Los bonos soberanos en dólares terminaron con cifras mixtas este viernes, según la referencia de los bonos Globales con ley extranjera, aún en valores mínimos desde que salieron a cotizar a los mercados en septiembre de 2020, cuando Argentina reestructuró su deuda.
“Esto se da en medio de dudas sobre la economía doméstica ante una inflación sin control, y un crecimiento del déficit fiscal por el alto gasto público. Se suman a esto, las tensiones políticas en la coalición de gobierno, las cuales generan una mayor incertidumbre. Influye la aversión al riesgo global ante la esperada suba de tasas de la Fed (de los EEUU)”, explicaron los analistas de Research for Traders.
En este escenario, el riesgo país medido por JP Morgan, que mide la brecha de tasas de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, se ubicaba en los 2.943 puntos básicos a las 17:50 horas, después de anotar a un nivel récord histórico intrahorario de 2.951 unidades, la cifra más alta desde el 14 de mayo de 2020.
“La falta de contundentes señales políticas y económicas acrecentó la desconfianza de los inversores. Esto no sólo se vio reflejado en los precios de los bonos, sino también en una fuerte suba del dólar informal”, agregaron desde Research for Traders.
Los precios de los bonos Globales del canje retrocedieron 63% en promedio desde que salieron a cotización en 2020
Los bonos en dólares siguen sin encontrar un piso y cotizan con paridades demasiado bajas. Los globales GD29, GD30, GD35 y GD46 ofrecen una paridad menor a USD 19 por cada 100 nominales.
El GD30 que ofrece un retorno de 43,3%, rinde poco menos que un bono de Ucrania con duration similar que promete un 44,1% anual en plena guerra con Rusia. En cambio, el GD29 rinde más en comparación con el bono ucraniano, ofreciendo 46,7% anual.
“El deterioro de los números fiscales, la alta emisión monetaria y la difícil situación cambiaria empañan el panorama. Así, no sorprende ver el riesgo país en máximos en dos años”, explicaron desde Portfolio Personal Inversiones.
Germán Fermo, Head of Strategy del Grupo IEB (Invertir en Bolsa), afirmó que “en el corto plazo hay que achicar el agujero del déficit y con esto enviar una señal a todos los argentinos de que se va a frenar la emisión de pesos. Esto es lo que hay que hacer. Tiene costo político por supuesto. Estamos en una situación donde el médico te dice: o te amputo una pierna o te amputo las dos, te va a doler igual. En cualquier caso, pero si no lo hacemos el costo político va a ser incluso mayor porque estamos en un contexto de inflación acelerada. La inflación es un virus que te pega directamente a tu bolsillo real, por lo tanto, no hacer nada va a tener un costo político superior a hacer algo en ambos escenarios”,
“El Gobierno de ningún modo puede enfrentar esta crisis haciendo “más de lo mismo”. Se ha anunciado que el gasto público quedará supeditado a la trayectoria de la recaudación pero, dadas las circunstancias, esta no es un ancla fiscal contundente”, señaló Jorge Vasconcelos, economista Jefe del IERAL de la Fundación Mediterránea.
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