A pesar de la aceleración de los distintos dólares financieros, en el Banco Central buscan transmitir calma. No sólo reiteran que no será necesario devaluar, sino que además el volumen que resta ingresar por la cosecha de soja es millonario, con lo cual se retomaría la acumulación de reservas. Sin embargo, hasta agosto inclusive seguirá la presión por las fuertes importaciones de energía que aún restan.
Quien dio detalles sobre el panorama que están observando en medio de la crisis desde el BCRA fue Jorge Carrera, vicepresidente segundo de la institución y uno de los funcionarios más cercanos al presidente de la institución, Miguel Pesce: “La guerra entre Rusia y Ucrania multiplicó los precios de la energía que debe importar la Argentina. Se nos van USD 2.000 millones por mes en vez de USD 800 millones y eso impacta fuerte. Hasta agosto tenemos que hacer frente a estos compromisos y a pesar de lo que decían casi todos no faltó el gas ni para la industria ni para los hogares”.
El funcionario consideró en una entrevista con FM Milenium que a partir de septiembre el panorama será más auspicioso: “En 45 días ya no tendremos que importar más energía y esperamos que los productores vendan un volumen mayor de su cosecha y creemos que eso sucederá”, aseguró. Claro que para septiembre falta demasiado tiempo. Aunque reconoció que no hay datos precisos, estimó que el volumen que quedaría por vender se ubica en un rango que va de los USD 13.000 millones a los USD 18.000 millones.
El Central atraviesa un momento crítico, no solo por la suba de los dólares financieros, sino por la extrema debilidad de sus reservas. Ahora le apuntan a los dólares de la soja, teniendo en cuenta que aún resta comercializar más de la mitad de la cosecha
En las últimas circularon rumores, negados por fuentes oficiales, sobre la implementación de un nuevo “dólar soja” un 30% o 40% más alto que el oficial. De esa forma, darían un importante incentivo al sector para que apure ventas. Sería una medida parecida a la que se autorizó para el turismo internacional, que puede vender hasta USD 5.000 por persona al dólar Bolsa (arriba de los $ 300) en vez de ir al oficial. Sin embargo, favorecer al campo en detrimento de otros exportadores tampoco parece una opción demasiado lógica.
Los altos precios de la soja llevaron al campo a vender una menor proporción de su producción respecto a años anteriores. El resto queda en silobolsa, a la espera de mejores condiciones. Carrera reconoció que muchos prefirieron endeudarse en pesos con bancos locales en vez de salir a liquidar su producción y cambiar los dólares. De esta lectura, cae de maduro que se viene una fuerte suba de la tasa de interés, sobre todo para encarecer el financiamiento en pesos.
Ante la enorme brecha cambiaria, muchos exportadores prefirieron endeudarse en pesos con bancos locales en vez de salir a liquidar su producción y cambiar los dólares
“Aunque CIARA publique que los volúmenes de liquidación de dólares de las cerealeras son récord, en realidad se trata de un efecto vinculado a la suba de precios internacionales, pero los volúmenes vendidos por los productores son menores que en años anteriores”, indicó Carrera. Según estimaciones del ministerio de Agricultura que siguen esa línea, hasta ahora se comercializó el 47% de la cosecha de soja, contra el 56% a la misma altura del año pasado.
Una eventual aceleración de las ventas permitiría cumplir con el nivel de acumulación de reservas negociado con el FMI, pero además llevar algo de tranquilidad a los mercados. Con la última suba de los dólares financieros, a casi $ 340, la brecha con el oficial ya se aproxima al 150%. Sin embargo, por ahora no está claro si habrá alguna “zanahoria” para tentar a los productores a vender.
Carrera reconoció además que en el segundo trimestre no hubo desembolsos de organismos internacionales más allá del FMI. “Pusieron todo el foco en la guerra y quedamos un poco relegados. En total serán unos USD 1.000 millones que no entraron y que estaban previstos como ingresos en el acuerdo con el Fondo. Esto incluye también los USD 500 millones del BID que no fueron desembolsados de acuerdo a lo que estaba comprometido, pese a que el organismo los aprobó”.
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