En medio del ruido por la deuda en pesos -el 28 de junio habrá una nueva licitación en la que Economía necesita refinanciar vencimientos por $595.000 millones- el titular del Palacio de Hacienda, Martín Guzmán, convocó a las dos principales cámaras de bancos del país para discutir las condiciones de las próximas licitaciones de deuda que el Tesoro necesita para financiar el déficit y cumplir con compromisos adquiridos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El primer encuentro del funcionario será hoy con la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA, los de capital local), mientras que el jueves será el turno de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA, los de capitales extranjeros) con la misma temática en el centro de ambas reuniones.
Los principales instrumentos que utiliza el Gobierno para financiarse, los títulos de deuda ajustados por el índice CER, fueron el epicentro de una corrida hace dos semanas que puso en duda la capacidad de financiamiento oficial.
En ese sentido, Guzmán y el subsecretario de financiamiento, Ramiro Tosi, van a buscar el respaldo de los banqueros. Se trata de clientes clave para la deuda, junto con los fondos comunes de inversión y las aseguradoras. Son los compradores de deuda “regulados”, es decir, que están sujetos a límites en sus movimientos que en algún nivel no les deja otra opción más que comprar los bonos que emita el Tesoro, ya que no pueden moverse libremente para comprar dólares en el mercado formal ni variantes financieras como el contado con liquidación.
En los bancos creen que las tensiones con los bonos ajustados por CER “se están tranquilizando”. La lectura oficial es que hubo un comportamiento “disociado” de los precios de los activos en pesos, lo que requirió una serie de medidas de “estabilización”, encabezadas por las compras del Banco Central.
Se espera que los bancos privados -y en particular los de capital extranjero, por imposición de las casas matrices- se mostrarían renuentes a incrementar su tenencia de deuda en pesos, dado que en la mayoría de los casos ya han más que duplicado su exposición a la deuda del Tesoro en los últimos dos años y medio. Por lo tanto, temen quedar expuestos al riesgo de una eventual reestructuración de esos bonos, en especial después de 2023.
Cabe recordar que como paso previo al vencimiento del 28 de junio por casi 600 mil millones de pesos, la secretaría de Finanzas lanzó para hoy una suerte de “licitación intermedia” en la que ofrecerá la conversión de las tenencias de los bonos que se vencen el 30 de junio para descomprimir el volumen de vencimientos. En ese marco, una fuente oficial aseguró a Infobae que “ya está cerrada la suscripción con un grupo de bancos y que eso ayudará a reducir la incertidumbre”. Se descuenta que el canje de bonos será aceptado por la banca pública, que tiene fuertes tenencias de estos títulos.
Se espera que los bancos privados -y en particular los de capital extranjero, por imposición de las casas matrices- se mostrarían renuentes a incrementar su tenencia de deuda en pesos, dado que en la mayoría de los casos ya han más que duplicado su exposición a la deuda del Tesoro en los últimos dos años y medio
Para el caso de la Ledes, la secretaría de Finanzas pondrá sobre la mesa dos canastas distintas: una que ofrecerá títulos con vencimiento al 31 de octubre de este año, otra a 30 de noviembre y una tercera al 31 de diciembre. La alternativa es una canasta con un instrumento al 31 de agosto, 31 de octubre y al 30 de noviembre.
Para el caso del bono CER, ajustado por inflación, las dos opciones de canastas serán: en primer lugar, un título indexado con finalización el 21 de octubre, el 16 de diciembre y el 20 de enero de 2023. La alternativa será un grupo de bonos con vencimiento el 16 de agosto, 21 de octubre y 16 de diciembre. En todos los casos para este bono, serán también instrumentos que siguen a la inflación.
Según el director de Ecolatina Juan Pablo Albornoz, el trasfondo de ofrecer este conjunto de instrumentos es que el Tesoro está encontrando serias dificultades para colocar deuda a mayor plazo. “Lo que trata de hacer el Tesoro es ofrecer un paquete de instrumentos para que el inversor compre más plazo del que quisiera. El mercado quiere la mayor tasa y el menor plazo posibles y el Tesoro busca estirarlos”, dijo a Infobae.
Asimismo, remarcó que se trata del “primer test serio del mercado” que tiene Guzmán después de la crisis de renta fija de deuda de las últimas semanas.
En tanto, Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, dijo que el Gobierno le está “dando salida” al Banco Central con el canje. “El BCRA durante la corrida reciente de la deuda en pesos compró más de $300.000 millones de los cuales cerca de $80.000 millones están concentrados en los dos bonos que vencen ahora el 30 de junio. El tema es que el BCRA tiene prohibido por Carta Orgánica financiar de manera directa al sector fiscal más allá de los Adelantos Transitorios, pero sí puede entrar en canjes”, detalló a este medio.
No hay que perder de vista que sobre unos $11,2 billones de deuda en pesos (14,5% del PBI), el sector privado encabezado por bancos, compañías de seguros y fondos de inversión acapara casi la mitad del stock, el grueso en bonos ajustados por inflación (CER).
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