El equipo económico quedó decepcionado ayer tras el cierre del mercado, que volvió a marcar una baja de hasta 2% de la deuda en pesos, en el marco de la ola masiva de ventas de los bonos que ajustan por inflación a la que el Gobierno había logrado ponerle un freno sobre el fin de la semana pasada. La estabilización de esa curva, precisamente, había alimentado la expectativa de los funcionarios de un mejor clima para los próximos días, basado en las señales enviadas el jueves -último día hábil previo a la rueda de ayer- tanto de suba de tasas por parte del Banco Central como por el decreto de segmentación de tarifas y, en menor medida, el de actualización del Presupuesto. Sin embargo, nada de eso parece haber sido suficiente y los efectos de la intervención de los últimos días del BCRA en el mercado secundario para sostener los precios se diluyeron con nuevas bajas.
En ese contexto, Economía lanzó ayer un canje de títulos en pesos para descomprimir el vencimiento de casi $600.000 millones la próxima semana, apuntando en gran medida a que el Banco Central, que no puede participar de licitaciones primarias de deuda del Tesoro, pueda volcar todas sus tenencias adquiridas en el mercado secundario. A la vez, ofrece la oportunidad a algún inversor privado que quiera anticiparse y, con la participación también de otros organismos públicos, podría reducir sustancialmente el volumen del vencimiento a renovar, siempre y cuando esta operación “intermedia” resulte exitosa.
“Algo se rompió. La confianza en la curva de pesos desapareció. Por eso, el mercado está migrando hacia posiciones transaccionales como los FCI money market o plazos fijos tradicionales, que pagan menos tasa, pero que se perciben como alternativas menos riesgosas”, apuntó Nery Persichini, jefe de Estrategia de GMA Capital.
El diagnóstico del analista es compartido dentro del propio equipo de Guzmán, donde tras admitir que les sorprendió la reacción de ayer de los bonos, reconocen también que “el mercado no termina de creer”. Esto a pesar de que, argumentan, la deuda en pesos “está lejos de ser insostenible” ya que se ubica en niveles bajos en términos de PBI. “Hay una sobrerreacción. La mayor tensión sobre la brecha cambiaria era esperable pero no así la baja en los bonos”, afirmó una fuente oficial.
Ahora toda la atención está puesta en el canje. El menú de títulos ofrecidos en la operación cumple con uno de los requisitos indispensables que exigen los inversores por estas horas: títulos de corto plazo, con vencimiento anterior a 2024. “Con lo único que tienen chances de conseguir algo es con títulos CER. Tasas positivas y todo corto plazo”, opinó Juan Manuel Truppia, jefe de la mesa de TPCG Valores, en un diálogo con Bloomberg. En esta línea, Finanzas está proponiendo a los inversores locales, para el caso del bono ajustado por inflación, dos opciones de canastas compuestas por un título indexado con vencimiento el 21 de octubre, el 16 de diciembre y el 20 de enero de 2023. La alternativa será un grupo de bonos con vencimiento el 16 de agosto, 21 de octubre y 16 de diciembre, también ajustables por inflación. Si el canje resulta exitoso, Truppia calcula que el vencimiento del próximo martes podría reducirse a menos de $200.000 millones, cifra que de todos modos representa un desafío, aunque muchísimo menor.
“Las tesorerías corporativas, aunque estén restringidas para operar dólar Bolsa sí acceden al mercado de cambio oficial, se sacan de encima riesgo soberano, y buscan riesgo bancario o del BCRA. La reciente suba de tasas del Banco Central incentiva los desarmes”, aportó Persichini.
En cualquier caso, hoy Guzmán y el secretario de Finanzas, Ramiro Tosi, mantendrán una reunión clave con banqueros para solicitar colaboración en el financiamiento de las necesidades públicas, ante el temor no sólo de las entidades sino también de compañías de seguros y de administradoras de fondos comunes de inversión de que el Gobierno no logre sostener el nivel de renovación, lo que implicaría un shock de emisión monetaria, entre otras opciones.
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