La falta de rumbo económico amplificó la incertidumbre que atraviesa a todos los segmentos del mercado financiero. Y fue el dólar libre, un precio que escapa a la batería de controles y regulaciones oficiales, el indicador más fiel de ese estado de ánimo negativo.
El billete sumó 45 pesos o 15,4%, a un cierre de $338, después de tocar un pico de $350 en la mañana del viernes. En el transcurso de julio la marcha del “blue” es arrolladora: gana 100 pesos o 42 por ciento.
En 2022 la divisa negociada en el mercado paralelo asciende 62,5% y le vuelve a sacar una apreciable ventaja a la inflación. También inquieta la brecha cambiaria con el dólar oficial, ahora en el 160%, una tasa que triplica el promedio del “cepo” anterior (2011-2015) y es la más pronunciada desde la hiperinflación de 1989.
Aunque un refuerzo de los controles le puso freno a la escalada de las paridades bursátiles del “contado con liquidación” y el dólar MEP, estas cotizaciones también anotaron máximos nominales. El “liqui” tocó un récord de $341 y cerró operado en torno a los 322 pesos.
“Si bien las medidas anunciadas se suman al plan de corte fiscalista definido la semana pasada, vemos que las señales arrojadas por el gobierno resultan insuficientes para torcer una dinámica negativa cuya dimensión amerita un plan de acción de mucha mayor fortaleza”, explicaron los analistas de Consultatio Plus.
“El dólar mayorista ganó 1,74 peso o 1,2% semanal, a 129,74 pesos. En 2022 el tipo de cambio oficial avanza un 20,8%, prácticamente la mitad que la inflación, aunque su función como “ancla” de expectativas devaluatorias e inflacionarias se va diluyendo semana a semana.
“A la hora de evaluar cualquier nueva restricción, conviene volver al manual de microeconomía y repasar que, si el Gobierno fija un precio por debajo del precio de mercado, habrá un exceso de demanda y un faltante de oferta. Y, ante mayores controles, mayor será la diferencia entre el precio ‘oficial’ y el precio ‘no oficial’”, evaluaron desde Portfolio Personal Inversiones.
“Más allá de diferencias y semejanzas con el presente, lo que enseñó la crisis de 2020 es que, cuando se instala la desconfianza, se requiere de instrumentos potentes de política para revertir el deterioro de las expectativas. En aquella oportunidad, al cabo de un tiempo, la brecha cambiaria perforó el umbral del 100% hasta acercarse a 70% hacia el segundo trimestre de 2021, en un recorrido explicado por la caída de las cotizaciones libres del dólar. En el presente, todavía no se aprecian las condiciones para lograr un punto de inflexión en la crisis gatillada el 8 de junio”, consideró Jorge Vasconcelos, economista Jefe del IERAL de la Fundación Mediterránea.
“Nuevamente el protagonista sin lugar a dudas fue el dólar. Si bien desde la renuncia del ministro de Economía (Martín Guzmán) hasta la fecha el tipo de cambio llamó la atención de los inversores”, la operatoria “se tornó turbulenta, con contundentes aumentos en los dólares financieros y mucha incertidumbre frente a los cambios que puedan suceder en nuestro país. De esta manera, los rumores son el termómetro del mercado y llevan al público inversor a resguardar su capital y no perder en relación con la moneda dura”, comentó Ayelén Romero, ejecutiva de Cuentas de Rava Bursátil.
El Banco Central también tuvo una dura tarea para equilibrar la oferta del mercado de cambios, ante la evidente reducción de ingresos por exportaciones del agro. La entidad tuvo que sacrificar unos USD 295 millones de reservas líquidas, en una semana en la que operadores del mercado estimaron pagos por importaciones de energía por unos 500 millones de dólares.
La desconfianza inversora se hico patente en el declive continuo de los títulos públicos. Los bonos Globales en dólares con ley extranjera sondearon nuevos precios mínimos, en un promedio inferior a los USD 20, y acumularon una baja promedio de 4,7% en cinco ruedas operativas.
Los bonos soberanos en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) acumularon en la semana una depreciación del 3% en su promedio en pesos, pese a sus depreciados valores.
El riesgo país elaborado por el banco JP Morgan se ubicaba el viernes en los 2.943 puntos básicos, después de anotar a un nivel récord histórico intradiario de 2.951 unidades, la cifra más alta desde el 14 de mayo de 2020.
Por su parte, el índice líder S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires llegó a los 113.851 puntos, un nuevo máximo nominal, con lo que acumuló en la semana una mejora del 9,2% en pesos ante tomas de coberturas ante la debilidad económica. Sin embargo, medido en dólares “contado con liqui” implícito en los ADR argentinos negociados en Wall Street esta ganancia semanal se recortó a un 0,9 por ciento.
SEGUIR LEYENDO: