La ministra de Economía Silvina Batakis llevó adelante este miércoles su primera licitación de deuda en pesos y recolectó del mercado $122.000 millones. En esa cuenta están incluidos los bonos nuevos que emitió el Gobierno, pero también hubo una operación de conversión para despejar las obligaciones de pago de este mes. A fin de mes, antes del canje, vencían $490.000 millones. Con la operación consumada, la Secretaría de Finanzas afrontará entonces unos $300.000 millones.
Del total de financiamiento obtenido por el Tesoro, el 92% estuvo representado por instrumentos a tasa fija y, el 8% restante correspondió al bono dollar linked. Asimismo, el 62% correspondió a instrumentos con vencimiento en 2022, el 8% a instrumentos con vencimiento en 2023 y, el 30% restante, al instrumento con vencimiento en 2027.
Según los datos que difundió la Secretaría de Finanzas, el bono atado al tipo de cambio recolectó unos $9.300 millones, lo que equivalen a 124 millones de dólares. El título más demandado fue la Lete a tasa fija que vence en octubre, que tuvo una adjudicación de $60.400 millones, y tuvo una tasa nominal anual de 63,46 por ciento. La Lelite a agosto fue emitida con un interés de 50,75%. El Bote 2027, colocado específicamente para los bancos, tuvo una tasa menos, de 46,25 por ciento. No hubo presencia de nuevos títulos indexados.
El título más demandado fue la Lete a tasa fija que vence en octubre, que tuvo una adjudicación de $60.400 millones, y tuvo una tasa nominal anual de 63,46 por ciento
La exigencia del mercado de deuda en pesos en los próximos meses es alto. La consultora Libertad y Progreso advirtió que en los segundos seis meses del año, el Tesoro deberá afrontar vencimientos de deuda pública por $3,6 billones, equivalente a prácticamente todo el financiamiento conseguido en el primer semestre que fue de 3,8 billones de pesos.
En ese marco, el informe señaló que “será difícil repetir las colocaciones de los primeros seis meses ya que el mercado local está cada vez más saturado de deuda pública y el riesgo ha ido creciendo”.
Del total de vencimientos, el 66% corresponde a vencimientos de deuda ajustable por CER, que ha sido el instrumento predilecto de emisión de títulos en los últimos meses, en medio de la aceleración inflacionaria.
Suele ser considerado, habitualmente, una señal de que no habrá correcciones del dólar administrado por el Banco Central. De lo contrario, implicaría un costo financiero mucho mayor para el Tesoro. Por eso, la aparición de este tipo de bonos en la mesa de colocación funciona más como un mensaje en clave hacia el mercado.
Por definición, los bonos dollar linked son un instrumento de cobertura ante movimientos del tipo de cambio, pero que no implican para el inversor pasarse a moneda extranjera, ya que tanto la compra del título público como su cobro se realiza siempre en pesos. La ventaja para el inversor es que sus pesos no perderán poder de compra frente al ritmo devaluador que imprima el BCRA.
No es la primera vez que Economía pone sobre la mesa bonos atados al tipo de cambio. Sin ir más lejos, tuvo que hacerlo Guzmán en su última operación de colocación de títulos públicos. En esa ocasión, el 15% de los $248.000 millones ($37.391 millones o USD 310 millones) que recolectó fueron por el bono dollar linked, con vencimiento a 2023. Hubo, incluso, una opción para que los inversores compren uno similar con finalización en 2024 pero su adjudicación quedó desierta.
Según los datos que difundió la Secretaría de Finanzas, el bono atado al tipo de cambio recolectó unos $9.300 millones, lo que equivalen a 124 millones de dólares
De acuerdo a estimaciones de la consultora Quantum, entre julio y septiembre Economía deberá afrontar vencimientos por 2 billones de pesos. Esa es la cifra mínima que deberá conseguir para poder pagar las obligaciones ya incluidas en el calendario financiero, pero necesitaría un porcentaje de roll over más alto -para algunas proyecciones privadas debería ser de 140%, es decir que por cada 100 pesos que venzan, necesitaría 140 pesos- para que el programa quede en línea con los supuestos del acuerdo con el FMI.
El mercado de deuda en pesos representa la posibilidad que tiene el Poder Ejecutivo para ponerle un tope a la emisión monetaria del Banco Central para asistir al Tesoro: los pesos que no consiga Finanzas en sus colocaciones de deuda quincenales los tendrá que poner la autoridad monetaria. El BCRA actúa en este frente con un corset establecido en el programa con el FMI: solo podría emitir el equivalente al 1% del PBI.
El nivel de déficit primario será, además, otro elemento que influirá sobre las operaciones de colocación de instrumentos financieros en moneda local. Cuanto mayor sea la expansión del gasto y del desequilibrio fiscal, mayor necesidad de financiamiento habrá. A priori, el déficit primario tiene un techo de 2,5% del PBI según el acuerdo con el Fondo. Por ahora no hubo pistas desde el Gobierno si buscará alguna modificación a esas metas anuales. Por esa razón, la licitación de deuda en moneda doméstica atraviesa de forma diagonal al programa económico del Poder Ejecutivo.
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