Supermartes: Martín Guzmán vuelve a enfrentar el dilema por una fuerte suba de tasas en una compleja licitación de deuda

Si convalida alzas notorias para asegurarse financiamiento privado, como piden los inversores, deja expuesto al Banco Central. Si no lo hace, se arriesga a no tener demanda privada. Una disyuntiva de $240.000 millones que alimenta las expectativas inflacionarias.

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Martin Guzman, ministro de Economía. REUTERS/Agustin Marcarian
Martin Guzman, ministro de Economía. REUTERS/Agustin Marcarian

Con el Banco Central dispuesto a “hacer todo lo que sea necesario” para defender el precio de los bonos en pesos y las consecuentes expectativas de mayor inflación, el ministro de Economía, Martín Guzmán, medirá hoy el humor de los inversores en la licitación de títulos en pesos destinada a renovar los vencimientos por unos $240.000 millones, que se estima en manos mayormente privadas tras el canje de la semana pasada. Mediante esa operación, destinada principalmente a que el Banco Central descargara los títulos adquiridos mediante en el mercado secundario, la secretaría de Finanzas logró descomprimir en 60% el volumen del vencimiento pero lo cierto es que, aun así, el Gobierno enfrenta hoy una dura prueba.

Si bien el mercado de deuda en pesos mejoró notablemente ayer, con subas de hasta 10% otra vez gracias a la presencia del BCRA, nada garantiza resultados aceptables de la licitación. Por el contrario, las chances son mínimas. Es que Guzmán enfrenta un dilema no menor. La acción del Banco Central en el mercado secundario poniendo piso a la cotización de los bonos distorsionó todos los precios, con lo cual si el ministro busca que la tasa de la licitación esté en línea con esa intervención, se arriesga a un resultado muy magro. Un resultado pobre, es evidente, no contribuiría a revertir el entorno de desconfianza cada vez más pronunciado. Por otro lado, si en pos de despertar la demanda genuina, el Tesoro convalida una fuerte suba de tasas -al menos otros 4 puntos porcentuales respecto de la última licitación (el 14 de junio) opinaban anoche en algunos bancos-, pone en tela de juicio el accionar del titular de Banco Central, Miguel Pesce, dejando en evidencia que “compra caro”.

Claro que el ministro siempre cuenta con la demanda cautiva de los inversores regulados, entre ellos, compañías de seguros y bancos, que previsiblemente renovarán su tenencia pero están renuentes a aumentar su exposición y reemplazar a aquellos inversores minoristas o del sector corporativo que decidieron rescatar su capital de los fondos comunes de inversión. ”A primera vista el escenario luce complicado, y dependerá en gran parte, de la demanda que provenga del sistema financiero tras los cambios de tasa para impulsarlos a tomar más títulos soberanos”, se destacó ayer en el informe de perspectiva semanal de PPI, Portfolio Personal Inversiones.

Un resultado pobre en la licitación de bonos, es evidente, no contribuiría a revertir el entorno de desconfianza cada vez más pronunciado.

El presidente del BCRA se reunió ayer con el presidente de la Cámara Argentina de Fondos Comunes de Inversión (CAFCI), Valentín Galardi, para asegurarle que la entidad actuará de reaseguro para la industria. “Estamos analizando distintas opciones que funcionen como un reaseguro de que el Banco Central va a operar en la curva para garantizar la liquidez de los instrumentos del Tesoro y el sostenimiento de sus precios”, dijo Pesce a través de un comunicado. Esta línea de liquidez sería instrumentada en los próximos días y todavía no hay detalles de cómo operará en la práctica. Por el momento, es el mensaje de que se emitirá lo necesario para evitar nuevos derrumbes en las cotizaciones.

Esa expresión tiene su contracara en las expectativas de inflación. “Junto con la emisión de $282.000 millones para financiar al fisco, la emisión monetaria de junio habría sumado cerca de $700.000 millones (0,9% del PBI) hasta ahora. Este aumento de la emisión no colabora ciertamente a anclar las expectativas de inflación a mediano plazo, lo que aumenta las dudas sobre la trayectoria futura del tipo de cambio oficial en el segundo semestre de 2022″, apuntó el informe semanal de Delphos Investment.

En ese sentido, la brecha cambiaria continuó ayer ampliándose con el cierre del dólar blue en $232 y las variantes financieras en $241 el MEP y $248 el CCL. Tal vez por eso, Guzmán pone énfasis ahora en los títulos vinculados a la evolución del dolar (dollar-linked). El menú de bonos que ofrece el Tesoro cuenta otra vez con instrumentos de muy corto plazo con vencimientos en 2022 pero, tal como destaca PPI, se destaca una característica interesante: se reabre la emisión de los dos títulos más largos dollar-linked, el TV23 y TV23. “Dada la reciente debilidad de la deuda CER, el incremento del crawling-peg y el aumento de las expectativas de devaluación ante la falta de acumulación de dólares en el momento de alta estacionalidad de liquidación de agro, creemos que el Tesoro intenta aprovechar el ‘momentum’ y buscar interés vía estas herramientas. No obstante, no le vemos mucho éxito a esta estrategia”, sentenció el informe de la consultora.

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