El riesgo país por las nubes y los dólares financieros nuevamente cerca de los $ 300 marcan a las claras que los mercados no le creyeron a Silvina Batakis. La flamante ministra de Economía apuntó en la dirección correcta cuando enfatizó la necesidad de alcanzar el equilibrio fiscal. Sin embargo, a diez días de su asunción y cuatro desde que presentó su programa no hubo una sola medida concreta relacionada con una efectiva reducción del gasto.
En su presentación del lunes Batakis aseguró que se respetaría el acuerdo firmado con el FMI, que establece una reducción del déficit fiscal al 2,5% este año. Pero las cuentas públicas ya en el primer semestre tuvieron un resultado peor al negociado con el organismo. Por eso ahora se ve como altamente improbable que se pueda cumplir con ese objetivo.
Un informe de FYE Consult, del economista Hernán Hirsch, puso en números el esfuerzo que debería hacer el Gobierno para cumplir con esa meta. “Sería necesaria una reducción del gasto en términos reales de 7,8 puntos del PBI en el segundo semestre”, algo que luce imposible sin un durísimo plan de ajuste que brilla por su ausencia. En ese sentido, la consultora enfatizó que cerca del 70% del gasto público se encuentra indexado por inflación pasada y no está en control de la ministra.
La inestabilidad del mercado cambiario es el mejor termómetro de la desconfianza de los inversores
Por lo tanto, las dudas que plantearon de entrada los inversores con los anuncios de Batakis se fueron transformando confirmando con el paso de las horas y los días. En primer lugar, a esta altura es prácticamente imposible que se cumpla con la promesa de moderación fiscal, al menos en los términos anunciados. Y por otro lado el contexto político se sigue complicando: los movimientos sociales endurecieron su plan de lucha y no aparece el respaldo interno dentro del kirchnerismo a las propuestas de la ministra.
El aumento de 10% de la percepción de Ganancias para el dólar turista fue presentado como un paso hacia la anunciada consolidación fiscal. Sin embargo, se trata de un parche que apunta a reducir el rojo del balance turístico, aunque difícilmente logre el efecto buscado.
La otra medida relacionada con una moderación del gasto es la segmentación de tarifas. Pero el ajuste será insuficiente, teniendo en cuenta que el aumento para la mayoría de los usuarios no superará el 43%, cuando la inflación proyectada para el año ya está al borde del 90%. Por lo tanto, en realidad los subsidios seguirán aumentando en relación al año pasado.
La ministra de Economia, Silvina Batakis, por ahora no obtuvo los resultados esperados. Su enfoque a favor de una mayor consistencia fiscal chocó con el silencio del kirchnerismo duro y la incredulidad de los mercados. Ella ayudó a la confusión al no dar a conocer una sola medida que apunte a la baja del gasto
La inestabilidad del mercado cambiario es el mejor termómetro de la desconfianza de los inversores. El Banco Central logró “normalizar” la curva de los bonos, pero a un alto costo. En un mes tuvo que emitir un billón de pesos para ponerle un piso a los precios y ahora negoció con los bancos una garantía de liquidez. De esta forma, ofreció un seguro para que las entidades puedan salir a vender sus títulos en cualquier momento, con el objetivo de evitar un efecto Puerta 12.
Los bonos argentinos siguen en sus mínimos históricos y también son un ejemplo de las escasas expectativas de mejoría que ven los inversores. El riesgo país y la cotización del dólar se están moviendo prácticamente en paralelo, ante la falta de señales concretas de parte del equipo económico. Todo un síntoma de cómo se acelera la crisis.
Con una cotización inferior a los USD 20, queda claro el rotundo fracaso de la reestructuración efectuada por Martín Guzmán en 2020. Lejos de despegar el horizonte de vencimientos, lo que realmente ocurrió es que aumentó la desconfianza y hoy se descuenta una fuerte renegociación que seguramente tendrá que encarar el Gobierno que asuma el año próximo.
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