La rueda financiera de ayer empezó con malos presagios. Los bonos de la deuda abrieron con fuertes bajas y el riesgo país amenazó con perforar el techo de los 3.000 puntos básicos. También operó muy alto el precio del gas licuado con alzas cercanas a 10%.
Para fortuna de la Argentina, ambos factores se moderaron. El gas terminó con una suba de poco menos de 4% que va a incidir en el futuro, y el riesgo país, tras la recuperación de los principales bonos de la deuda, cedió 16 unidades (-0,5%) y cerró en 2.927 puntos básicos.
El costo de la energía está haciendo estragos en la economía y se cerraron todas las ventanillas para hacerse de dólares. El BID, dominado por Estados Unidos que tiene el 30% de las acciones, le negó nuevo financiamiento al país al tiempo que se le iban USD 100 millones en importaciones de energía.
Recortando dólares a importadores, en la plaza mayorista donde el dólar subió 63 centavos a $130,40, el Banco Central pudo comprar USD 55 millones que elevaron las reservas en 45 millones a USD 39.759 millones.
Lo curioso es que el mercado tomó el infortunio como una oportunidad y cree que en los próximos días el Gobierno podría cambiar de idea y darle una dispensa a los productores para que liquiden el remanente de la cosecha.
“En el mercado se percibe una tensa calma. Se dio una tregua al Gobierno a la espera de novedades”, señaló el analista financiero Franco Tealdi que adjudicó la recuperación de los bonos argentinos a factores del exterior y no a los internos.
“Otra muestra de la tregua del mercado, es que los dólares que habían bajado el viernes hoy operaron estables”, agregó.
Las operaciones de contado con liquidación contra bonos siguen siendo inexistentes porque las empresas que tienen excedentes de Cedears -certificados de tenencias de acciones, bonos, o EFT’s que cotizan en las Bolsas de Nueva York- están vendiendo los excedentes porque solo pueden tener un máximo de USD 100.000 si quieren mantener el acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).
De allí que el monto de negocios contra el GD30, el bono que se utiliza para estas operaciones fue la cuarta parte de lo habitual. El título, a pesar de la menor demanda, subió 2,14% y el dólar cotizó a $325,99, apenas 45 centavos por encima del viernes. Cuando se trató de operaciones contra acciones, el contado con liquidación cerrò a $329,39. Pero hay un segmento donde se compensa por el Euroclear, donde los precios no aparecen en pantalla.
El dólar MEP que se hace a través del AL30 (+1,10%) tuvo una suba más importante de $4,22 (+1,3%) a $319,72 pero todavía está lejos del récord de $326,09 del jueves.
Bajar al “blue” no fue un gran problema. Con un puñado de dólares las manos amigas del Gobierno incrementaron la oferta y la divisa bajó hasta $318 pero luego recortó pérdidas y cerró en $322, una caída de $16 respecto al viernes.
Los bonos dollar linked, que ajustan por el precio del oficial, ajustaron hacia abajo y después de las fuertes subas del viernes bajaron hasta 0,70%. Lo mismo sucedió con los títulos indexados.
La Bolsa tuvo una rueda positiva. Con negocios por el doble de lo habitual, $2.392 millones, el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, subió nada menos que 4,96%. YPF (+7,82%) y Cresud (+7,28%) fueron lo mejor de la rueda por el aumento de los precios del petróleo y por la posibilidad de que le mejoren el tipo de cambio al agro.
Los ADR’s o Cedears, operaron un monto importante de $5.970 millones. Lo mejor de esta rueda pasó por YPF (+7,7%), Central Puerto (+6,6%) y Cresud (+6,4%).
Se acerca el fin de mes y muchas empresas se están desprendiendo de dólar es para afrontar los gastos, pero también aguardan el resultado de la reunión del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal que comienza hoy y terminará mañana, donde definirán el aumento de las tasas de interés norteamericanas. El mercado está repartido entre los que creen que será de 0,75% y los que piensan que será de 1 punto. De todas maneras, en los precios de las acciones la suba está descontada. El problema es que está en el aire la predicción de la Reserva Federal de Dallas de hace una semana, que advirtió que la Argentina y Turquía no podrán soportar otra suba de las tasas en Estados Unidos.
Cuando aumentan las tasas, sufre el mundo, en particular los países emergentes porque ven restringido el ingreso de divisas. Los mejores rendimientos de las tasas norteamericanas fortalecen al dólar y las principales víctimas son los bonos de la deuda y las paridades cambiarias.
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