Los empresarios temen que en las próximas semanas comience a registrarse un default privado masivo con el exterior ante las nuevas restricciones que impuso el Gobierno a las importaciones.
Además, afirmaron que, mientras las grandes empresas podrán tener mayor margen financiero para acomodar parte de su situación, las pequeñas y medianas empresas serán las más perjudicadas por esta decisión del Gobierno de “cuidar los dólares” para pagar las importaciones de energía de las empresas del Estado ante la falta de autoabastecimiento.
Infobae dialogó con la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) y con empresarios directamente afectados por esta medida del Banco Central, que priorizó el cumplimiento de las metas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) antes que el crecimiento de la economía local.
Hay ejemplos concretos del perjuicio que ya comenzó a provocar esta decisión oficial: un importante centro médico tiene que pagar una parte de un service de un tomógrafo que se hace remoto desde el exterior y no puede concretarlo; lo mismo ocurre con todas las empresas que contratan servicios en la nube, de Amazon, Microsoft y otras tech, que no pueden abonar por sus alojamientos web ni por otras herramientas digitales e informáticas, que en la mayoría representan insumos clave para llevar adelante su negocio.
Además, en las últimas horas una muy conocida marca internacional de jeans se enteró que la tela de denim que llegará a la Aduana local desde Uruguay no tendrá el permiso de nacionalización de parte del vendedor porque aún no le llegó el pago del embarque. Son apenas algunos ejemplos de un contexto cada vez más complicado.
El Banco Central afirmó que las trabas recién regirán desde el lunes 4 de julio, pero hay casos concretos y denuncias de trabas que ya comenzaron.
Las trabas ya comenzaron a afectar el mantenimiento de tomógrafos, de servicios webs y marcas de jeans, entre otros rubros, que no saben si pueden pagar, mientras los costos se encarecen y provocan aumento en los precios internos
A su vez, la situación también generó muchas dudas en el sector de los libros, tanto los de papel como los digitales que viene del exterior. Pese a algunas trabas y demoras que surgieron en las últimas horas, en el sector descuentan que no se verán afectados, en ninguno de los dos formatos, tal como venía sucediendo hasta el momento por un pedido expreso del ministro de Educación, Jaime Perczyk.
En un informe técnico, la CIRA indicó que “limitar importaciones restringe la capacidad para producir. Las importaciones argentinas se componen primordialmente de bienes que se usan para la producción: el 86% representa bienes intermedios, bienes de capital o combustibles. Los bienes de consumo representan solo el 11,5% y en 2021 marcaron el menor valor de los últimos seis años”.
“Realizando un análisis de forma absoluta (dólares corrientes) nuestro país, en 2021 y aun con su recuperación de las importaciones, se mantuvo con niveles menores en relación a otras economías de la región como México y Brasil, aunque también en niveles menores que las de una economía más pequeña en PBI como Chile. En términos relativos a su economía, la Argentina se ubica entre las de menor porcentaje de importación respecto de su PBI en comparación con el resto del mundo, entrando o saliendo del podio de forma conjunta con Brasil, con una ratio de entre 13 y 15% del PBI, dependiendo del ciclo económico en el que se encuentre”.
En términos sectoriales, detalló CIRA, “los pagos por importación de energía pasaron de US$ 1.396 millones en período enero-abril de 2021 a US$ 3.582 millones en el mismo período de 2022, lo que significó una suba de US$ 2.186 millones. Otros sectores que contribuyeron al aumento de los pagos de importaciones, vinculados al mayor nivel de la actividad económica que presentó la Argentina en 2022, fueron la industria química, caucho y plástico; maquinarias y equipos; metales y otros de la industria manufacturera, relacionadas con la actividad productiva”.
Default potencial
Fuentes del sector indicaron que “la preocupación más grande es que no sabemos si vamos a poder cumplir con las obligaciones en el exterior de los últimos 3 o 4 meses, tanto en relación con los productos ya comprados pero se están fabricando como los que están en tránsito al país”, aunque el BCRA afirma que las trabas rigen para las compras efectuadas desde el 4 de julio próximo.
“La reglamentación no deja en claro si las vamos a poder pagar y, si no puedo entrar en el mercado cambiario oficial, hay que financiarse a 180 días”, explicó la fuente. Por esta razón, ayer la CIRA le pidió en una carta una aclaración al Central.
Otro importador pyme indicó que “esta reglamentación del Banco Central es un dislate, porque afecta hechos ya consumados, como las compras previas y por lo tanto es muy difícil explicarlo a los proveedores en el exterior. Con Guillermo Moreno y Cristina Kirchner las normas regían desde el momento en que sancionaban, aunque fueran disparatadas. Hay Pymes que tenían embarques aprobados, pagos comprometidos, que ahora pasarán de 60 a 180 días”, se quejó.
Los empresarios están tan enojados que afirman que aún en la época de Guillermo Moreno y Cristina Kirchner se podía planificar mejor porque las normas no eran retroactivas
“El proveedor del exterior al no recibir el pago no entrega la documentación para que vos puedas nacionalizar, con la cual esa mercadería queda en el limbo en el trayecto de origen hasta acá. Y todo esto deriva en un aumento de los precios internos, porque ya no consideran el dólar oficial de $127, sino el de $240″, explicó el empresario, que optó por hablar sin dar su nombre por temor a alguna represalia oficial.
En este sentido, las fuentes consultadas informaron que “esta semana ya se frenó muchísimo la venta mayorista, hay mucha incertidumbre por el precio de reposición de los productos y es probable que la incertidumbre se termine trasladando a precios, o sea, más inflación, en una semana más”.
Las fuentes expresaron su incomodidad porque todavía el nuevo ministro de Producción, Daniel Scioli, no les otorgó una audiencia para conversar sobre esta situación.
¿Festival de importaciones?
Además, plantearon dudas sobre los argumentos oficiales basados en el supuesto “Festival de importaciones” que denunció la vicepresidenta Cristina Kirchner. “En 2021 hubo 64.442 millones de dólares de importaciones; del total, 50% lo importaron 297 empresas y el otro 50%, 11 mil empresas pymes. El principal importador del país es el propio estado nacional, sobre todo a través de Cammesa y Enarsa”.
“Estamos muy cerca de un riesgo de default de los privados en una semana o 10 días y, si la incertidumbre se extiende, podría generar suspensiones en las empresas”, explicó la fuente.
“Como el Gobierno no quiere devaluar, aplica estas restricciones, pero la brecha cambiaria es la madre del problema. ¿Adelantaron compras algunas empresas?: y sí, del mismo modo que una persona fue al supermercado ayer porque hoy todo sale más caro: son conductas defensivas en un contexto de inflación alta, no es especulación financiera”, expresó la fuente.
Por otra parte, la fuente dijo que el Gobierno “vive en una fantasía si cree que las empresas pueden vivir con su stock actual y en tres meses poder volver a pedir mercadería, aunque desde que uno pide algo son en promedio 60 días de fabricación y otro período similar de viaje, en un contexto de encarecimiento de los fletes por la pandemia y la guerra”, precisó. Las cifras reflejan con nitidez este incremento de costos: según CIRA, en 2019 un container desde China tenía un costo promedio de USD 1.500; en la actualidad, llega a USD 14 mil, números que una parte del Gobierno no sabe, no puede o no quiere entender.
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