La designación de un ministro de Economía “político”, como Sergio Massa, apunta a despejar los desencuentros que en la materia se venían observando en la coalición de gobierno, y a comenzar a encarar el siempre prometido “reordenamiento” de las finanzas públicas, y tantas veces postergado, aún luego del acuerdo que se firmó con el FMI el 25 de marzo.
De ahí las expectativas que generó su reemplazo por la fugaz ministra Silvina Batakis, aunque desde que asumió la cartera sólo se conocen los lineamientos y objetivos, pero no los principales instrumentos de política económica, en particular en materia cambiaria, financiera, tributaria, de apertura de la economía y de ingresos, las cuales se prevé serán explicitados en la presentación del Presupuesto 2023, y la actualización de las proyecciones originales para el año en curso.
La primera reacción de los mercados fue parcialmente positiva porque despejó algo riesgo de default inminente de la deuda pública, pero no logró revertir el “goteo” diario de las reservas en divisas del BCRA, más allá de la baja que provoca el pago de vencimientos con el FMI con el uso de los DEG que el organismo gira trimestralmente desde fines de marzo último para ese propósito.
“Se trata de medidas por ejecutar, aun no realizadas”
Infobae acudió a la experiencia de Orlando Ferreres, es viceministro de Economía, director de la consultora homónima y permanente referente de ministros y empresas, analizó en una entrevista el escenario actual y sus expectativas para el corto plazo.
— ¿Cuál es su primera lectura de las medidas que tomó Sergio Massa como ministro de Economía?
— La primera impresión de los anuncios de Sergio Massa como ministro de Economía han sido en general muy buenos, aunque fue se trata de medidas por ejecutar, aun no realizadas. Fue numerosa la cantidad de medidas, divididas en cuatro capítulos, cada uno con cuatro medidas a adoptar en cada una de ellas, la principal fue la de bajar el déficit fiscal al 2,5% del PBI, en coordinación con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) firmado el 25 de marzo último.
Ahora también se acercó al Banco Central para considerar que la falta de reservas en dólares es importante y que ya se reunió con los exportadores de granos para calcular que en 60 días estos liquidarán USD 5.000 millones. Además, se va reunir con distintos bancos internacionales para lograr préstamos y también deuda con garantía del Banco Central a partir de Bonos del Tesoro Nacional y también con acuerdos con países árabes.
— ¿Y de su equipo de colaboradores más inmediatos?
— El equipo de Sergio Massa es importante, pero se espere que se complete con la designación del viceministro, que debiera ser un economista, ya que él es abogado. Ese cargo es clave, pues es el tiene que referenciar a las distintas medidas que adopte el ministro, y conocer los tiempos de ejecución de las diferentes decisiones.
— ¿Cuáles son las principales debilidades que ve en la economía nacional?
— En la economía nacional hay un exceso de pesos y una falta de dólares muy notoria. Por eso es que el ministro resaltó que no van a existir Adelantos Transitorios del BCRA al Tesoro y que se van a conseguir dólares sin efectuar ninguna devaluación del dólar oficial, lo cual es difícil de lograr según el siguiente gráfico:
— ¿Y las amenazas?
— En el gráfico previo se puede ver la PTE (Paridad Teórica de Equilibrio) con marquitas azules que en julio de 2022 estuvo en $200 por dólar, en tanto que el dólar serio está en $122. Esto significa, que según esa serie está atrasado en poco más del 40% respecto de los países a los cuales exportamos o comercializamos. Sin este ajuste que es necesario, pues los dólares libres están entre $280 y 293 por dólar, es difícil que nuestros acreedores consigan prestarnos si no actualizamos el precio de la divisa extranjera. Además, la gente está preocupada por el aumento de la pobreza, debido a la caída del salario real, mientras el consumo está aumentando, producto de cierto exceso de pesos que tiene la economía argentina. La caída del mismo es de 22% desde enero de 2018 hasta ahora, y seguirá así en el 2023, producto de que la productividad del trabajador ha bajado aproximadamente en esa proporción. Esto lo podemos apreciar en el siguiente gráfico:
— ¿Cómo es que la economía muestra aumentos del consumo, a pesar de semejante caída del salario real?
— Es que se está destinando una parte de los pesos disponibles a la compra de dólares o de cualquier otro bien que pueda representarlos incluso los bienes de consumo durables, que son como dólares desde el punto de vista del tenedor de recursos financieros.
“Se está destinando una parte de los pesos disponibles a la compra de dólares o de cualquier otro bien que pueda representarlos”
— ¿El mayor desafío será llegar a septiembre 2022, cuando se espera que cedan las necesidades de importación de gas y las reservas del Banco Central puedan dejar de caer?
— En este momento el BCRA está sufriendo la importación de energía a cifras muy importantes que además de llegar de Bolivia por gasoducto, vienen en gas licuado por barco y el precio, producto de la invasión de Rusia a Ucrania ha crecido mucho, casi al equivalente de USD 40 por millón de BTU (British Termal Units), cuando el precio del último año era de 4/5 dólares por millón de BTU. Estas importaciones de energía van a descender drásticamente al finalizar el invierno, para septiembre de 2022.
— ¿Cómo ve la política monetaria del Banco Central?
— Quedan aún para resolver los casos de las Leliq y otros problemas importantes, que seguramente harán pasar un mal momento al nuevo ministro, pero este va a llegar al final de su mandato en diciembre de 2023.
— ¿Qué se puede esperar para el resto del año en materia de inflación, crecimiento y tipo de cambio?
— Seguramente la inflación no va a aflojar en agosto, ya que han existido diversas correcciones de precios relativos, entre ellas las tarifas de electricidad, gas y agua y muchos ajustes como los salarios de los encargados de edificios entre otros. Para el resto del año esperamos ahora una inflación, que si bien se va domesticar un poco, igual va a llegar a ser del 90% en 2022 con respecto a diciembre de 2021. En cuanto al crecimiento, la economía está bastante estancada, aunque crecería al 3,5% por el “efecto arrastre” del aumento promedio de 10,3% obtenido el año previo. Y sobre el tipo de cambio, veremos si el Gobierno se dirige a corregirlos en los próximos meses o intenta llegar a diciembre de 2023 con las correcciones mensuales que viene realizando últimamente.
—¿Una reflexión final?
—La situación de la economía Argentina es bastante difícil, así que habrá que estar atentos a las maniobras que el ministro Sergio Massa desee imponer sobre la economía nacional.
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