Cuánticos versus famosos: balance provisional de ganadores y perdedores del cripto-crash

Las rápidas y salvajes oscilaciones del criptomercado produjeron importantes pérdidas a algunas figuras de alto perfil, pero son también una oportunidad para quienes detectan las tendencias correctas y ganan apostando contra las especies perdedoras

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Michael Saylro (MicroStrategy), Elon Musk (Tesla) y Jack Dorsey (ex Twitter, ahora Block/Square), entre los perdedores del cripto-derrumbe
Michael Saylro (MicroStrategy), Elon Musk (Tesla) y Jack Dorsey (ex Twitter, ahora Block/Square), entre los perdedores del cripto-derrumbe

Probablemente Michael Saylor, uno de los fundadores de MicroStrategy, sea la persona que más dinero perdió con el derrumbe del mercado de criptomonedas, y en particular con la caída del bitcoin.

Microstrategy tomó en abril un crédito de USD 205 millones del banco Silvergate que dedicó en buena medida a la compra de bitcoins, aumentando su tenencia a 129.218 unidades, a un valor entonces de USD 6.000 millones, pero que hoy oscila entre USD 2.700 y 2.800 millones, menos de la mitad, en poco más de dos meses.

Mal negocio y daño a la reputación de una compañía prestigiosa por sus capacidades en materia de “inteligencia” y una figura como Saylor, quien se resignó a ser científico cuando por consejo médico desistió de ser piloto de caza, como había sido su padre, un sargento de la Fuerza Aérea de EEUU.

Saylor se graduó en aeronáutica, astronáutica, ciencia y tecnología en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés) donde conoció a Sanju Bansai, con quien en 1989 cofundó Microstrategy, una firma de software especializada en minería de datos que salió a la bolsa en 1998 y cuya evolución en el mercado llevó a Saylor a detentar una fortuna personal de unos USD 7.000 millones.

La apuesta empezó en agosto de 2020 cuando MicroStrategy compró sus primeras 21.454 bitcoins por unos USD 250 millones, en prevención de una eventual pérdida de valor del dólar debido a la pandemia. “Esta inversión refleja nuestra convicción de que bitcoin, como la criptomoneda más ampliamente adoptada, es una reserva de valor confiable y una inversión atractiva con potencial de apreciación de largo plazo superior a la tenencia de dinero”, dijo entonces la empresa. En febrero 2021 compró USD 1.000 millones en bitcoins en un día y disfrutó de su fortísima suba a lo largo de ese año, hasta el pico de noviembre. Desde entonces, bitcoin perdió 70% de su valor.

Según la publicación Quartz, ninguna otra empresa invirtió tanto en bitcoin, unos USD 4.000 millones, más del doble del valor de mercado de MicroStrategy, cuya acción perdió en 6 meses un 72% de valor.

Otro de los empresarios famosos que apostó a bitcoin es Elon Musk, cuya empresa insignia, la automotriz Tesla, compró USD 1.500 millones en bitcoins en febrero 2021.

No tan millonaria, pero también de alto perfil, fue la apuesta de Jack Dorsey que invirtió USD 50 millones en bitcoin cuando dejó de ser el CEO de la red social Twitter y asumió el manejo de Block (a la que rebautizó Square), una compañía de pagos basada en la tecnología blockchain y el mundo cripto. Cuando Dorsey asumió Block/Square la acción de la compañía valía 120 dólares, precio que a mediados de junio había caído a 33 dólares, una pérdida de capitalización de casi 75 por ciento.

Las firmas y fondos cuánticos, cuyas computadoras acertaron la tendencia correcta y apostaron contra las especies perdedoras en el mercado de cripto-futuros, fueron grandes ganadores
Las firmas y fondos cuánticos, cuyas computadoras acertaron la tendencia correcta y apostaron contra las especies perdedoras en el mercado de cripto-futuros, fueron grandes ganadores

Contracorriente

En el otro extremo de un cálculo provisional de pérdidas y ganancias del cripto-crash se ubican los fondos quant, o cuánticos, de trading a través de computadoras que en base a tendencias y márgenes ínfimos compran y venden acciones y valores en busca de ganancias en cada operación, para lo cual la velocidad de procesamiento es clave.

Estos fondos de cobertura incluyen KPTL, del arbitrajista Jay Janer, un ex Lehman Brothers y Morgan Stanley, basado en las islas Caimán que a través de su fondo Appia se dedicó a explorar las rápidas y salvajes oscilaciones del criptomundo. El mejor momento de KPTL y Appia fue la implosión de Terra/Luna, que en 48 horas pasó de valer USD 40.000 millones a centavos y provocó una cascada de pérdidas de USD 300.000 millones y le generó jugosas ganancias en operaciones de criptofuturos, “shorteando” (esto es, apostando contra) la pareja cripto-algorítmica y le permitió capturar a su favor cerca de un tercio de la implosión, según Janer le dijo a Financial Times. Así, el valor del fondo Appia aumentó cerca 20% en lo que va del año, contra una pérdida promedio de 2,9% del sector de los fondos de cobertura.

Otro fondo cuántico ganador, basado en Londres, es Atitlan Asset Management, cuyas computadoras le permitieron detectar correctamente las tendencias del mercado cripto y apostar contra los perdedores, mientras otros fondos de cobertura, como Three Arrows, registraban grandes pérdidas.

Los fondos científicos o cuánticos que ganaron fueron aquellos que captaron las tendencias del mercado y operaron mayormente en el mercado de futuros. Como Florin Cout y Systematica Investments, ambos basados en Londres. “Alternativa Markets”, uno de los fondos de Systematica, hizo grandes ganancias en las oleadas de ventas de bitcoin y ether, las dos principales criptomonedas, y llevan una ganancia cercana al 16% en lo que va del año.

En el salvaje mundo cripto, las ganancias de unos pueden ser las pérdidas de otros. A riesgo, claro está, de que suceda exactamente lo contrario.

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