Si hay “festival de importaciones”, su principal impulsor es el sector energético, según surge de un informe del Banco Central.
Con la acusación todavía fresca de la vicepresidente Cristina Kirchner acerca de ese presunto “festival”, a través del cual Economía y la entidad que preside Miguel Pesce dejan escapar dólares, el Banco Central difundió el “Balance Cambiario” de mayo, en el que precisó que el “sector real” de la economía fue vendedor neto de moneda extranjero por USD 1.437 millones, fundamentalmente gracias al aporte del campo y la agroindustria, pero un gran contrapeso.
El contraste es clarísimo: mientras el sector “Oleaginosas y cereales” registró ingresos netos de divisas por USD 4.284 millones, el 67% de los pagos de importaciones de bienes correspondió a los sectores “Energía”, “Industria Automotriz”, “Industria Química, Caucho y Plástico”, “Maquinarias y Equipos” y “Comercio”.
La autoridad monetaria no se privó de resaltar que “en un contexto de mayores precios internacionales de los combustibles importados por el país los pagos de importaciones del sector energía totalizaron USD 1.309 millones en el mes, mostrando un incremento interanual de 115 por ciento”, casi tres veces más rápido de lo que aumentaron las importaciones por todo concepto.
Sucede que, a la vez que critica el “festival de importaciones”, el kirchnerismo maneja el área energética, principal canal de drenaje de las divisas que aportan otros sectores de la economía, principalmente el campo y la agroindustria.
El informe enmarcó los resultados de mayo en una recuperación de la economía global que continúam “pero moderando su ritmo frente a la incertidumbre asociada al conflicto armado entre Rusia y Ucrania y el incremento de las tasas de interés de referencia en las principales economías del mundo por la suba de la inflación como consecuencia del aumento de los precios de la energía a nivel mundial y de los alimentos y de las disrupciones en las cadenas de suministros de insumos”.
Regulación cambiaria
En ese contexto, dice, “el BCRA continuó perfeccionando la regulación cambiaria con el fin de promover una asignación de divisas más eficiente. En mayo, las y los clientes de las entidades vendieron en el mercado de cambios USD 625 millones, los cuales fueron comprados por el BCRA por USD 684 millones (que, por otra parte, realizó pagos netos a través del Sistema de Pagos de Moneda Local por USD 86 millones) y por las entidades por USD 27 millones”.
El “Sector real” de la economía fue vendedor neto de moneda extranjera por USD 1.437 millones, gracias –como ya se mencionó- al aporte del sector “Oleaginosas y cereales”, cuyos ingresos netos aumentaron un 11% interanual. En cambio, el resto del sector real fue comprador neto de dólares por USD 2.847 millones, un aumento del 70%. Las compras fueron destinadas principalmente a realizar pagos de importaciones de bienes y servicios, y a cancelar deuda financiera.
“Personas humanas”
En cuanto a la incidencia en el balance cambiario de las “personas humanas”, el informe dice que compraron “de forma neta USD 492 millones, básicamente para atender gastos efectuados con tarjetas por consumos con proveedores no residentes y para atesoramiento, por USD 320 millones y USD 130 millones, respectivamente”. A su vez, el sector de “Inversores institucionales y otros”, residentes y no residentes, hizo compras netas por USD 157 millones.
Entre las personas, aunque a cuenta-gotas, dado el límite de 200 dólares de “dólar-ahorro” por mes, lo que sigue observándose es un fortísimo desnivel entre la cantidad de compradores y vendedores. En mayo, “750 mil individuos compraron billetes, mientras que unos 26 mil vendieron”. a un promedio de USD 185 y USD 330 por persona respectivamente
La “cuenta corriente cambiaria”, que comprende los flujos netos por exportaciones netas de bienes y servicios e ingreso primario y secundario, tuvo un superávit de USD 484 millones, debido a los ingresos netos en concepto de “Bienes” por USD 2.015 millones, en parte compensados por los déficits de “Servicios” e “Ingreso primario” por USD 867 millones y USD 675 millones respectivamente.
En tanto la cuenta cambiaria del “Sector privado no financiero” tuvo un déficit de USD 633 millones, debido a las cancelaciones de saldos en moneda extranjera con entidades locales por el uso de tarjetas con proveedores no residentes por USD 282 millones (lo cual no conlleva una demanda neta de divisas, aclaró el BCRA), cancelaciones de préstamos financieros locales por USD 62 millones, de préstamos con el exterior y títulos de deuda por USD 133 millones y con otros organismos internacionales por USD 43 millones.
Por último, las operaciones de la cuenta cambiaria del “Sector financiero” fue superavitaria en USD 83 millones, con una caída de USD 39 millones de los activos externos líquidos de las entidades que conforman la Posición General de Cambios (PGC) y el ingreso de préstamos financieros, títulos de deuda y líneas de crédito por USD 28 millones.
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