Se acabó el tiempo de las especulaciones y llegó el día: Sergio Massa asumirá como “súper ministro” de Economía -también a cargo de Producción y Agricultura- y rápidamente dará a conocer sus primeras medidas, que sobre todo buscarán mejorar las expectativas de inversores y consumidores. Lo más acuciante y donde estará el principal foco es en la necesidad de conseguir dólares para fortalecer al Banco Central. El objetivo de cortísimo plazo es estabilizar el dólar financiero y en lo posible achicar la brecha cambiaria, pateando para más adelante la posibilidad de un salto devaluatorio del tipo de cambio oficial.
El foco está puesto en los cerca de USD 15.000 millones que los productores agropecuarios aún no vendieron. El “dólar soja” anunciado la semana pasada por la ex ministra Silvina Batakis no tuvo la recepción esperada. Resultó un beneficio demasiado acotado y muy difícil de implementar. Por eso, se espera que ahora esta alternativa sea reformulada completamente.
El objetivo sería no sólo ofrecer un tipo de cambio o condiciones más competitivas para que el agro acelere la exportación y liquidación de dólares, sino definir otros sectores estratégicos que también entrarían dentro del mismo esquema. Entre las opciones que se barajaron está la posibilidad de ir hacia un esquema similar a un desdoblamiento cambiario, pero también la opción de dar algunos incentivos fiscales a los exportadores.
El plan consiste en fortalecer las reservas del Central y, recién entonces, pensar en un sinceramiento que no implique un salto descontrolado del tipo de cambio
La posibilidad de un salto cambiario para del dólar oficial no estaría en los planes inmediatos de Massa, cuya gestión ya quedaría marcada por una medida de estas características. En todo caso, primero será necesario fortalecer las reservas del Central y luego sí pensar en un sinceramiento que no implique un salto descontrolado del tipo de cambio.
La situación no admite demoras ni jugar a medias. El Banco Central ayer terminó con un saldo negativo de USD 170 millones por su intervención en el mercado de cambios y en los dos primeros días de agosto va USD 300 millones en rojo, además de los USD 1.200 millones que perdió el mes pasado. Aquí se mezclan las importaciones de energía que continúan en elevados niveles (agosto es el último mes de fuertes compras) y al mismo tiempo la reticencia de los productores agropecuarios a vender a la espera de las próximas medidas.
El objetivo de brindarle a los exportadores un tipo de cambio más competitivo pero sin devaluar el oficial no se agota en el campo. La intención sería que otros sectores también tengan un beneficio y así fortalecer las reservas del Banco Central
Además de la necesidad de recuperar y fortalecer al Central, la atención también está puesta en el mercado de pesos. La suba de la tasa de interés de 800 puntos básicos que definió el Banco Central era una decisión muy esperada para aquietar el escenario cambiario y logró el objetivo. Pero esto recién empieza: la emisión monetaria sigue siendo uno de los temas más complejos. Aún cuando se logre controlar el déficit fiscal (una tarea para nada sencilla), los vencimientos de Leliq y pases del BCRA ya suman $ 350.000 millones por mes, a lo debe agregarse la necesidad del Tesoro de hacer frente a su propia deuda. En total, luego de la suba de tasas de la semana pasada la cuenta asciende a $ 420.000 millones, aunque en buena medida buscarán pagarle con emisión de nuevos bonos.
Massa también completó el equipo que lo acompañará, sin mayores sorpresas. En buena medida se trata de funcionarios que ya pasaron por distintos sectores del área económica. Son los casos por ejemplo de Matías Tombolini (al frente de la secretaría de Comercio Interior), Leonardo Madcur (que será jefe de asesores del ministerio de Economía y vuelve al sector tras haber trabajado con Roberto Lavagna), Lisandro Cleri, que pasó del manejo del Fondo de Garantía de Sustentabilidad a la vicepresidente del BCRA y José Ignacio de Mendiguren, que deja la presidencia del BICE para sumarse a Producción. Posiblemente el nombramiento que más sorpresa causó fue el de Daniel Marx, quien estará al frente de la unidad encargada del manejo de la deuda pública.
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