El fuerte rally del dólar y la fuerte caída de los bonos en pesos parece haber llegado a un “impasse”, lo que daría lugar ahora a la opción contraria. Varios inversores locales están realizando la apuesta inversa, es decir vender divisas para pasarse a bonos que ajustan por CER y otro tipo de opciones en pesos, aprovechando los altos rendimientos en moneda local.
Los distintos dólares financieros tuvieron subas que en promedio llegaron al 35%. Así, el “contado con liquidación” se acercó mucho a los máximos históricos que había tocado en términos reales en octubre de 2020. Los $ 195 de aquel momento equivalen a unos $ 325 actuales. La cotización tocó los $ 300 a fines de la semana pasada, o sea que le faltó menos de 10% para tocar aquel récord. Incluso la brecha cambiaria se mantiene por encima del 130%, por encima del 120% que se había registrado en 2020, lo que da otro indicio que podría estar llegándose a un techo al menos momentáneo.
La posible inversión en pesos aprovechando una mayor estabilidad del dólar es lo que se conoce en la jerga financiera como “carry trade”. Se trata de una apuesta de riesgo y sobre todo de corto plazo. Pero en el arranque de esta semana aparecieron algunos jugadores volcándose por esta alternativa.
Además de los elevados rendimientos en pesos, también está la posibilidad de un ajuste del tipo de cambio a la baja, luego de la suba muy fuerte del último mes. En ese caso, la rentabilidad en moneda dura se multiplica. La opción fue muy buena por ejemplo en los primeros cuatro meses del 2022, cuando volaron los bonos ajustados por CER mientras el dólar hacía la plancha. Pero todo desapareció de la noche a la mañana con el fuerte ajuste de la divisa que arrancó en la segunda semana de junio.
Al mismo tiempo, los bonos con CER parecen haber encontrado su piso y vienen subiendo en forma significativa en los últimos días.Ayer hubo mejoras de hasta 55 y algunas series ya están cerca de los niveles previos al inicio de la corrida, aunque otras siguen desarbitradas. Claro que para lograrlo el Banco Central volcó al mercado un billón de pesos en apenas un mes, que se usaron para evitar que sigan cayendo las paridades.
Con la brecha cambiaria en máximos de los últimos años, para muchos inversores llegó la hora de pasarse de dólares a pesos, aprovechando los altos rendimientos y que el Central logró ponerle un piso al precio de los bonos
El Tesoro seguramente podrá mostrar hoy que pudo refinanciar los vencimientos en la licitación de bonos, lo que representaría una noticia positiva tanto para el mercado de deuda local como para frenar la escalada de la divisa.La flamante ministra de Economía también precisa mostrar un resultado favorable.
Por otra parte, el Central instrumentó una “garantía” de recompra de títulos públicos, con el objetivo de proveer liquidez inmediata a los bancos que le requieran. Esta “ventanilla” que ofrece el BCRA era un viejo requerimiento del sistema financiero y resulta clave para alentar la compra de deuda en pesos.
Por otra parte, Silvina Batakis enfatizó durante el anuncio de las medidas que se promoverán tasas de interés reales positivas, en el marco de una búsqueda hacia una mayor solvencia fiscal. Por lo tanto, es probable que el BCRA vuelva a incrementar la tasa de política monetaria el jueves, el mismo día que se conocerá el índice de inflación de junio. Actualmente se ubica en 52% anual en pesos, pero hay margen para seguir incrementándola y volver más atractiva la apuesta en moneda local.
Los operadores ven otro motivo para pensar en una mayor solidez de la deuda en pesos: la mayoría de los extranjeros que había ingresado para aprovechar la tasa ya se fueron del mercado, por lo que ahora los tenedores son prácticamente todos locales. Al tratarse de inversores institucionales o empresas, la posibilidad de dolarizarse se encuentra mucho más acotada.
El contraste de la mejora de los bonos en pesos es la caída continúa de los títulos en dólares, que ayer cayeron otro escalón y tocaron niveles mínimos de los últimos años. Algunas series como el AL30 ayer finalizaron debajo de los USD 18, un valor que luce exageradamente bajo. Esa cotización descuenta una reestructuración de la deuda muy agresiva, con fuertes quitas de capital y alargamiento de plazos. Pero si el próximo gobierno avanza con una operación más amigable, estos valores podrían recuperarse sustancialmente.
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