Hay que centrar el vehículo entre carriles, se presionan dos botones, una luz en la parte superior del volante se enciende en verde, y listo. El auto maneja solo: frena, acelera, dobla y hace sobrepasos por su cuenta. El piloto sólo tiene que mantener la vista al frente, en el camino, pero sin las manos en el volante ni los pies en los pedales. Cuando lo decida puede retomar la conducción y si el auto “necesita” que el conductor lo haga, avisa con una vibración en el asiento o, directamente, con una voz que lo pide desde los parlantes.
Estamos en Estados Unidos, en la ciudad de Birmingham, en el estado de Michigan, muy cerca de Detroit, la cuna de la industria automotriz americana, una ciudad icónica que estuvo a punto de quebrar hace unos años y que ahora vive un resurgimiento.
Vamos conduciendo un Cadillac XT6 por la autopista I-696 en dirección al histórico centro de testeo de autos que General Motors tiene en la ciudad de Milford. “Manejando” es una manera de decir porque mientras se viaja por la autovía, el sistema Super Cruise, con el que viene equipado este SUV, hace casi todo por medio de su control de velocidad automática adaptativo “que, cuando está activado, puede controlar la aceleración y los frenos para mantener un tiempo de distancia seleccionado por el conductor con el vehículo que tiene adelante”, según explica la propia empresa. No es un auto 100% autónomo, pero está bastante cerca.
Para el conductor la primera sensación es el estómago: un sentimiento ambiguo que mezcla una desconfianza natural y enormes e instintivas ganas de tomar el control del auto que marcha, solo, a casi 100 kilómetros por hora. Pero son unos minutos: luego todo fluye mejor y se disfruta del viaje y la maravilla de manejar sin manejar.
Super Cruise es un sistema semi autónomo que por ahora sólo está autorizado para funcionar en las autopistas de EEUU y Canadá. Fue desarrollado por GM y este año podría conseguir la aprobación de su versión Ultra, que lo llevaría a usarse en el resto de las calles de EEUU, no sólo las vías rápidas. Ahí sí la experiencia de conducción manos libres sería total y “puerta a puerta”.
En poco más de una hora en la que Infobae estuvo al frente de esta experiencia pasó todo lo que suele ocurrir mientras se conduce: frenadas (en general no bruscas porque el sistema trata de evitarlas), aceleraciones acertadas luego de estar detenidos en el tránsito, sobrepasos (hay que avisar antes de hacerlo poniendo el guiño) y hasta algo parecido a un momento de tensión en el que un camión con acoplado se cruzó de manera inesperada e imprudente y el sistema respondió frenando y desacelerando al instante.
Cómo funciona
Como se dijo, Super Cruise es un sistema de asistencia al conductor manos libres para rutas compatibles. No maneja por completo, aclaran en GM: “no realiza todos los aspectos de la conducción ni hace todo lo que un conductor puede hacer. Le permite al conductor conducir con las manos libres cuando las condiciones de conducción en rutas compatibles permiten que la función esté disponible; pero el conductor aún debe prestar mucha atención. Incluso mientras usan la tecnología de asistencia siempre deben prestar atención mientras conducen y no usar, por ejemplo, un dispositivo portátil”.
Utiliza sensores GPS, mapas de alta precisión y una red de cámaras para mantener el control automático de la dirección del vehículo. “El GPS usa correcciones y datos de mapas en tiempo real para determinar la ubicación del vehículo mientras la cámara de detección detecta los carriles marcados para ayudar a direccionar el vehículo automáticamente y mantener la posición en el carril”, explica GM.
El sistema lo inauguró Cadillac, la marca de super lujo de GM, pero ya está en otros modelos de este grupo ícono de los autos en EEUU y el mundo. Hasta 2023 se sumarán más de 20 nuevos a la plataforma semi autónoma, entre ellos el Chevrolet Bolt EUV, el SUV eléctrico que llegará al país el año que viene y será el primer “enchufable” de la empresa en el país. Claro, por el momento desembarcará sin el mágico “manos libres”.
SEGUIR LEYENDO: