Los primeros anuncios realizados por Sergio Massa estuvieron en línea con las expectativas de los inversores y los mercados. El flamante ministro de Economía se comprometió a cumplir con la meta de déficit fiscal de 2,5% del PBI que se firmó con el FMI, aseguró que el Central no emitirá pesos para financiar al Tesoro hasta fin de año y planteó una serie de compromisos para acumular reservas.
El mensaje de Massa atacó los dos problemas principales que aquejan a la economía argentina: la aceleración de la inflación y el mínimo nivel de reservas del Banco Central. Pero a pesar de esto aún quedan demasiadas incógnitas sobre cómo se van a lograr los objetivos propuestos. Esos detalles se irán conociendo en los próximos días y eso irá marcando cuál es el grado de éxito que puedan tener los anuncios.
Por lo pronto, todo indica que se trata de medidas que servirán para ganar tiempo y poner en pausa una crisis cambiaria e inflacionaria que corría el riesgo de espiralizarse. Dejar atrás una situación sumamente crítica no pasará solo por la enunciación de buenas intenciones, sino por la concreción de las mismas.
El mensaje de Massa atacó los dos problemas principales que aquejan a la economía argentina: la aceleración de la inflación y el mínimo nivel de reservas del Banco Central.
El principal anuncio concreto realizado por Massa fue la vuelta de tuerca con las tarifas, cuando recién está arrancando la segmentación. Ahora aquellos hogares que consuman más de un determinado nivel mensual de luz, gas y agua tendrán que pagar la tarifa plena. Se trata del primer intento serio del kirchnerismo por empezar a bajar la bola de nieve en la que se transformaron los subsidios económicos. Se trata además de la medida menos digerible desde el punto de vista social que se anunció ayer.
La promesa de cero emisión de pesos por parte del Central para financiar al Tesoro en lo que resta del año es un fuerte desafío que también busca cumplir con el compromiso ante el Fondo. Se ataca así uno de los principales dogmas del kirchnerismo duro, que históricamente sostuvo que la inflación no está relacionada con la emisión de pesos. La pregunta es si el Tesoro conseguirá los recursos que precisa con financiación en el mercado interno, algo que se había cortado a partir de la crisis de la deuda en pesos desatada en junio.
En relación a los anuncios vinculados al fortalecimiento de reservas, hubo algunas precisiones pero queda la sensación que queda mucho por trabajar todavía. Massa habló del compromiso de algunos sectores por liquidar USD 5.000 millones en los próximos 60 días, incluyendo al campo, la minería y la pesca. No se hizo mención a un tipo de cambio diferencial, aunque sí habló de un régimen impositivo con beneficios para los exportadores.
El ministro, a diferencia de su antecesora Silvina Batakis, no negó el problema de la brecha cambiaria y aseguró que el objetivo es trabajar para reducirla en forma gradual. El veredicto que den los mercados hoy marcará si empezó un camino para hacerla caer del 100% actual a niveles tal vez más cercanos al 60%. Esto implicaría volver a niveles de brecha parecidos a los de marzo o abril de este año.
Las medidas anunciadas fueron en la dirección que reclamaban los inversores
También despertó expectativas el anuncio de un canje de deuda en pesos, que busca aliviar los vencimientos de los próximos meses. “Será voluntario y ya conseguimos una aceptación del 60%”, respecto a lo que se saldrá a buscar.
Sorprendió, por otra parte, al mencionar la posibilidad de una “recompra de bonos” al hablar de un posible programa de préstamos por parte de bancos internacionales, bajo la figura conocida como “repo”. Mencionó que hay conversaciones con tres entidades extranjeras y un fondo soberano, que por lo que se dejó trascender sería el de Qatar. Se trata de toda una novedad que se intente recomprar bonos que cotizan al 20% y que significarían un enorme ahorro para el Estado. Al mismo tiempo, en caso de que se avance en esa dirección, podría impulsar las deprimidas cotizaciones.
Los anuncios van, por lo tanto, en la dirección que reclamaban los mercados para calmar las variables financieras, que venían en una peligrosa aceleración. Pero el camino recién comienza: ahora deberá cumplir con las promesas de baja de déficit, acumulación de reservas y baja de la brecha cambiaria. Los hechos demostrarán si realmente Massa, a partir de un programa ortodoxo, está en condiciones de recuperar un nivel de confianza de los inversores, algo que le resultó imposible a Alberto Fernández desde que ganó las PASO hace ya casi tres años.
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