La inflación y la depreciación cambiaria transformaron a los billetes de pesos argentinos en los menos valiosos de la región, tanto si se los mide en dólares como en cuanto a su capacidad de compra de bienes. La destrucción del valor del peso llegó a tal extremo que el billete de mayor valor, el de $1.000, alcanza para comprar apenas USD 4, dos menúes de cadenas de comida rápda u 8 botellas pequeñas de gaseosa. En la región, los billetes de mayor valor llegan a ser capaces de comprar USD 50, 80 botellas de gaseosa u 11 menúes de cadenas de comida rápida.
La comparación surge de un informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba, que intentó graficar cuál es la capacidad adquisitiva del peso argentino y cuál el de las monedas de otros países de Sudamérica. El resultado es que las billeteras argentinas tienen que cargar mucho más papel si sus dueños aspiran a hacer las mismas compras que las de sus vecinos de la región.
“La persistente inflación, que deteriora el poder de compra del peso argentino, impacta negativamente en la capacidad adquisitiva de las familias con ingresos fijos, es decir, se puede comprar cada vez menos bienes y servicios con una misma unidad monetaria”, sostiene el informe elaborado por Ariel Barraud, Fabio Ezequiel Ventre y Martina González.
Los mil pesos argentinos equivalen a menos de la mitad del poder de compra en dólares que el billete de mayor denominación en Paraguay, país que se encuentra segundo en el ranking, cuyo billete más alto compra unos USD 15. En Venezuela, el billete de mayor denominación equivale a USD 18; en Chile, USD 22; en Colombia, USD 23; en Brasil, USD 38 y en México, Uruguay y Perú los billetes de más denominación superan los USD 50, registra el informe.
Pero más allá del valor en dólares del papel moneda, el ejercicio también se enfocó sobre bienes. La comparación del poder de compra de los billetes de mayor denominación de cada país, explica el análisis, se realizó en base a los valores a junio último del combo de una hamburguesería multinacional, que tiene el mismo formato en todo el mundo, y de una botella de 330 mililitros de otra marca global.
“Con el billete de mayor denominación en Argentina se compran 1,6 combos de hamburguesas; en el otro extremo está Perú, que con un billete de 200 soles se pagan 11 combos (siete veces más que en la Argentina). En México, con 1.000 pesos mexicanos se compran ocho combos (cinco más que a nivel local)”, consignaron los autores.
“En Brasil, con 200 reales se adquieren siete menús, lo que implica cuatro veces más que en la Argentina. Dos mil pesos uruguayos equivalen a cinco combos, lo mismo que 100.000 pesos colombianos”, dijeron.
“Los 20.000 pesos chilenos pagan cuatro combos; 100.000 guaraníes de Paraguay alcanzan para tres y en Venezuela -tiene una de las monedas con menor poder de compra de la región- 100 bolívares compran dos combos. En Bolivia no está la multinacional”, detallaron por último.
En el caso de la gaseosa, en la Argentina se compran 8 botellas de 330 mililitros con el billete de mayor denominación, en Perú, 80. En México son 56 botellas; en Brasil, 39; y en Colombia, 38 unidades. En Bolivia se obtienen 36 botellas con un billete de 200 bolivianos; en Uruguay, 26 y en Chile 20. Tanto en Paraguay como Venezuela, cuyas monedas secundan al peso argentino como las de menor poder de compra de la región, son 17 y 16, respectivamente.
“La desvalorización del peso queda de esta manera ilustrada a través de la pérdida del poder adquisitivo del billete más grande en nuestro país. Esta reducción en su poder de compra es una muestra del deterioro que genera la elevada inflación”, analizó el reporte de la Bolsa de Comercio de Córdoba.
“Desde su creación en 2017 a hoy, el billete de mayor denominación perdió 87% de su valor medido en dólares al tipo de cambio oficial y 93% en el mercado libre”, agregó.
“La acelerada suba de los precios y la erosión de la capacidad de compra de la moneda local muestran que desde 2017 hasta hoy en 6 de los países analizados (Bolivia, Chile, Colombia, México, Paraguay y Perú) la inflación promedio anual fue menor al 5%, en Brasil fue del 6%, y en Uruguay del 9%. Por su parte, Argentina tuvo una inflación promedio anual del 47%, solo superada por Venezuela (7321%)”, concluyeron los autores.
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