Las reservas que el gobierno consiga restringiendo las importaciones no lo ayudarán a estabilizar la economía, sino que agudizarán las “tendencias estanflacionarias”, escribió Domingo Cavallo, quien fue uno de los primeros en advertir el riesgo de que la economía argentina combine dos flagelos macro: estancamiento del PBI y alza fuerte y persistente del nivel de precios, esto es, inflación.
El exministro de Economía recordó en su blog que a fines de mayo había advertido que ¨para pensar en estabilizar, primero habrá que acumular reservas suficientes¨.
Sin embargo, aclara, no se trataba de proceder a lo bruto. “Sugerí una metodología que, si se hubiera aplicado desde la introducción del control de cambios, podrían haberse acumulado reservas por USD 15.000 millones”, dice. Y agrega: “También estimé que, si se aplicara esa metodología a partir de junio, se podría cumplir con la meta de acumulación de reservas establecida en el acuerdo con el FMI”.
Pero la propuesta no fue escuchada. “Lamentablemente el Ministro de Economía y el Presidente del Banco Central, en lugar de aplicar esa metodología, que recomendaría cualquier economista que entiende el funcionamiento de los mercados y valora la libertad y la transparencia, decidieron adoptar la sugerencia de la Vicepresidenta al hablar de ¨festival de importaciones¨, explicó Cavallo.
El camino elegido no podía ser más dañino. “Trabar las importaciones en un momento como este, es la manera más efectiva de entorpecer la reactivación de la economía y agravar la inflación, es decir, de acentuar el clima estanflacionario”, escribió Cavallo, contrariado, pero no sorprendido.
Viniendo de Cristina ...
“No me sorprende que la Vicepresidente sugiera ese tipo de medidas, porque son las que adoptarían sus asesores, especialmente Axel Kicillof, si estuviera en sus manos el manejo de la economía. Este tipo de economistas siempre buscan la explicación de los problemas en la actitud de los empresarios y productores y encuentran como solución el imponer cada vez más controles que dificultan su actividad productiva y los obligan al lobby y a la demanda de tratamientos especiales”, señaló.
En cambio, al exministro sí le sorprendió que Guzmán y el titular del Central, Miguel Pesce, “no adviertan que es posible acumular reservas sin entorpecer el comercio exterior”. Para ello, “solo tienen que habilitar un mercado libre de cambios para todas las transacciones que no están obligadas o no pueden cursarse por el mercado comercial controlado; es lo que se denomina un sistema de cambio dual o desdoblado: el Banco Central solo intervendría (seguramente comprando en términos netos) en el mercado comercial y dejaría que el mercado libre se equilibre sin su intervención”.
Con una organización así del mercado cambiario, explicó Cavallo, “el Banco Central no debería vender divisas para atesoramiento, ni para viajes y turismo ni para pagos y transferencias financieras, salvo las obligaciones del sector privado por pagos diferidos de importaciones. Todas estas demandas deberían ser derivadas al mercado libre en el que simétricamente ingresarían los dólares del des atesoramiento del sector privado, los dólares que traigan los turistas, los préstamos financieros que pueda conseguir el sector privado, las inversiones directas y todo otro tipo de ingresos de dólares”.
En cambio, el gobierno optó por un supercepo que, al menos por unos días obturó por completo el acceso a bienes importados clave para el normal desenvolvimiento de la economía, y en particular de la industria.
Cavallo recuerda que en un posteo anterior explicó cómo un “sistema de mercado dual” permitiría acumular rservas “sin entorpecer el comercio exterior con restricciones cuantitativas, ya demasiado entorpecido por aranceles y retenciones”.
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