Los secretarios de Comercio, Matías Tombolini, y de Industria, José Ignacio de Mendiguren, esperan instrucciones para realizar ahora la convocatoria, ya que no existe aún una idea firme de lo que se quiere buscar con ese acuerdo. Los empresarios, por su parte, también desconocían por el momento el objetivo del llamado y creen, por otra parte, que en el actual contexto de alta inestabilidad no es posible congelar precios por dos meses. A su vez, aún en el caso de que el Gobierno quisiera convocar a las grandes empresas para frenar subas en los próximos 60 días, está largamente comprobado que esos convenios nunca llegan a reflejarse en el mostrador; menos aún con la disparidad de precios que rige hoy en todos los sectores económicos.
“Este anuncio de tener un acuerdo precios y salarios es una ida de boca de Alberto. Hoy no hay mucho para llegar a ningún acuerdo. No tenés precios de referencia. ¿Cómo se van a acordar valores así? Por otra parte, ¿la CGT va a aceptar frenar los incrementos con todas las subas de precios que hubo?” se preguntó un dirigente de la UIA, al término de un almuerzo y posterior reunión de junta directiva con “el Vasco”, como se lo llama al flamante secretario de Industria. “Es una idea ridícula”, enfatizó otro empresario, al tiempo que remarcó que “hoy la disparidad de precios es tan grande que es imposible controlarlo”.
Tombolini tenía previsto asistir a la reunión de junta de la UIA, pero finalmente la agenda con el Presidente y un posterior llamado de Massa hicieron imposible su asistencia a la central fabril. Era una visita esperada, ya que, además de la negociación de los precios, tiene a su cargo el manejo de las SIMI -permisos de importación- y el principal problema que hoy aqueja a los industriales son justamente las restricciones para comprar insumos y maquinaria del exterior. “Sabemos que hay fila de gente pidiendo que habiliten las importaciones, pero estamos evaluando cuáles son los sectores que se encuentran en situación crítica y cuáles son las que hicieron las empresas que especularon”, dijeron fuentes de la Secretaría.
Tras aclarar que no estaba en la agenda de trabajo una convocatoria a empresarios por precios y salarios, las fuentes explicaron que por ahora están atajando incendios, acuerdos que van venciendo, y que deben negociar su prórroga, como el caso de los “cortes cuidados” de carne, que venció este lunes. El problema es que Tombolini no tiene firma, así como ninguno del equipo económico, por lo que esa situación administrativa está demorando la concreción de determinadas decisiones. También está pendiente resolver la continuidad del fideicomiso de aceite, cuyos fondos se agotan durante este mes, así como también el pago a los molinos por el fideicomiso de la harina.
“Es un problema coyuntural; el año pasado tuvimos balanza comercial positiva que hacía años no teníamos y no cuidamos bien esos dólares. Luego vino la crisis energética. Lo que nos dice el BCRA es que como esos gastos en energía van a ir aflojando, en septiembre podrían empezar a liberar mayores pagos” (De Mendiguren)
A su vez, desde la cartera industrial aseguraron que “el objetivo es trabajar con los sectores para sostener el nivel de actividad en el actual contexto delicado por la falta de dólares”. En diálogo con este medio, De Mendiguren repasó el contenido de la reunión con sus colegas y enfatizó que más allá de que el manejo de las SIMI hayan quedado fuera de su área, les planteó a los industriales la necesidad de “coordinar para ver cómo se administran los dólares escasos”. “Es un problema coyuntural; el año pasado tuvimos balanza comercial positiva que hacía años no teníamos y no cuidamos bien esos dólares. Luego vino la crisis energética. Lo que nos dice el BCRA es que como esos gastos en energía van a ir aflojando, en septiembre podrían empezar a liberar mayores pagos”, remarcó el secretario de Industria.
También les planteó que “si el nivel de actividad no se mantiene, no se conseguirán los dólares para engrosar las reservas”. “Tenemos que mantener la alianza con la industria y el campo para que esto no se caiga. Estamos jugados sí o sí a mantener el pronóstico de USD 90.000 millones de exportaciones y un saldo comercial de USD 13.000 millones”, agregó. Sobre posibles medidas que tomarán para impulsar las exportaciones, anticipó que se trabaja en un DNU para mejorar “el perfil exportador de ciertos sectores productivos” que contendría reintegros y créditos, entre otros alicientes.
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