El periódico británico Financial Times dedica hoy una extensa nota a describir la situación cambiaria en la Argentina, en medio de la escalada de los tipos de cambio paralelos y la disparada de las expectativas de inflación. Para la publicación especializada, “la confianza en la economía argentina se está evaporando” y eso explica la demanda por dólar libre en el mercado negro.
“La confianza en la economía argentina se está evaporando mientras el gobierno lucha contra las internas políticas, un montón de deuda interna cada vez mayor y una inflación que se precipita hacia el 90%”, señala el diario.
La publicación se esfuerza por explicar a sus lectores el mercado cambiario informal argentino, en medio de rígidos controles cambiarios.
“La confianza en la economía argentina se está evaporando mientras el gobierno lucha contra las internas políticas”
“El dólar estadounidense se ha disparado a nuevos máximos en el mercado negro, ya que los argentinos limitados a comprar 200 dólares al mes se apresuran a acudir a los cambistas para deshacerse de sus pesos, que se están devaluando rápidamente. El viernes, los dólares se vendían en las calles de Buenos Aires a 337 pesos, un 15% más en sólo una semana”, explica el Financial Times.
La brecha entre el dólar en el mercado negro y el tipo de cambio oficial controlado artificialmente se ha ampliado a más del 150%, señala la publicación y destaca que es un nivel que se vio por última vez durante la hiperinflación de Argentina en 1989 según un análisis atribuido a Portfolio Personal Inversiones.
La situación, explica la nota, tiene varias causas. El país está aislado de los mercados internacionales de deuda desde el default de 2020. Reemplaza ese financiamiento con deuda en pesos, la mayor parte atada a la inflación y que paga tasas cada vez más altas. Y si bien el Gobierno descarta la posibilidad de una devaluación del tipo de cambio oficial, muchos argentinos tienen pocas esperanzas de una mejora.
“La venta de dólares está más loca que nunca”, le dijo Adán, un arbolito de 28 años del centro porteño a la publicación. “Lo único que los clientes no quieren tener son los pesos... muchos se preguntan qué pasará después”.
La abrupta salida del ahora ex ministro de Economía, Martín Guzmán, pocos meses después de cerrar un acuerdo para refinanciar la deuda con el FMI tampoco trae buenos augurios. La fuerte oposición al acuerdo y sus condicionamientos por parte de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, señala el análisis, pone en duda que la consolidación fiscal incluida en el acuerdo pueda ser llevada adelante. Así como también la capacidad del presidente Alberto Fernández de atacar la crisis.
“Lo único que los clientes no quieren tener son los pesos... muchos se preguntan qué pasará después” (Arbolito porteño)
La llegada de Silvina Batakis -a la que califica como “una figura poco conocida a la que pocos creen que tenga el peso político necesario para lograr los recortes en las subvenciones energéticas y la reducción de la impresión monetaria que eludió su predecesor”- no genera un cambio suficiente, a pesar de que ella y la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, depositen esperanzas en cumplir el acuerdo.
“Ninguna medida será efectiva hasta que quede claro que la vicepresidenta Cristina y su grupo no sabotearán a Batakis”, dijo el grupo de riesgo político Eurasia en una nota citada por el Financial Times.
Con una inflación que saltó al 90% en las expectativas de mercado para el cierre de este año, los objetivos monetarios y fiscales firmados con el Fondo están lejos de ser alcanzados. Así como el de acumular reservas. Y unas elecciones presidenciales que se presentan como enormemente difíciles para el oficialismo el año que viene sólo agrega un condimento más de inestabilidad política para el Gobierno, concluye el análisis.
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