Crisis energética global: en medio de la guerra, Europa y Asia se disputan el mercado y meten presión a los precios

A raíz de la escasez por el recorte de la provisión de gas ruso, la UE aceleró la compra de reservas y aprobó un plan de reducción de la demanda

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Un buque cargado de GNL
Un buque cargado de GNL cerca de la planta de regasificación de Sakhalin, en Japón, el segundo importador mundial de GNL REUTERS/Sergei Karpukhin (RUSSIA)/File Photo

La competencia entre la Unión Europea y los países más grandes de Asia está volviendo a meterle presión al mercado del gas, en particular al del Gas Natural Licuado (GNL) que se transporta en grandes buques “metaneros” y cuyos precios se auguran firmes y sostenidos hasta bien entrado el próximo año.

China, Japón y Corea del Sur son, en ese orden, los principales importadores mundiales de GNL, pero a raíz de la invasión rusa y la guerra en Ucrania y el recorte de la provisión de gas ruso a través de gasoducto a los países del occidente europeo, la UE aceleró la importación para reconstituir sus reservas y aprobó un plan de reducción de la demanda antes de la llegada del invierno boreal.

Europa apuesta a completar el 80% de su capacidad de almacenamiento de gas (90% en el caso de Alemania) antes de inicios de noviembre, pero a los europeos les saldrá mucho más caro completar sus reservas: unos 50.000 millones de euros (unos USD 51.000 millones), 10 veces más que el promedio histórico. Tener los grandes centros de almacenamiento llenos sería una forma de amortiguar el faltante de gas ruso y estar mejor preparado para los meses de mayor demanda del invierno.

El ahorro implica medidas de racionamiento que ya se anunciaron en Alemania y Francia y en lo inmediato precios mucho más altos. Por caso, en Holanda el precio de la energía para una familia media ya es de 5.000 euros al año, un 150% más que los 2.000 euros que costaba hace doce meses informó el medio holandés Telegraaf.

No todos pueden afrontar la cuenta. Vattenfall, la compañía líder del mercado de gas holandés, informó que uno de cada diez de sus clientes no está pagando las facturas a tiempo y enfrentará cargos adicionales a fin de año. “Alrededor del 40% de nuestros clientes paga muy poco, y con el 10% estamos hablando de 200 euros al mes”, dijo Martin Neef, vocero de la compañía. “Los precios de la energía seguirán siendo altos, por lo que poco podemos hacer más que trasladar el costo a los consumidores”, destacó.

El Parlamento Europeo, en la
El Parlamento Europeo, en la sesión en que se acordó el plan de ahorro de gas

En Francia, en tanto, el Congreso aprobó un conjunto e medidas por 20.000 millones de euros para ayudar a los hogares en dificultades a afrontar el aumento de los precios de la energía y los alimentos. El paquete contempla fijar un precio máximo al gas y la electricidad y aumentar el subsidio a los combustibles de 18 centavos de euro por litro a 30 centavos en septiembre y octubre.

Ese tipo de medidas, advirtió el FMI, podrían empeorar la crisis energética europea. El organismo apoyó la ayuda a los sectores más pobres, pero dijo que el resto de los consumidores deberían soportar los precios más altos, de modo que se fomente el ahorro de energía. Hasta ahora, sin embargo, los políticos europeos han introducido amplios controles de precios, subsidios y recortes de impuestos para suavizar el golpe de los precios de la energía, que se dispararon en todo el continente.

Los próximos meses

Las tensiones probablemente aumenten en los próximos meses, a medida que se intensifique la competencia entre la UE y los países asiáticos por el abastecimiento de GNL. Sucede que en los últimos meses China, el principal importador mundial, importó relativamente poco, por la menor demanda de gas debido a los confinamientos en ciudades como Shanghai (25 millones de habitantes) y otros grandes centros urbanos, debido a su política de “Covid cero”.

Pero a medida que China, Japón y Corea del Sur intensifiquen sus compras de cara al invierno, la presión sobre el precio del gas y la energía en general recrudecerá.

“Si hubiera menos GNL disponible, Europa necesitará destruir demanda” (Samantha Dart, jefa de investigación del sector de gas de Goldman Sachs)

“Si encima de eso la actividad económica en China empieza a rebotar de modo más visible, habrá un cambio significativo en el balance del mercado del GNL. Si hubiera menos GNL disponible, Europa necesitará destruir demanda” (esto es, consumir menos) le dijo Samantha Dart, jefa de investigación del sector de gas de Goldman Sachs, al Financial Times.

