Tras el fallido “dólar soja”, el campo espera el esquema de la nueva gestión económica para volver a liquidar dólares

Expectativa por los próximos anuncios de Sergio Massa, entre los que se descuentan incentivos para el ingreso inmediato de divisas. La opción que Alberto Fernández rechazó pero que ahora podría implementarse

La actividad agropecuaria argentina es de tipo extensivo. De los más de 37 millones de hectáreas sembradas, cuatro granos representan la mayor parte de la superficie cultivada del país: trigo, maíz, girasol y soja. (Archivo DEF)

Lograr que los productores agropecuarios vendan los granos que tienen retenidos por un monto que el Gobierno calcula por encima de los USD 10.000 millones es la misión urgente y el objetivo más inmediato que tiene el nuevo ministro de Economía, Sergio Massa, quien anunciará mañana sus primeras medidas en ese sentido. Incluso si su plan incluyera un desdoblamiento cambiario y un salto devaluatorio en el mediano plazo, en lo inmediato apunta a hacerse al menos de unos USD 2.500 millones para sumar al exiguo nivel actual de reservas netas, calculadas entre USD 2.000 y 3.000 millones por privados.

Mientras las negociaciones internacionales que tiene previstas, tanto con organismos multilaterales como con bancos de inversión, llevarán tiempo en materializarse en acuerdos que involucren dólares en contante y sonante, el funcionario deberá asegurarse un flujo mínimo de divisas que le permitan sostener la mejora en las cotizaciones libres registrada en las últimas jornadas.

El Gobierno ya hizo un intento, hace diez días, de ofrecer incentivos al campo para destrabar la liquidación con el anuncio de la medida bautizada “dólar soja”, una propuesta engorrosa que permitía a los productores redolarizar hasta 30% de sus ventas al precio del dólar solidario mientras que el 70% podía quedar depositado en una cuenta dollar linked, con el fin de neutralizar el freno que supone la expectativa de devaluación. La iniciativa, sin embargo, se enmarca en una serie de restricciones que la tornan de compleja implementación y difícil de comprender.

De hecho, hasta ayer a última hora, la medida que rige hasta fin de mes no estaba implementada ya que, si bien los bancos quedaron habilitados para ofrecer los nuevos instrumentos. Fuente del sector exportador advirtieron que “el dólar soja no está activo ya que el Banco Central y los bancos están trabajando en los sistemas”, lo que podría implicar un retraso de varios días más. En cualquier caso, ése no parece el problema central ya que ni siquiera los especialistas agropecuarios logran identificar el margen de ganancia adicional que implica. De ahí que, entre los anuncios de Massa de mañana, tanto productores como exportadores esperan la presentación de un mecanismo superador del ya presentado por el Banco Central. “Esperamos que lo mejoren y lo hagan factible de implementar”, aseguraron.

Mientras el BCRA sigue perdiendo reservas, la Cámara de la Industria Aceitera informó el nivel de liquidación del campo durante julio. A diferencia del primer semestre, el ingreso de dólares no sólo fue menor al mes anterior en 17% sino también respecto al año pasado, en este caso, 10% menos

En este sentido, una de las iniciativas en danza desde la semana pasada consiste en que una parte de las ventas de soja realizadas pueda ser ingresada a través del mercado del dólar financiero. En definitiva, eso implicaría un dólar diferencial para el campo, algo que en el Banco Central aseguran ahora no existe con el anunciado “dólar soja”, al que describen simplemente como un “instrumentos de inversión” para los productores y no como un tipo de cambio diferencial. En cualquier caso, la alternativa de un “dólar soja al MEP” fue descartada la semana pasada por el Gobierno ya que, según confiaron fuentes que discutieron la posibilidad con altos funcionarios, la propuesta colisiona con los límites políticos que impone La Cámpora en materia de gestión económica. Una movida demasiado arriesgada y “ambiciosa”, consideraron en su momento cuando analizaron la idea.

“Ni siquiera pudieron salir a explicar cómo corresponde la medida del dólar soja, que no es tan mala pero nadie la entiende, porque no podían promocionar una mejora para el campo. Así que estaban convencidos de que algo superador a eso era imposible que pasara”, confió el interlocutor. Con la llegada de Massa y la imperiosa necesidad de capitalizar el mejor clima financiero, tal vez las restricciones políticas se hayan relajado y el margen de acción del flamante ministro sea mayor. De hecho, la designación del equipo de funcionarios que lo acompañará sugiere un giro pro mercado de la mano de su futura gestión.

En cualquier caso, las cifras son contundentes: mientras el Banco Central sigue perdiendo reservas a cuenta de la importación de energía y cerró ayer la jornada con una saldo negativo de USD 110 millones, la Cámara de la Industria Aceitera informó como es habitual el nivel de liquidación del campo durante julio. A diferencia de lo que ocurrió durante el primer semestre, el ingreso de dólares no sólo fue menor al mes anterior en 17% sino también respecto al año pasado, en este caso, 10% menos. Así, lo que fue hasta junio un problema de demanda, hiperestimulada dada la percepción de tipo de cambio oficial “barato”, se transformó decididamente un problema de oferta dada, precisamente, la misma percepción pero exacerbada por la ampliación de la brecha cambiaria.

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