Los precios récord para los dólares alternativos al “cepo” fueron el termómetro de la incertidumbre respecto de la economía que se contagia entre los actores de la plaza financiera. Ya puede hablarse de dólares libres en la zona de los 300 pesos y una brecha cambiaria en el 130%, que evidencia las expectativas de devaluación frente a una inflación que se acelera y el desconcierto por las señales de política económica.
La demanda de dólares por cobertura fue intensa toda la semana. El dólar libre cerró a $293 para la venta, después de tocar un récord nominal de $295 el viernes. El billete trepó 20 pesos o 7,3 por ciento. En el mismo sentido, el bursátil “contado con liquidación” terminó por encima de los $301 por primera vez, con un alza de 0,2% en el balance semanal.
“Los datos de inflación en Argentina no se ven bien y al ritmo que se viene emitiendo, se viene emitiendo muchísimo, por lo tanto se está dando a una combinación de excesiva emisión monetaria y al mismo tiempo una abrupta reducción en la demanda de dinero, al punto que esto se está viendo en todos lados: el argentino está sacándose esos pesos de encima y estoqueando contra cualquier cosa contra cualquier bien real y no sólo el dólar. Técnicamente significa que baja en la demanda en dinero y eso es muy peligroso, porque aumenta la velocidad de circulación”, describió Germán Fermo, Head of Strategy del Grupo IEB (Invertir en Bolsa).
El repunte de la demanda de dólar libre era de esperar después de que la AFIP informó el miércoles a la noche un aumento la percepción a cuenta del impuesto a las Ganancias y Bienes Personales para operaciones destinadas al consumo de dólares para viajes y gastos en el exterior, cuya alícuota pasó del 35 al 45 por ciento.
La brecha cambiaria de 130% es la más alta detrás de la de octubre de 2020 (150%), y la de abril y marzo de 1989, cuando se desató la hiperinflación
“Hay que entender que hoy la macroeconomía está en una situación tan delicada. El desequilibrio macroeconómico es tal que todas las opciones de política económica que tiene el Gobierno por delante son difíciles, entre alternativas malas o muy malas. Básicamente porque tenemos una economía, una macro economía que tiene una restricción de dólares, faltan dólares en el Banco Central y eso genera presión en el tipo de cambio y en la inflación. Y porque hay una restricción financiera, es decir, hay ausencia de financiamiento justamente para poder financiar el déficit fiscal que tenemos”, explicó Federico Furiase, director de Anker Latinoamérica.
Además, el BCRA decidió el jueves utilizar para el diseño de la política monetaria y financiera un corredor de tasas de interés conformado por la tasa de las Letras del Tesoro de corto plazo, de las Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días y de pases a 1 día. En este nuevo corredor se establecerá que la tasa de pases del BCRA funcione como el límite inferior y la tasa de las Letras sea el límite superior.
La suba del dólar libre en 2022 es del 41% una tasa que le empieza a sacar ventaja a la muy elevada inflación
Según la entidad, esta decisión se inscribe en una estrategia que atiende simultáneamente a tres objetivos: arribar a un esquema de tasas de interés positivas en términos reales, fortalecer el mercado de deuda en pesos para que logre profundidad y liquidez, y avanzar gradualmente en el uso de instrumentos del Tesoro como instrumentos de política monetaria.
“Parece que no fue buena idea el cambio en la política de tasas de interés. Demorar la suba de tasas, manteniendo niveles reales negativos en este contexto no parece lógico. El contado con liqui contra GD30, arriba de $300; y el valor del dólar que marcan algunos ADR ya está en $307 y subiendo”, observó Manuel Oyhamburu, director de la Fundación Bolsa de Comercio de Buenos Aires. “La dinámica que está tomando esto es realmente preocupante para la inflación. Esto refleja el desprecio por el peso. Se convalida cualquier valor con tal de no mantenerse en pesos. La suba de tasas de interés es necesaria”, agregó.
El Banco Central registró compras marginales que permitieron cerrar la semana sin haber efectuado ventas, a pesar de la firme demanda de divisas por importaciones de gas natural licuado y combustibles.
“El BCRA cerró la semana con una compra de un saldo de USD 4 millones y superó los USD 90 millones acumulados en las últimas cinco jornadas. En el resultado de la semana también hubo una demanda de divisas de importación de energía superior a los USD 600 millones”, indicó a Infobae una fuente del mercado. “En lo que va del año, la importación de energía es 40% superior a todo 2021″, agregó.
Los bonos en dólares no encuentran “piso”
Los bonos en dólares de la reestructuración soberana cayeron un 5% en el promedio semanal, a renovados niveles mínimos debido a las crecientes dudas sobre el futuro de la economía doméstica que inducen a desarmes de posiciones en búsqueda de coberturas en dólares, lo que provoca una mayor presión sobre el mercado cambiario.
“A los activos domésticos les cuesta intercalar incluso un repunte dentro de la dinámica de debilidad -a pesar de las castigadas cotizaciones- ya que siguen enfrentando una desfavorable posición técnica y un clima de desconfianza inversora”, dijo Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.
El riesgo país argentino también se disparó para acercarse a los 2.800 puntos por primera vez desde mayo de 2020, antes del canje. El indicador de JP Morgan tocó los 2.774 puntos este viernes.
El índice líder S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires mejoró un importante 3,7% el viernes, a 104.222 puntos al cierre, con lo que recortó a un 1,5% la baja en pesos acumulada en la semana. De todos modos, el Merval en dólares “contado con liqui” implícito en las cotizaciones de los ADR en Wall Street retrocedió un 1,7% semanal, para acumular una caída de 16% en 2022.
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