Atractivo mundial

Es en ese escenario en el que las reservas de gas natural de la Argentina, en particular las de recursos “no convencionales” en la formación geológica Vaca Muerta, son atractivas como fuente alternativa de aprovisionamiento para los países europeos.

Hasta ahora, sin embargo, ha habido más potencial que realidad. Si bien Vaca Muerta es considerada la segunda reserva mundial de gas “no convencional” del mundo, su desarrollo y producción se ve limitado por la falta de capacidad de transporte para el abastecimiento interno y la falta de plantas de licuefacción y puertos de salida para los mercados externos, como el europeo.

Plataforma de perforación de petróleo
Plataforma de perforación de petróleo y gas en Vaca Muerta en Neuquén REUTERS/Agustin Marcarian/File Photo

De hecho, a pesar de su potencial, la Argentina no tiene casi peso en el mercado mundial de gas natural. Según el Statistical Review of World Energy 2022 de British Petroleum, acaso la publicación internacional de datos comparables de mayor reputación en el sector energético, en 2021 el país produjo 38,6 miles de millones de metros cúbicos, equivalente a solo el 1% de la producción mundial, contra los 934 de EEUU, 702 de Rusia, 257 de Irán, 209 de China y 177 de Qatar. Esos 5 países detentan dos tercios de la producción mundial. Pero China además importa y Australia, fuera del Top 5, es uno de los principales exportadores, junto a EEUU (que consume el 88% del gas que produce) y Qatar, de GNL, y Rusia lo es de gas total.

Los principales exportadores de gas,
Los principales exportadores de gas, según un informe de Roberto Carnicer, director del Instituto de Energía de la Universidad Austral

En el subsuelo

En el país, el contexto global abre importantes oportunidades que la Argentina no termina de aprovechar. Aunque cuenta con enormes reservas en el subsuelo, aún no se autoabastece. En 2021 produjo 38,6 miles de millones de metros cúbicos de gas, pero consumió 45,9 miles de millones, 1,1% del total mundial, cubriendo la diferencia con importaciones netas.

La promesa viene de largo: en 2011, cuando ya se conocía el potencial de Vaca Muerta, el país producía 37,7 miles de millones de metros cúbicos de gas natural (1,1% del total mundial) y consumía 43,8 miles de millones (1,4% del total mundial). Es decir que en 10 años, a pesar del inmenso potencial de Vaca Muerta, la producción aumentó un magro 2,4 por ciento.

Según un reciente informe de la consultora “Economía y Energía”, de Nicolás Arceo, la política de los últimos años de energía barata, llevó a un aumento excesivo de la demanda doméstica, al punto entre el primer semestre de 2022 e idéntico período de 2019 la demanda de gas natural en el segmento residencial aumentó un 17% y la de energía eléctrica un 18%, provocando en el primer semestre de este año un déficit comercial de USD 2.648 millones, el más elevado desde 2014. A su vez, la política tarifaria llevó a un fortísimo aumento de los subsidios energéticos, que Arceo proyectó en USD 15.500 millones para este año, el más alto en década, solo superada por los registros de 2015.

Según los cálculos de Arceo, el 68% del aumento de las importaciones de energía se explica por el aumento de las importaciones de gasoil y gas natural, en ambos casos responsabilidad de empresas estatales o de mayoría estatal como YPF, Cammesa y Enarsa.

Las importaciones argentinas de energía
Las importaciones argentinas de energía del primer semestre del año

De allí la necesidad no solo de aumentar la producción, sino también de hacer un uso más racional de los recursos e impedir el derroche.

Mientras tanto, el Gobierno espera que el primer tramo del “Gasoducto Presidente Néstor Kirchner”, entre Tratayén (Neuquén) y Salliqueló (Buenos Aires), esté listo para el invierno 2023. Permitirá, eventualmente, prescindir de las importaciones de gas, que este año fueron uno de los principales agujeros por donde se escurrieron las reservas del Banco Central. Exportar requeriría además construir al menos una planta de licuefacción, inversión calculada en no menos de USD 5.000 millones, y adecuar un puerto de salida (todos apuntan a Bahía Blanca).

En la medida que el conflicto entre el bloque occidental y Rusia se mantenga, como parecen coincidir analistas políticos internacionales, el potencial gasífero argentino puede ser un gran atractivo para las inversiones europeas, a condición de ofrecer estabilidad macroeconómica y reglas de juego previsibles.

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