Con la mayoría de los cargos confirmados de quienes lo acompañarán durante su gestión al frente del Palacio de Hacienda, hoy por la tarde asumirá el flamante ministro Sergio Massa y se espera que anuncie un conjunto de medidas que conformarán su plan de trabajo. Más allá del apoyo que el tigrense genera en el sector privado y de las primeras reacciones positivas del mercado, las expectativas de los empresarios en torno al manejo de la macroeconomía y a cómo el nuevo equipo podrá sortear cada uno de los escollos vigentes son altas. ¿Qué esperan los hombres de negocios? ¿Cuáles son las principales demandas del corto plazo? ¿Tendrá éxito en estabilizar la economía?, se preguntan.
“Massa implica un cambio. Tiene mucho más volumen político que Batakis y Guzmán y mucho más margen de maniobra. Pero hay que ver cuánto puede hacer. Por lo pronto, cambió las expectativas”. Esta frase, mencionada por un referente industrial, es el resumen de lo que cree la mayoría del empresariado, que coincide en que más allá de lo que puedan gestionar las distintas áreas, el problema hoy es macroeconómico.
El designado ministro tendrá un fluido contacto con el sector privado, como lo viene haciendo en cada uno de los lugares donde estuvo. Pero el diálogo cotidiano con las empresas recaerá más en los secretarios, especialmente en los de Industria, José Ignacio de Mendiguren, y de Comercio, Matías Tombolini, quienes deberán atender los reclamos en materia de suba de costos, precios, cupos para importar y financiamiento. Las segundas líneas cambian todas, por lo que el intercambio deberá comenzar de cero. “Estamos esperando que se definan todos los equipos para pedir reunión y volver a llevarles las carpetas con todos los temas que tenemos en agenda, que ya habíamos aceitado con Daniel Scioli y Martín Pollera -secretario de Comercio saliente”, dijo un empresario alimenticio, tras un encuentro que mantuvo este lunes el sector para analizar los cambios.
De Mendiguren, en la UIA, es de la casa. Si bien ocupaba, hasta ayer que se despidió, la presidencia del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), también integraba -y lo sigue haciendo- la junta directiva de la entidad. Una posibilidad es que pida licencia mientras dure su cargo en Economía, pero no hay una definición clara al respecto. El designado secretario de Industria ya se comunicó con la entidad, que preside Daniel Funes de Rioja, y visitaría la sede de Avenida de Mayo en los próximos días, confirmaron fuentes empresarias.
Hoy la principal urgencia que tienen las industrias de todos los sectores es la falta de dólares para comprar insumos. La restrictiva norma del Banco Central, que rige desde fines de junio, generó severas complicaciones y muchas fábricas ya advirtieron a la entidad monetaria que si no hay una flexibilización, en pocas semanas podrían parar la producción. Algunas, de hecho, ya lo hicieron. Y la UIA se lo hizo saber al Gobierno a través de un reciente informe que recibieron Scioli y el saliente secretario de Industria, Ariel Schale.
“Al Vasco ya lo conocemos. No manejará las SIMI (permisos de importación), que dependerán de Tombolini, pero puede ser un buen interlocutor de los problemas que vayan surgiendo en la industria. De todos modos, el tema es la disponibilidad de divisas que puedan tener”, remarcó un industrial. Agregó que “son muchas las empresas que no tienen más cupo y tampoco consiguen financiación en el exterior, por lo que no están pudiendo producir”.
En materia de precios, Tombolini, economista y presidente saliente de ARSAT, deberá retomar las negociaciones que Pollera había intentado encarrilar después de la renuncia de Guillermo Hang, hombre de Martín Guzmán, de la Secretaría de Comercio Interior. Hang estuvo en funciones poco más de un mes, pero llegó a negociar la nueva etapa del programa Precios Cuidados y a plantearle a las empresas que no aumenten más de 3% mensual todos aquellos productos que están fuera del plan oficial. Llegó Pollera, con Silvina Batakis como ministra, y apenas duró quince días. Muchas empresas no llegaron ni a reunirse con él. Ahora desembarcará el mediático Tombolini, con una doble función: controlar precios y gestionar los permisos de importación, ya que se unificaron las áreas de Comercio Interior y Exterior.
Si bien no se espera un estilo combativo, como fue -más desde el relato- la etapa de Roberto Feletti, el designado secretario deberá lidiar con los reclamos de las empresas para trasladar subas de costos a los precios pero al mismo tiempo contener aumentos para evitar una mayor escalada inflacionaria. El IPC de julio mostrará un alza en torno a 8%, según los privados, por lo que el éxito de la gestión de Massa pasará, en parte, por lograr una desaceleración de los precios a partir de este mes. Aunque sin demasiadas referencias de Tombolini, los empresarios esperan una gestión dialoguista, pero creen que ello no implicará un relajamiento de los controles, menos aún en el actual contexto económico y político en el que Massa deberá mostrar resultados pronto.
Por lo pronto, varias empresas que preveían ajustar sus listas en los próximos días anticiparon la movida, aprovechándose de la ausencia de ministro y de secretarios. “Lo que teníamos pensado hacer el 5 de agosto lo hicimos el lunes, antes de la asunción del nuevo equipo”, se sinceró un directivo de una importante alimenticia.
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