Wall Street ya no cree en lágrimas: pese a la fuerte baja de los títulos soberanos argentinos, no aparecen órdenes de compra y, por el contrario, los inversores que están adentro quieren salir.
Ante oportunidades mejores en el resto del mundo, con altas tasas pero menor riesgo de repago, ejecutivos y analistas de bancos y fondos de inversión afirmaron a Infobae que el recorrido de los bonos que esperan, luego de que ayer el riesgo país superara los 2.500 puntos básicos, es más a la baja que al alza por la falta de soluciones a los crecientes problemas que enfrenta la economía argentina en forma cotidiana.
Las fuentes consultadas fueron contundentes: ya no hay un análisis técnico que fundamente la cotización de los bonos argentinos a precios tan bajos -porque una reestructuración podría ser posible y lógica recién en 2024, cuando empiezan los pagos fuertes del canje 2020- si no una situación contraria al concepto de “Exuberancia irracional” que Alan Greenspan utilizó en la década del 90 para definir la fuerte suba de los mercados bursátiles globales.
Los precios bajos no generan interés inversor entre las instituciones con las que hablo regularmente: Argentina es un paria en el mundo inversor (Jorge Piedrahita)
Más allá del rebote de ayer de última hora, la sensación en Manhattan es contundente: entre el escepticismo y la certeza de la necesidad de algún cambio rotundo de plan económico que no podrá esperar hasta las próximas elecciones presidenciales.
Jorge Piedrahita, CEO de Gear Capital Partners, dijo que “en términos generales estos niveles de precio han generado muchas consultas y observo un alto nivel de preocupación por aquellos con inversiones en Argentina (bonos, acciones y créditos)”.
“Los precios bajos no generan interés inversor entre las instituciones con las que hablo regularmente: Argentina es un paria en el mundo inversor”, sentenció.
“Para ser justos el contexto internacional no ayuda: eventos geopolíticos, caída generalizada de los activos de riesgo, la suba de tasas del Fed y otros elementos”, aclaró.
-¿A estos precios, hay más interés por entrar o por salir?
-Veo más una salida que entrada y creo que lo vemos reflejado en el CCL. Este proceso tiene una alta probabilidad en terminar en otra crisis. Y las crisis en algún momento generan la voluntad de cambio y estabilización-explicó Piedrahita.
Diego Ferro, dueño de M2M Capital, señaló que “desde el canje de la deuda del 2020 vengo diciendo que todo es una payasada porque la deuda argentina tendría que haber tenido un recorte mucho más grande porque era insostenible”.
“Y ahora se está viendo por qué es insostenible: no sería insostenible para un país normal, pero un país en el cual nunca hubo un plan económico y que evidentemente cada vez está peor, así que los bonos a 20 centavos no son un mal precio, pero por ese mismo valor podés comprar otros activos que te pueden llegar a dar una ganancia de corto plazo mejor, porque la Argentina no tiene programa económico y por lo tanto no hay ningún tipo de razón para comprar deuda porque las cosas empeorarán”, afirmó.
“El precio actual refleja algún tipo de reestructuración rápida, algo que no creo que pase porque la Argentina no está pagando mucho a sus acreedores privados como para reestructurar. Si recomendás comprar deuda argentina probablemente perdés tu trabajo”, afirmó Ferro.
Si recomendás comprar deuda argentina probablemente perdés tu trabajo (Diego Ferro)
“Hay soberanos y monedas interesantes que fueron castigados por el menor apetito por el riesgo a los mercados emergentes, pero apenas ese factor se corrija seguramente reaccionarán sus precios, no solo en Sudamérica, sino también el rand en Sudáfrica o el peso chileno. Hay casos como Ecuador o Pemex en México que, por el precio del petróleo, deberían tener una reacción mucho más rápida que la Argentina una vez que pase el temor por la suba de tasas de Estados Unidos”, detalló Ferro.
“Puede ser que si a fines de 2022 se genera la expectativa de que en Argentina gane un candidato serio, haya un sentimiento más positivo; pero también dependerá de cuánto daño se pueda acumular desde ahora y hasta las elecciones de 2023, porque las cosas claramente cada vez están peor”, indicó Ferro. Consultado sobre los diálogos entre los inversores y los economistas de la oposición acerca de una potencial reestructuración de la deuda en el próximo gobierno, Ferro subrayó que el mercado quiere saber primero qué va a pasar en los próximos meses, no lo que podría ocurrir en un año y medio.
Otro ejecutivo de un fondo de inversión que optó por hablar en forma anónima indicó que “hace tres meses que hay otros activos más interesantes a tasas altas, que son mucho mejores que la deuda argentina. Hay gente mirando estas alternativas”.
Elecciones lejanas
Desde Manhattan afirmó que “hay demasiados pesos dando vueltas, demasiada gente que quiere salir y las elecciones del 2023 quedan muy lejos todavía como para generar algún tipo de expectativa favorable por un eventual cambio de gobierno”.
Más crudo, un trader apuntó desde Nueva York: “Si no se animan a comprar Amazon o Apple, Argentina vale cerca de cero; me imagino que por 3-5 centavos habría compradores”.
A su vez, un ejecutivo argentino que acostumbra a realizar operaciones con inversores del exterior –y que tuvo que reorientar su negocio por el escaso interés sobre la Argentina- agregó, con pesar: “No veo a nadie que quiera comprar”.
Desde Buenos Aires, el experto Diego Martínez Burzaco indicó que “ya no es tanto una cuestión de precios; hay una salida masiva porque hay fondos que se están deshaciendo de los bonos que les quedaban, por la desconfianza que hay sobre la Argentina”.
“La caída de bonos puede estar escondiendo alguna cuestión estructural; podría haber oportunidad de compras especulativas de perfiles de alto riesgo, pero ahora todos están del lado vendedor”, aclaró.
“Si uno ve los precios, todo parece exagerado porque los bonos cotizan a una paridad más baja que cuando estaban en default, pero no se puede testear la sabiduría del mercado en estos momentos, porque hay mucha desconfianza y las señales que manda la política económica no son las mejores. Se necesitan algunas medidas de fondo fuertes para estabilizar estas variables”, aclaró Martínez Burzaco.
En términos históricos, precisó Fernando Marull, “el precio del Bonar 2017 bajó a S23 y el del DICY a 27. Si esta baja reciente está descontando otro default u otra reestructuración, igualmente los bonos tienen un valor de recupero mayor a 20. Esta baja tiene más de ‘ultra pesimismo’ con crisis política incluida o ventas con poca liquidez, que de fundamentals. El desacople de los soberanos con los bonos corporativos o provinciales está en máximos históricos. Igualmente, es esperable que los afecte, al menos por un tiempo”.
El experto Federico Furiase de Anker Latinoamérica dijo que “si bien hay valor a mediano plazo en los bonos, la posición técnica sigue siendo muy mala y no hay interés de los fondos de afuera en sumar bonos argentinos en su cartera; por lo tanto, los precios puedan seguir bajando en el corto plazo, mientras la macro se complica y no hay anclas nominales”, aunque el Gobierno se esfuerce por colocar más controles para controlar lo incontrolable.
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