Deuda en pesos: con el Banco Central como único cliente, la licitación le permitió ganar tiempo a Martín Guzmán

La autoridad monetaria debió salir al auxilio para canjear la deuda del Tesoro, reducir el vencimiento de fin de mes y, de esa forma, evitar seguir extendiendo la emisión monetaria

Martín Guzmán, ministro de Economía, y Miguel Pesce, presidente del Banco Central

Era imposible que fracasara la “conversión” de bonos a la que llamó la secretaría de Finanzas. El término “conversión” reemplaza al de licitación porque lo que se puso en marcha fue un mecanismo para eludir la Carta Orgánica del Banco Central, el único destinatario de los bonos.

El Banco Central hace dos semanas salió al mercado a comprar una importante cantidad de bonos en pesos para frenar la caída de precios. Todos los títulos que adquirió vencen a fines de junio, pero la Carta Orgánica le impide participar de licitaciones primarias. Es decir, no puede cambiar este bono por uno nuevo, pero puede entrar a un canje de bonos ya emitidos.

Por eso, la Secretaría de Finanzas no llamó a licitación, sino a conversión de bonos diseñada para un único cliente y nada más. Todo el dinero de este canje alivió los vencimientos de fin de mes que rondaban los $ 600 mil millones. Por supuesto, la operación fue un éxito y ese único cliente, el Banco Central, canjeó $358 mil millones con lo que redujo los vencimientos del Tesoro de fin de mes a $250 mil millones, de los cuales ya tiene $ 85.000 millones por el excedente de colocación de bonos de la licitación pasada.

La operación no fue un remedio sino apenas un calmante, porque esta renovación contempla bonos que vencen entre fin de agosto y fin de diciembre. Lo que logró el ministro de Economía, Martin Guzmán es ganar tiempo para ver si mejora el humor de los inversores, en particular de los bancos, para poder renovar deuda del Tesoro en lo que queda de 2022 y todo 2023, caso contrario deberá emitir más de lo convenido con el FMI y acelerará la inflación.

La conversión a primera vista luce como un éxito. Pero cuando se miran los precios en el mercado secundario, donde los títulos CER se negocian libremente entre inversores, se ve que cayeron todas las emisiones. La que vence en marzo de 2023 perdió 0,04%; sigue dando una tasa de 10% sobre CER y aun así no encuentra compradores. Los que vencen en 2024 perdieron casi 4% porque por allí no pasó el Central y quedó en evidencia el verdadero humor del mercado. La diferencia de comportamiento de estos títulos la marcó el Banco Central que ayer volvió a intervenir y se alzó con $70.000 millones de Bonos y Letras CER en el mercado secundario; se viene otra “conversión” antes de diciembre.

Cohen, el grupo financiero, advirtió que sigue el rescate de bonos y los fondos de inversión ven disminuir sus tenencias de títulos CER en más de $8.000 millones diarios. Los fondos de “money market”, donde abundan los plazos fijos y bonos a tasa fija, tienen una caída cercana a $70.000 millones diarios por el pago de aguinaldos a fin de mes. Es la época donde las empresas tienen más necesidades de moneda local.

Los bonos de la deuda en dólares con ley extranjera tuvieron bajas bruscas de hasta 4,93% como fue el caso del Global 2038. De esta manera, el riesgo país alcanzó otro récord post default al aumentar 40 unidades (+2%) a 2.245 puntos básicos.

El fortalecimiento del Bono del Tesoro de Estados Unidos tuvo que ver con la caída de los títulos de países emergentes. Las palabras de Jerome Powell, el titular de la Reserva Federal, dieron vuelta la tendencia a la suba de las Bolsas de Nueva York, cuando advirtió que el costo de frenar la inflación podría ser la recesión y dejó entrever que en la próxima reunión podría aumentar las tasas de interés hasta un punto porcentual, en lugar de 0,75 como se estimaba.

También bajaron los bonos con los que se operan los dólares financieros. El AL30 y el GD30 perdieron más de 3%. Como había vendedores de dólares porque se aproxima el fin de mes y hay que pagar aguinaldos, estos dólares tuvieron caídas importantes. No hay que olvidar que son operaciones que se hicieron el lunes por el parking de 48 horas. En ese lapso los bonos se derrumbaron y provocaron que el MEP pierda $5,18 (-2,3%) a $227,94. El contado con liquidación cedió $5,02 (-2,3%) a $235,33.

El “blue” siguió el camino opuesto y continuó con su tendencia al alza. Esta vez aumentó $4 a $ 224 y anotó el máximo histórico. En la plaza mayorista, el dólar subió 18 centavos a $123,88. El BCRA solo pudo comprar USD 1 millón. Las importaciones de energía le llevan USD 100 millones diarios que le impiden aumentar las reservas.

Por otra parte, se hizo efectivo la segunda parte del pago al FMI y las reservas perdieron USD 1.780 millones y quedaron en USD 38.229 millones. La semana que viene cuando ingresen los DEG del FMI al dar por aprobados los números del primer trimestre, volverán al nivel de USD 42.000 millones.

La Bolsa, con un buen volumen de negocios de $1.218 millones, estuvo a tono con el mal humor de los mercados. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, bajó 1,02% en pesos y subió 1,3% en dólares debido a la fuerte caída de la divisa en el mercado financiero.

Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- tuvieron un cierre mixto. Tenaris perdió 4,4% y entre las alzas se destacó MercadoLibre con 3,2%.

Para hoy se espera otra rueda tensa. Guzmán negocia con los bancos para que le renueven los bonos del Tesoro y no le compliquen el programa con el FMI. Hasta ahora el único soporte es el Banco Central que con sus compras impidió que cayeran los títulos más cortos, pero es una ayuda limitada por los estatutos de la entidad.

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