Casi nunca los pasajeros se ponen a pensar qué hace la tripulación de una aerolínea durante los largos vuelos intercontinentales de “larga duración”. Los viajeros vuelan tranquilos sabiendo que ante cualquier necesidad pueden presionar un botón que hará que una azafata esté en menos de un minuto en la butaca preguntándoles en qué puede ayudar y si todo se encuentra bien.
Pero lo que casi ningún pasajero se pregunta es qué hacen los miembros de la tripulación y los pilotos para tomarse un descanso, es usual que en viajes largos de más de diez horas, como aquellos que van desde Argentina hacia Europa o los Estados Unidos, la tripulación tenga un sistema de rotación donde cada uno tiene algún momento para descansar.
En estos momentos “libres”, la tripulación tiene áreas especiales y escondidas donde pueden recostarse, leer y hasta dormir un rato. Se les llama Compartimentos de Descanso de la Tripulación, el acceso de los pasajeros está terminantemente prohibido y si alguna vez viajaste en avión, es probable que nunca los hayas notado, ya que están bien ocultos de la vista.
En algunos modelos modernos como el Airbus A350 o el Boeing 787, estos compartimentos se ubican sobre la cabina principal, es decir en la parte superior del fuselaje. Pero en aparatos más antiguos, estos pequeños dormitorios pueden estar en la bodega de carga o simplemente en la misma cabina de pasajeros.
Estos espacios suelen estar divididos en dos. Uno para los comandantes, que suelen contar con dos literas y un asiento reclinable, y otro para la tripulación, que suele ubicarse en la popa, sobre la cocina, y suele tener 6 literas o más.
Si bien las empresas aéreas pueden configurar los compartimentos según sus preferencias, hay ciertos parámetros obligatorios que deben cumplir. Las camas deben tener un largo mínimo de 198 centímetros por 76 cm de ancho, y al menos 0,99 metros cúbicos de espacio. Además, el espacio debe estar aislado de ruidos, olores y las vibraciones intrusivas, para que el sueño de la tripulación, que suele ser escaso, al menos sea profundo y con el mínimo de interrupciones.
Pero no hay que confundirse, si bien la tripulación sí tiene una cama en la que pueden estirarse por completo en un compartimento semiprivado, no hay que imaginarse estos espacios como algo lujoso. En tierra, lo más parecido que se encuentra son los hoteles cápsulas japoneses, pensados para optimizar el espacio al máximo.
Susannah Carr, asistente de vuelo de United Airlines que trabaja en aviones Boeing, incluidos el a787, 777 y 767, comentó a CNN que estos compartimentos pueden resultar bastante cómodos. “Tienen un colchón acolchado, un respiradero para mantener el aire circulando y controles de temperatura para que puedas mantenerlo más fresco o más cálido, y nos proporcionan ropa de cama, generalmente similar a las que se usan en la clase ejecutiva en nuestros vuelos internacionales. Me gustan, pero también mido solo alrededor de 1,72 metros, así que si pones a una persona de más de 1,90 metros allí, podría estar un poco apretada”, dice ella.
En cierta forma son mejores que los asientos de clase ejecutiva, dice Carr, ya que la litera puede ser más ancha que las butacas de clase preferencial. Sin embargo, aclara la azafata, no hay privacidad, ya que son compartidos con sus colegas, y tampoco son ideales para personas claustrofóbicas. En los aviones, como en Japón, todo el espacio se debe aprovechar al máximo.
Es probable que quien lea esta nota no supiera de la existencia de estos compartimentos especiales. En aviones más modernos, se accede a ellos por pequeñas puertas sin señalización que cualquier pasajero podría confundir con armarios o en ocasiones con las puertas del baño. Cómo ya se dijo, en aviones nuevos los compartimentos están sobre la cabina, en la generación anterior, se disponían cerca de la bodega, en la parte inferior del fuselaje, y en aviones más viejos, eran simplemente butacas con cortinas especiales que se ubicaban en la misma cabina de los pasajeros.
“Son cortinas muy pesadas, bloquean la luz y una buena cantidad de sonido”, dijo Carr, pero aclaró que los nuevos compartimentos son mejores, ya que en estos aviones viejos, los pasajeros confunden las cortinas con la cocina, y muchas veces el sueño se ve interrumpido.
El descanso es importante para los tripulantes, sobre todo si se tiene en cuenta que pasan únicamente el 10% del total del vuelo en los compartimentos. “En promedio, diría que eso significa alrededor de una hora y media por vuelo de larga distancia”, dice Karoliina Åman, asistente de vuelo de Finnair que trabaja en aviones Airbus A330 y A350. Sin embargo, esto puede variar según la aerolínea y el tiempo de vuelo; el tiempo de descanso puede extenderse hasta unas pocas horas, pero nunca mucho más.
Lo que explicó la azafata es que al no contar con tiempos libres para almorzar o tomar un café, estos pequeños tiempos libres se vuelven de vital importancia, y es importante que nadie los moleste en esos momentos.
“Este es el único momento durante el vuelo en el que no respondemos a las llamadas de los pasajeros ni hacemos ninguna otra tarea más que descansar, y dejar que nuestros pies y nuestra mente reposen. El propósito de este descanso es mantener una mentalidad alerta y lista durante todo el vuelo para que, si ocurre algo inesperado, estemos listos para actuar”, explicó Åman.
Sin embargo, no siempre utilizan estos momentos para dormir. La azafata de la empresa finlandesa explica que cuando cubre un vuelo que parte de Helsinki, suele utilizar ese momento para leer un libro o escuchar un podcast, ya que ese día salió desde su casa y está descansada. En cambio, cuando cubre un vuelo de regreso a la capital finlandesa, suele tomar ese momento para dormir, aunque advierte, “puede ser muy duro despertarse si tu mente había entrado en el modo de sueño nocturno”.
“El desfasaje horario puede ser muy complicado”, dice Carr, quien admite que a veces logra relajarse y dormir, y en otras ocasiones prefiere el tiempo para usar su teléfono, ver una película o leer un libro.
Los compartimentos están cerrados durante el despegue, el aterrizaje y el ascenso y descenso de la aeronave. Únicamente pueden utilizarse durante el vuelo, cuando el Comandante de Cabina lo dispone. Esta persona, suele dirigir al equipo de auxiliares de vuelo y dispone los turnos de los descansos.
¿Qué pasa con los pilotos?
Los pilotos por su parte tienen un área de descanso diferente a la de la tripulación de cabina. Suele estar cerca de la cabina de mandos y en aviones modernos cuentan con dos literas, en modelos más viejos, una litera y un asiento reclinable equipado con entretenimiento de cabina, principal diferencia con los compartimentos de la tripulación.
“Por lo general, duermo bastante bien allí”, dice Aleksi Kuosmanen, subjefe de pilotos de flota de Finnair. El piloto vuela en aviones A330 y A350, y dice que prefiere el área de descanso de este último, ya que cuenta con unas cortinas especiales que aíslan muy bien el ruido y puede ajustar la temperatura a su gusto. “No escuchas nada de lo que sucede en las cocinas, es realmente silencioso y cómodo”.
La próxima vez que tomes un vuelo en un avión de fuselaje ancho -aparatos usados para vuelos de larga duración-, puede jugar a encontrar la puerta secreta que lleva los compartimentos de la tripulación. Muy difícilmente las azafatas estén dispuestas a mostrar estos lugares ya que el acceso del público está prohibido. “Es un poco como Disney, mantenemos la magia a puertas cerradas”, dice Carr.
SEGUIR LEYENDO