A Silvina Batakis no le será sencillo llevar tranquilidad a los mercados y contener el dólar

Los operadores financieros siguieron con profunda desconfianza los acontecimientos del fin de semana. La designación de Silvina Batakis está lejos de haber conformado a los que pedían un cambio más ortodoxo en el gabinete

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Foto REUTERS/Marcos Brindicci
Foto REUTERS/Marcos Brindicci

Si los mercados esperaban un giro en la política económica del Gobierno luego de la renuncia de Martín Guzmán, la designación de Silvina Batakis echará por tierra esa especulación. Luego de la danza de nombres que circuló el fin de semana, si algo quedó claro es que la flamante ministra de Economía llegó a ese lugar apadrinada por la Vicepresidenta Cristina Kirchner y el ministro del Interior, Wado de Pedro.

La posibilidad de dar un giro “pro mercado” quedó sepultada ante el rechazo de las distintas opciones ofrecidas por Sergio Massa. Ya desde su época de ministra de Economía de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires, Batakis siempre se mostró como una férrea defensora del “rol del Estado”.

Con estos antecedentes, no le resultará sencillo llevar calma a los mercados financieros. Ni bien se conoció su designación, el “dólar cripto” llegó a los $ 300, lo que implica una suba cercana al 20% respecto al cierre del viernes. Hoy a partir de las 11 se verá si este precio es convalidado con las primeras operaciones en el mercado libre.

Más allá de las duras internas en el oficialismo, Batakis deberá lidiar además con una situación financiera de extrema fragilidad

Un aumento de la brecha cambiaria más allá del 100% tendrá repercusiones inmediatas, porque aumentaría las expectativas de devaluación del tipo de cambio oficial. Además, podrían acelerarse las remarcaciones que ya habían arrancado con la decisión del Gobierno de restringir todavía más las importaciones.

Más allá de las duras internas en el oficialismo, Batakis deberá lidiar además con una situación financiera de extrema fragilidad. En la “hoja de ruta” del manejo de la economía aparece la necesidad de dar señales de austeridad fiscal, ante la ausencia de financiamiento externo y ahora también interno. Sin embargo, es un misterio si la flamante ministra estará dispuesta a dar señales de ajuste, cuando Cristina se manifestó reiteradamente en contra de esa posibilidad. Es más, culpó a Martín Guzmán por la derrota de las elecciones legislativas del año pasado, justamente por haber avanzado con una reducción del gasto en la primera parte del 2021.

Otro de los temas sensibles que deberá atender Batakis está relacionado con el tipo de cambio oficial. Mientras el consenso del mercado y de los economistas es que debe darse un sinceramiento cambiario, no parece tan claro que la flamante ministra esté dispuesta a dar ese paso. Lo más probable es que siga la línea de su antecesor, es decir mantener la suba gradual del tipo de cambio y no perderle pisada a la inflación.

El BCRA tuvo que emitir $ 700.000 millones en junio para ponerle un piso a los bonos en pesos. Seguir haciendo lo mismo en las próximas semanas podría ser sumamente peligroso

La ministra por lo tanto seguirá con el manejo heterodoxo de las principales variables económicas y deberá lidiar con la extrema desconfianza de los mercados financieros. Seguramente su primera reacción será ignorar un posible salto del dólar libre o un arranque negativo de acciones y bonos argentinos. El problema es que uno de los principales desafíos que tiene Alberto Fernández para llegar a diciembre de 2023 es revertir de la desconfianza extrema de los inversores. Nada parece indicar que esto vaya a ocurrir al menos en los próximos días.

Además de la cotización del dólar, también habrá que seguir de cerca la evolución de los bonos en pesos. Pero cuesta creer que mantengan sus cotizaciones luego de las últimas semanas de extrema volatilidad que vivo este mercado. El Banco Central tuvo que emitir nada menos que $ 700.000 millones a lo largo de junio para ponerle un piso a las cotizaciones. Seguir haciendo lo mismo en las próximas semanas podría ser sumamente peligroso, porque un exceso en la cantidad de dinero podría terminar en el dólar y mayor inflación.

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