Un experimento fallido del Banco Central para fortalecer los bonos del Tesoro terminó llevando el dólar a 300 pesos

Para incentivar que los bancos compren títulos públicos, el BCRA no les renovó sus propios títulos, las Leliq. Pero la decisión hizo bajar las tasas de corto plazo y muchos inversores se encontraron con préstamos baratos para comprar “contado con liquidación”

Guardar

Una estrategia del Banco Central para incentivar que los bancos compren bonos de la deuda argentina en pesos derivó en una suba de los dólares financieros que llevó el precio del contado con liquidación cerca de los 300 pesos. En su intento por llevar la enorme cantidad de pesos que hay en el mercado hacia los bonos del Tesoro, entre martes y miércoles el BCRA decidió renovar solo una parte de los vencimientos de sus títulos, Leliq, alrededor del 45% del total.

Se trata de los instrumentos que utiliza el Central para “esterilizar” pesos y mantenerlos fuera de circulación. Cuando no se renueva el total del vencimiento de las Leliq (Letras de Liquidez), quedan pesos “sueltos” que vuelven a circular lo que genera una expansión monetaria que impacta sobre la inflación. Parte de ese dinero que quedó en manos de los bancos, se destinó a pases pasivos, un instrumento similar a la Leliq pero de más corto plazo.

Otra parte de esa liquidez, tal la esperanza del Banco Central, iría a buscar los recientemente elevados rendimientos de los bonos del Tesoro en pesos que en junio sufrieron una dura corrida que desplomó sus precios y dejó al entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, sin acceso al financiamiento y un poco más cerca de la renuncia. Al comienzo, la estrategia dio cierto resultado porque los bancos, sedientos por conseguir cualquier clase de rendimiento que no les haga perder contra la inflación, sostuvieron los precios de los bonos CER con compras que buscaban colocar esos pesos excedentes en algún activo, el que fuere.

Al poder tomar pesos prestados al 11% anual los inversores no pensaron dos veces en qué activo invertir. Lo vieron como un regalo del cielo que les financiaba a costo casi nulo la compra de dólares

Pero en un mercado inundado de liquidez el experimento tuvo también resultados indeseados. Porque si bien los bancos no pueden por normativa salir a comprar dólares vía contado con liquidación, la inyección de tantos pesos a la plaza afecta también a otros inversores. La vía de contagio fueron las tasas de corto plazo. Con los pases pasivos inundados y el mercado de deuda en moneda local saturado de demanda, muchos inversores accedieron a pesos a tasas bajísimas. Y con ese financiamiento, salieron a comprar dólares.

La caución bursátil, un préstamo de corto plazo que se utiliza en el mercado para invertir apalancado con dinero de terceros, se desplomaron. Ese préstamo, habitualmente a 7 días, costaba 43% nominal a fines de junio. Hoy, gracias a la liberación de pesos del Banco Central, cayó a 24%. Hubo inversores que lograron tomar prestados pesos al 11% nominal anual, en un entorno de inflación del 60,7%. En suma, recibieron pesos casi gratis para dolarizar.

Foto REUTERS/Agustin Marcarian
Foto REUTERS/Agustin Marcarian

Y ese mercado de pesos en liquidación filtró al mercado de dólares financieros. Porque al poder tomar dinero prestado al 11% anual los inversores no pensaron dos veces en qué activo invertir. Lo vieron como un regalo del cielo que les financiaba a costo casi nulo la compra de dólares.

Así, aprovecharon la oportunidad fondos de inversión, empresas y hasta particulares que no están sujetos a las regulaciones que sí impiden operar dólar contado con liquidación a bancos, aseguradoras y otros inversores institucionales. Con el financiamiento regalado, pagaron casi cualquier precio por el dólar contado con liquidación. Y lo llevaron a rozar casi los $300.

Según operadores bancarios consultados por Infobae, el Banco Central se asustó. La estrategia de dejar pesos sueltos con la esperanza de que inviertan en bonos CER del Tesoro se interrumpió, al menos por hoy. En la licitación de Leliq del día, el BCRA ya no volvió a dejar pesos afuera, sino todo lo contrario: colocó más de lo que vencía, reduciendo la cantidad de dinero en circulación. Con esa “esterilización” de pesos, espera esquivar otro cimbronazo cambiario.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar