La balanza comercial fue deficitaria por primera vez en un año y medio y terminó junio con un desequilibrio de 115 millones de dólares. El impacto en las cuentas externas estuvo explicado en parte por el fuerte incremento de las importaciones de energía, que bordearon los USD 2.000 millones. El último mes en que la Argentina había registrado una balanza comercial en rojo había sido diciembre de 2020, cuando fue de USD 364 millones.
Según el último informe del Indec, el intercambio comercial argentino de junio incluyó USD 8.432 millones de exportaciones y USD 8.547 millones de importaciones, que en este caso significó por lejos la cifra más alta mensual en lo que va del año. En términos acumulados de la primera mitad del 2022, las ventas externas suman USD 44.377 millones y USD 41.284 millones de compras, por lo que la balanza del primer semestre redondeó un superávit de USD 3.093 millones.
“Las exportaciones ascendieron 20,3% respecto a igual mes de 2021 (1.422 millones de dólares), debido a un incremento de 20,7% en los precios, ya que las cantidades cayeron 0,4%. En términos desestacionalizados las exportaciones aumentaron 5,4% y la tendencia-ciclo creció 1,1% con relación a mayo de 2022″, mencionó el informe oficial.
El último mes en que la Argentina había registrado una balanza comercial en rojo había sido diciembre de 2020, cuando fue de USD 364 millones
“Todos los rubros registraron incrementos: combustibles y energía (CyE), 92,8%; manufacturas de origen agropecuario (MOA), 25,9%; manufacturas de origen industrial (MOI), 17,8%; y productos primarios (PP), 1,4%”, explicaron desde el organismo estadístico.
“Las importaciones se incrementaron 44,6% respecto a igual mes del año anterior (2.638 millones de dólares), como consecuencia de una suba de 26,4% en los precios y de 14,6% en las cantidades. En términos desestacionalizados, las importaciones crecieron 5,4% y la tendencia-ciclo, 2,0% con relación a mayo de 2022″, dijeron respecto a las compras desde el exterior.
“Todos los usos económicos registraron variaciones positivas: combustibles y lubricantes (CyL), 156,6%; vehículos automotores de pasajeros (VA), 54,0%; piezas y accesorios para bienes de capital (PyA), 32,8%; bienes de capital (BK), 29,9%; bienes intermedios (BI), 25,8%; bienes de consumo (BC), 23,3%; y resto, 5,6%, mayormente por el incremento de bienes despachados mediante servicios postales (couriers)”, concluyeron.
En los primeros seis meses del año las importaciones de energía sumaron 6.609 millones de dólares, lo que implica un incremento de 189 por ciento en comparación con el primer semestre del año pasado
La dinámica que más preocupación genera en el Gobierno es el de las importaciones de energía, que se encarecieron por el impacto geopolítico de la guerra en Ucrania. “El que más ascendió fue Combustibles y Lubricantes, con una variación de 156,6% (1.192 millones de dólares). Se distinguieron particularmente las compras de combustibles y lubricantes elaborados, que reflejaron la mayor variación e incremento en valores absolutos de todos los subrubros (1.047 millones de dólares). Este ascenso, que se debió a una suba de 118,9% en los precios y de 19,6% en las cantidades, contribuyó directamente a impulsar el valor de las importaciones a valores récords”, apuntó el Indec en su informe.
En los primeros seis meses del año las importaciones de energía sumaron 6.609 millones de dólares, lo que implica un incremento de 189 por ciento en comparación con el primer semestre del año pasado, cuando habían sido de 2.281 millones de dólares.
El Gobierno espera que julio demanda en total otros USD 2.000 millones para importar energía y mantener el abastecimiento de hogares y de la producción y apuesta a que desde agosto esa cifra mensual comience a desacelerar. El último reajuste del cepo importador, de hecho, se extiende hasta fines de septiembre con la expectativa de que la mejora climática y la menor compra de energía desde el exterior le permita al Banco Central flexibilizar las restricciones.
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