Tres saltos cambiarios: en qué momentos de la Argentina el dólar libre rompió las barreras de los 100, 200 y 300 pesos

Pueden pasar meses de pasividad para la cotización del dólar, pero tarde o temprano su precio ajusta al alza, acorde a los diversos desequilibrios de la economía. Este martes, el dólar libre llegó a un nuevo récord de $301 para la venta, en el climax de una escalada de precios que se inició hace seis semanas. Pero siempre hay que considerar que el precio del dólar, por más relevante que sea para la formación de otros precios y por su influencia en las expectativas, es un precio más de la economía y su ascenso es una consecuencia y no una causa de los problemas “macro”.

Para entender esta dinámica basta observar tres valores referenciales que alcanzó la divisa, cuando llegó por primera vez a los $100, cuando alcanzó los $200 y ahora, con otra cifra redonda en los 300 pesos.

El 16 de abril de 2020 se observaron movimientos disruptivos para las diversas cotizaciones del dólar, en una jornada en la que se conoció un dato financiero clave para el curso de los negocios: la oferta de reestructuración de deuda que efectuó el Gobierno a los acreedores privados, prólogo de un acuerdo al que se arribó en agosto de aquel año.

Como trasfondo, la Argentina atravesaba entonces el primer mes de las medidas de aislamiento social dispuestas el 20 de marzo, por el avance del COVID-19. La tensión cambiaria, derivada de la gran incertidumbre en lo económico y lo social llevó a que el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, adelantara que se tomaría medidas para evitar una disparada de las cotizaciones del dólar implícitas en operaciones bursátiles, el “contado con liquidación”. Así, aquel 16 de abril tuvo un salto del dólar libre a la par de un desplome del 9% para el “contado con liqui”. Las cotizaciones convergieron y la brecha cambiaria con dólar oficial se ubicó en un 55 por ciento.

La divisa negociada en el mercado paralelo llegó a los $200 para la venta el 10 de noviembre de 2021, cuando cerró a 205 pesos, con una brecha cambiaria que rompió el techo del 100 por ciento (104,7%). El salto del dólar libre se produjo entonces en la semana previa a las elecciones legislativas y la inyección de pesos en la economía en lo que se llamó el “plan platita” que, sin embargo, no alcanzó para evitar una derrota del oficialismo en los comicios de medio término.

Los $200 ya habían sido superados en los precios implícitos del dólar en bonos soberanos como el contado con liquidación y el dólar MEP. Los dólares bursátiles en el Senebi (Segmento de Negociación Bilateral), donde negocian agentes privados en ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos), un circuito de negocios que no estaba siendo intervenido por el Banco Central, llegaban a $215 para el “contado con liqui” y $205 para el dólar MEP.

En rigor, la divisa ya había estado al borde de tocar los $200 en octubre del 2020. El 22 de octubre cerró a $195 para la venta y la brecha cambiaria con el oficial rozó el 150 por ciento. En esa ocasión, la fuerte inyección monetaria que precisó el Gobierno para financiar los paquetes de ayuda a personas y empresas en medio del primer impacto de la pandemia provocaron desde mediados de septiembre una corrida hacia la moneda norteamericana que la llevó a un techo.

En ese sentido, contribuyeron al alza dos fundamentos muy distintos. Por una parte, la decisión de Gobierno de aplicar a partir del 16 de septiembre de 2020 una tasa del 35% extra a la venta en bancos del dólar minorista, a cuenta del Impuesto a las Ganancias. Por otro, se dio en octubre un pico de contagios y decesos de coronavirus cuando aún no se había iniciado el proceso de vacunación y la incertidumbre acerca del alcance del confinamiento y la eventual emisión monetaria para la asistencia social catapultaron el precio del billete.

El dólar libre avanzó a $301 para la venta este martes, mientras que el bursátil “contado con liqui” llegó a los 308 pesos. El “despertar” de los dólares paralelos se produjo a partir del 8 de junio, cuando se inició un proceso de desarme de carteras de fondos privados que estaban posicionados en bonos del Tesoro en pesos, principalmente en las emisiones indexadas por CER. El rescate de estos títulos manos del banco central involucró una emisión monetaria de más de un billón de pesos en seis semanas y parte de esa liquidez tuvo como destino la cobertura cambiaria.

En simultáneo, desde el 10 de junio el Banco Central le giró al Tesoro unos $450.000 millones en concepto de Adelantos Transitorios. Aunque esa enorme masa de pesos (emisión por los bonos y Adelantos Transitorios) equivalente de un 2,3% del PBI fue en parte absorbida a través de Letras de Liquidez (Leliq), no pudo evitar un shock inflacionario, pues la Base Monetaria creció un 10% en ese lapso, a $4,2 billones, tal como se refleja en las estimaciones de inflación para julio, por encima del 7 por ciento.

A estas expectativas negativas sobre la economía se sumó la crisis política por la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía, punta del iceberg de la disputa interna dentro de la coalición del Frente de Todos, entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidente Cristina Kirchner.

Los dólares paralelos fueron el “termómetro” del desconcierto económico. El dólar libre, que el 8 de junio costaba lo mismo que al cierre de 2021 ($208) escaló 93 pesos o un 44,7%, a 301 para la venta. Y el bursátil “contado con liqui”, de referencia para las empresas, trepó 98 pesos o 46,5%, a los 308 pesos.

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